Endesa ha invertido más de 855.000 euros en la limpieza de masa forestal de las líneas de distribución eléctrica de Baleares, unas tareas de las que se han hecho cargo personas especializadas en trabajos en el entorno natural y que han sido el resultado de la implantación del Sistema de Gestión Ambiental de la Compañía.

Según ha informado Endesa este martes, se han invertido más de 885.000 euros en tareas de tala y poda en las zonas boscosas próximas a un total de 1.321 kilómetros de tendido eléctrico de distribución de 15kV en Baleares.

Por islas, en Mallorca se han revisado 883 kilómetros de línea de 15kV, con una inversión de más de 559.000 euros; en Menorca, se ha actuado en 257 kilómetros de línea de 15 kV, con una inversión de más de 201.000 euros y en Ibiza y Formentera, se han revisado un total de 210 kilómetros de línea de mediana tensión (15kV), con 124.000 euros de inversión.

Los trabajos de limpieza de la vegetación han consistido en hacer un recorrido a lo largo de todo el tendido eléctrico para desbrozar el arbolado y la masa forestal que crece a su alrededor, según los parámetros de distancias y especies estipuladas por la normativa vigente.

Estas acciones, ha destacado la compañía eléctrica, han permitido minimizar el riesgo de posibles contactos de los árboles con la red de distribución en casos de meteorología adversa, como son el viento y la lluvia, y las consecuentes incidencias en el servicio.

La tala y poda selectiva de la masa forestal que crece próxima a los tendidos eléctricos es uno de los trabajos esenciales del Plan Anual de Mantenimiento desarrollado por Endesa.

La especial orografía de algunas zonas de las islas puede hacer especialmente complejo el desarrollo de estos trabajos, por lo que la empresa energética destina recursos adicionales para asegurar que sus actuaciones garantizan la adecuada conservación de los espacios. Del mismo modo, comprueba el correcto estado de todos sus elementos de la línea para garantizar la mejor calidad de servicio.

Por este motivo, Endesa, analiza las características del terreno por donde pasan las líneas de distribución, y define cuáles son los espacios más sensibles por su singularidad. Así, ha explicado que los trabajos se adaptan al territorio, protegiendo especialmente las áreas más sensibles tanto por sus condiciones forestales, así como por las características medioambientales y geográficas.