Visto que estamos a punto de cerrar el año 2021 me ha parecido oportuno, sin ser muy original, hacer un breve repaso de algunas cifras económicas que nos ha deparado el presente año. Ha sido un año en el que hemos escuchado una y mil veces conceptos como recuperación económica, próximas subidas de tipos de interés, ¿para cuándo la reducción de la política monetaria y fiscal expansiva?, cuellos de botella en el comercio internacional, shock de oferta, ¿inflación estructural o coyuntural?, descalabro de la lira turca, continuación de la guerra comercial entre China y Estados Unidos con la nueva administración Biden, Nord Stream II y la geopolítica de la energía de Putin, si ocurre ¿para cuándo el surpasso de China a Estados Unidos?, Taiwán y la escasez de semiconductores, creciente endeudamiento público de los países o recuperación de los niveles de actividad económica post-Covid. Seguro que me dejo alguno más, pero los mencionados son muy representativos del año económico que cerramos y por ser un año en el que el principal driver ha sido la lucha contra la pandemia, me parece muy oportuno tomar como base para este articulo el reciente informe del Banco Mundial donde se hace balance económico del año y donde podremos ver tendencias actuales, muchas de ellas, resultado directo de la pandemia.

Un acceso desigual a las vacunas. Todos hemos visto como la creciente vacunación de una parte importante de la población durante el año ha permitido ir reabriendo las economías y conseguir una importante actividad económica. El problema es que mientras en los países desarrollados más del 75% de los ciudadanos han recibido al menos una dosis de la vacuna, en los países en vías de desarrollo solo lo ha recibido un 7% de su población. Ir cerrando este gap será uno de los objetivos fundamentales para el próximo año ya que en un mundo globalizado como el nuestro no podremos declarar la victoria final al virus mientras no consigamos una mayor homogeneidad en los niveles de vacunación global. Siempre habrá un vuelo comercial de un país con baja tasa de vacunación que tendrá como destino cualquier capital del mundo desarrollado y por consiguiente la potencialidad de nuevas olas de infección por llegar.

Una recuperación mundial dispar. Según el informe del Fondo Monetario internacional de junio de 2021 la recuperación y ritmo de crecimiento económico mundial durante el 2021 será el más alto en 80 años con el 5,6%. Sin embargo, para las economías en vías de desarrollo este crecimiento será solo del 2,9% consecuencia de sus inbalances estructurales y a la baja vacunación comentada.

Perspectivas económicas mundiales de junio de 2021

Las pérdidas de ingresos para el 40% más pobre de la población. Todos los grupos por nivel de ingresos se vieron afectados negativamente por la crisis pandémica pero mientras el grupo de mayores ingresos ya está revirtiendo esta tendencia, el 40% más pobre no consigue revertirla, siendo el 20% más pobre el que mayor caída de ingresos ha experimentado. Para el año 2022 será importante que la recuperación llegue a todos los niveles de ingresos, aspecto clave para potenciar el flujo circular de la renta y, por consiguiente, del crecimiento global.

El comercio, un motor de la recuperación mundial. A pesar de las críticas a la globalización, los países en vías de desarrollo que casi duplicaron su comercio internacional durante el periodo 1990-2017 consiguieron también reducir de forma sustancial la pobreza extrema de parte de su población. La pandemia, sobre todo en 2020, produjo una reducción drástica del comercio internacional con el consecuente impacto negativo en lo niveles de pobreza, sin embargo, en 2021 podemos ver una recuperación solida del comercio que debería continuar en 2022. Pensemos que los países en vías de desarrollo con una escasa posibilidad de maniobra fiscal expansiva dependen sobremanera de las exportaciones para poder mejorar su crecimiento económico.

El aumento de los niveles de deuda en medio de la pandemia. Ya antes de la aparición del virus, el sobreendeudamiento en muchos países era motivo de preocupación. Veníamos de una década en la que el incremento de deuda en la mayoría de países era el mayor, más rápido y más amplio nunca visto. Esta dinámica es especialmente cierta en los países en vías de desarrollo y habrá que buscar el dificilísimo equilibrio entre frenar el avance de este sobreendeudamiento sin retirar apresuradamente los estímulos poniendo en riesgo la recuperación económica. Sin duda, si en los próximos años se incrementa el coste del servicio de la deuda por las subidas de tipos de interés y se reduce el actual alto ritmo de crecimiento, los efectos de este problema de la deuda se dejarán sentir en toda su plenitud.

Los altos precios de la energía impulsan el aumento de los costos de otros productos básicos. Los precios de la energía han sido de media durante el 2021 un 80% más altos respecto al año anterior. Los precios desorbitados de la energía incrementan el riesgo de pobreza energética de las familias y además la energía es un insumo muy importante para los precios de los bienes alimenticios, bienes tan escasos para los países en la cola del desarrollo internacional. Aun sabiendo que en la segunda mitad del presente año ha mejorado la situación, las políticas económicas deberán seguir afrontando este problema con extrema atención.

Un mayor numero de migrantes internos por motivos climáticos para 2050. Si no se avanza en la lucha contra el cambio climático, abordada en la última cimera de Glasgow, ponemos en riesgo de pobreza extrema a 132 millones de personas en 2030. Además, podría empujar a la migración interna de 216 millones de personas en 2050. Aunque las fechas parecen lejanas, la urgencia para frenar el cambio climático es un asunto para hoy y ahora.

Soy consciente que el panorama descrito no es muy halagüeño, pero la clara identificación de los principales problemas económicos es el primer paso para diseñar y sobre todo aplicar las políticas económicas necesarias para mejorar la situación y potenciar los datos económicos positivos como la importante recuperación económica que hemos vivido en 2021, la estabilización de los precios de los bienes alimenticios básicos experimentada en la segunda parte del año, el importante incremento de las remesas de los inmigrantes a sus países de origen o el escenario de una inflación coyuntural. Digamos adiós al 2021 y sigamos trabajando para un buen 2022 en actividad económica.