Afrontamos el último cuatrimestre del año después de unos meses positivos en los mercados financieros. El alto porcentaje de población vacunada en muchos países ha permitido ir dinamizando progresivamente la actividad económica, muy especialmente en el sector servicios del que tan dependientes son la mayoría de economías desarrolladas.

Esta es la tendencia que espero que continúe para este cuatrimestre, por lo cual el escenario seguiría siendo positivo. Sin embargo y sin querer alarmar a nadie, también creo que existen algunos obstáculos potenciales a considerar que, aun siendo baja la probabilidad que acaben produciéndose, debemos conocerlos y tenerlos en cuenta para que no nos cojan por sorpresa en el improbable caso de aparecer.

El primero es la inflación. Y cuando hablo de inflación, me refiero a inflación persistente y duradera, no esporádica. Hay actualmente una corriente numerosa del entorno económico que sostiene la llegada de la inflación y el consecuente endurecimiento de la política monetaria, es decir, de la rápida retirada de estímulos. Sin embargo, creo que la debilidad del mercado laboral de muchos países no va a presionar al alza y de forma sostenida a la inflación vía salarios. Me inclino por pensar que seguramente podemos seguir viendo repuntes puntuales de la inflación sobre todo por el alza del precio de las materias primas o por la escasez de algunos productos intermedios como los semiconductores pero, sin el empujón definitivo de un mercado laboral realmente solido, no van a ser inflaciones duraderas y por tanto peligrosas.

El segundo obstáculo es que continúe la corrección bursátil china. Hemos podido ver que en los últimos meses la evolución de los mercados chinos ha sido mucho peor que la mayoría de mercados occidentales. ¿Debemos pues abandonar la exposición a China? Creo que no, porque aun siendo cierto que la ligera desglobalización de la economía post-covid afecta negativamente a las exportaciones chinas también es cierto que China tiene una clara estrategia de fomentar su demanda interna gracias a la cada vez más abultada clase media con poder adquisitivo del país. De hecho, las actuales correcciones podrían ser una buena oportunidad para entrar en China con buenos múltiplos.

El tercer obstáculo a considerar sería una retirada apresurada de los estímulos monetarios y una subida de tipos antes de hora. Una inflación duradera y un mercado laboral fuerte harían más probable la aparición de este tercer obstáculo pero, como ya he explicado más arriba, no creo que la aparición de la inflación duradera sea el caso. Además, no parece que los banqueros centrales se dejen dominar por los halcones para apresurar las subidas de tipos. Tienen muy fresco en la mente el error del ex presidente del Banco Central Europeo, Trichet, que cedió ante las presiones de la ortodoxia alemana allá por el inicio de la década del 10s y que acabó precipitando la caída de los países periféricos de Europa.

El último obstáculo son las no descartables mutaciones del virus de la covid resistentes a las vacunas actuales ya que eso generaría una reversión en la actual tendencia de progresiva apertura de las economías. Sin ser un experto epidemiólogo, no parece que sea este el escenario más probable pero no lo descartemos completamente porque tampoco en enero/febrero del 2020 muchos vieron probable la que se avecinaba.

En resumen y con el permiso de los cuatro riesgos descritos creo que este trimestre debería ser en su conjunto positivo, pero sin descartar alguna corrección puntual.