Puede ser que tengamos la creencia de que decir “no” es una tarea fácil, pero les aseguro que es habitual encontrarse en los equipos de trabajo, con profesionales a los que les cuesta demasiado establecer límites en sus relaciones y decir “no”. Por el contrario, decir “sí” a todo lo que los demás desean puede suponer un beneficio a corto plazo, el ser complaciente de cara a los demás no tiene nada que ver con ser agradable, y aunque podamos entender que sí, sin embargo el coste que supone cuando practicamos esta conducta puede ser demasiado costoso… Tener un sentimiento de inferioridad con respecto al equipo, poseer una baja autoestima, desarrollar problemas en la comunicación interpersonal por no dejar claro lo que realmente se quiere son algunos de los problemas que podemos detectar fácilmente.

Para no tener este sentimiento de insatisfacción, creyendo que nunca se hace lo que nosotros deseamos, y evitar este sentimiento de culpa que aparece por no ser capaz de expresar nuestros deseos es recomendable trabajar una de las habilidades que nos permita expresar nuestros deseos, opiniones, necesidades o sentimientos de forma consciente, honesta y clara sin herir o perjudicar a los demás, a esto se le llama asertividad.

Por suerte, la capacidad de comunicarse de forma asertiva se aprende y se mejora, y aunque la asertividad no es la solución a todos los problemas y conflictos que nos podamos encontrar en nuestro día a día en el entorno profesional, y aunque debamos tener en cuenta que la asertividad tampoco tiene que ser apropiada en todas las situaciones porque cada contexto es distinto, si será una herramienta que nos ayude a ser más confiado en nosotros mismos y nos permita mantener una comunicación más efectiva con los demás.

Es difícil, en cierta manera, potenciar el asertividad cuando nos han educado, en muchos casos con la idea de no contradecir a nuestros mayores, o a nuestros profesores cuando eras pequeño, y por eso aunque pueda parecer fácil, no lo es tanto, pero como siempre los beneficios al equipo son mayores que las dificultades en hacerlo, y esto supone una motivación más para alcanzar nuestro objetivo. Invito a reflexionar la utilidad de potenciar la asertividad en los equipos de trabajo para:

  • Poder dar nuestra opinión de forma natural sin tener la sensación de que le pidamos a alguien que nos perdone la vida. Tener un equipo que se encuentre cómodo en el tipo de comunicación que se establezca
  • Poder expresar nuestras emociones, tanto positivas, sin tener la sensación de hacerle la pelota a nadie, como negativas sin pensar que estamos hiriendo al que tenemos en frente.
  • Poder preguntar el por qué sintiéndonos legitimados a poder poner en cuestión roles tradicionalmente autoritarios de una forma sana.
  • Poder resolver problemas cotidianos incluso antes de que aparezcan emociones que no nos lleven a buen sitio cómo la ira o el enfado descontrolado

La asertividad no nace en la mayor parte de los casos de un talento natural, sino de un aprendizaje a través de las experiencias personales vividas, pero recuerde que se puede desarrollar a través de diferentes estrategias que podemos incorporar a nuestro repertorio de conductas.