Ahora toca convertir a los clientes en embajadores, porque ya no quieren estar sólo de vacaciones, desean ser felices y explicar su nivel de satisfacción. Para conseguirlo, es imprescindible que todos los profesionales practiquen estas 8 conductas:

  1. Conseguir que los profesionales tomen consciencia de que la marca de la empresa es lo que opinan los demás por detrás, por sus conductas como anfitriones proactivos polivalentes y vendedores de felicidad
  2. Pero estos profesionales, para que transiten de su oficio cocina-cocinero, recepción-recepcionista, jardín-jardinero al nuevo reto de que los clientes sientan y reciban la excelencia en todo y de todos, necesitan directores y jefes convertidos en líderes-entrenadores, expertos en la armonía relacional, entrenadores próximos que practiquen la confianza con su ejemplo, que apoyen y reconozcan tomando decisiones a tiempo real porque tarde siempre es tarde, recordando que la crisis se produce cuando se llega tarde a los cambios.
  3. Organizar las aulas de formación internas, donde todos podrán conocer, con los test que practicamos en Educatur, las extensiones de cada uno de las competencias básicas, imprescindibles para poder convertir a los directivos en líderes 360º y al resto de profesionales en los comentados anfitriones vendedores.
  4. Superar los famosos departamentos en un solo equipo, porque sea quien sea el profesional que atiende al cliente, debe actuar con la actitud de anfitrión-vendedor de felicidad en unos nuevos equipos, con coordinación, eficiencia, armonía relacional y discreción. Para que los profesionales sepan y quieran actuar como miembros de un equipo eficaz y útil de los nuevos y complejos retos del nuevo mercado de demanda, es imprescindible que se formen con continuidad en las técnicas de comunicación, colaboración, evitando los conflictos siempre y buscando la concordia, expertos en inteligencia emocional, en el conocimiento de los ratios necesarios para poder tomar decisiones a tiempo real, sintiendo el orgullo de pertenecer.
  5. Transmitir a todos los profesionales internos y a los colaboradores externos el gran cambio mental y en consecuencia de hábitos porque los clientes ya no quieren estar solo de vacaciones, quieren ser felices. En consecuencia, los hoteles y toda la oferta turística deben convertirse en los negocios de la felicidad y los profesionales deben, a su vez, convertirse todos en vendedores de felicidad, a sabiendas de que la felicidad son las expectativas de cada cliente.
  6. También la calidad debe convertirse en el álbum de excelencias, que le harán sentirse feliz al cliente, y en consecuencia, debemos todos convertirnos en consultores, proactivos, escuchantes, súper amables, ofreciendo soluciones a tiempo real.
  7. Como el cliente se convierte durante su estancia en el mejor opinador, debemos facilitarle los mejores momentos y lugares para que su móvil se convierta en nuestros pantallazos de buenas noticias. por ello, hemos comentado que todos debemos ser anfitriones-proactivos vendedores de felicidad, para que los clientes actúen en su entorno como embajadores proactivos.
  8. Para conseguir el reto imprescindible de los embajadores, es fundamental formar sin excepciones a todos los profesionales, para que crean y sientan que el sueldo se consigue cumpliendo la misión de convertir a los clientes en embajadores proactivos a tiempo real, antes y después de su estancia, transmitiendo su satisfacción…. por cierto, poniendo en marcha la campaña de publicidad más eficiente

Como siempre quedo a su disposición en dbiosca@educatur.com tanto en las coincidencias como en las discrepancias.