Cuando a una le toca pasar muchas noches fuera de casa, muy probablemente intente buscar en donde le toca dormir, una serie de comodidades importantes y que una cree necesarias cuando el calor de las personas que te quieren lo recibes desde la distancia. Una cálida habitación, la comodidad de la cama y también de la almohada, la temperatura de la habitación, e incluso el gramaje de las toallas es importante… pero todo esto pasa a un segundo plano cuando el valor de lo material está por detrás de lo que uno no puede pagar.

Hacía tiempo que no pasaba tantas noches seguidas lejos de casa, ya tocaba hacer y deshacer maletas para ir de un lado a otro y volver a esa tan ansiada vida que ya se echaba de menos. Cuando tenemos que hablar de lujo, debemos tener en cuenta que estamos haciendo referencia a algo exclusivo, a algo a lo que la mayoría de las personas no pueden acceder, o bien porque es demasiado costoso, o bien porque se da pocas veces en la vida, o porque son de esas oportunidades especiales y escasas que unos pocos afortunados pueden aprovechar. El lujo también está sufriendo una revolución, donde no sólo se está redefiniendo la palabra sino las actitudes con relación a ella. El verdadero lujo no está en las cosas que puedes pagar sino en lo que te hacen sentir las personas que lo rodean... Cada vez tengo más claro y aseguro con rotundidad que el verdadero lujo son las personas que te reciben, te cuidan, te miman y te dan servicio. Por eso cobra cada vez más importancia el papel de los equipos de trabajo en el sector servicios.. vamos en la industria turística o como bien nos gusta decir a nosotros en el negocio de la felicidad… en el de hacer felices a los clientes.

Y como el verdadero lujo no se compra, ni se paga sino que nace dentro, les comparto y también invito a incorporar como actitudes de lujo.. y de forma accesible para sus clientes lo que cada vez más se valora:

  1. Una cálida sonrisa, que nos transmite una sensación de compañía, algo tan sencillo como sonreír hace sentir a la otra persona menos sólo.
  2. El dedicarte tiempo…o dedicarle tiempo, hacerle sentir al otro que su tiempo es para él o ella.. hacerle sentir a sus clientes que el tiempo se para cuando estamos a su disposición.
  3. La personalización, cuando te ven y te recuerdan, cuando te llaman por tu nombre y te hacen sentir menos ajena a ellos.
  4. El mimo y el detalle, cuando hasta las pequeñas cosas se hacen con cariño, uno siente que lo están cuidando.

¿Piensa en lo que te llevaste en tu corazón en tu último viaje…?... Cuida de las personas que hacen que tus clientes se lleven en su corazón cargado de experiencias y de sentimientos… recuerden que el lujo se convierte en subjetivo cuando incorporamos el valor humano.