No lo tengo claro. Lo que sí que te puedo decir, es que el nombre de tu empresa o de tu producto es el principio de tu estrategia de marca. No podemos entrar en la mente de nuestro consumidor si ni siquiera recuerda nuestro nombre.

Desde hace miles de años, hemos identificado con palabras todo lo que vemos, tocamos, olemos, oímos y sentimos. Todo lo que puedas recordar y todo lo que puedas imaginar seguramente tiene un nombre.

Créeme. Si quieres aumentar las ventas de tu negocio, llama a tus clientes por su nombre. Y si quieres que tus productos destaquen, en un mercado cada vez más competitivo, comunícalos con un buen nombre (Ya sea el nombre oficial o un simple mote). El nombre es el inicio de cualquier estrategia de marketing, cuanto mejor sea el nombre de tu empresa o de tu producto menos vas a vender y más te van a comprar.

Un buen nombre también te hace ahorrar dinero. Porque un buen nombre de marca se posiciona antes en la mente del consumidor y de esta manera evitarás tener que pagar grandes cantidades de dinero todos los meses en publicidad. ¿Sabes por qué marcas como Schweppes o Schwarzkopf están todos los días en nuestra televisión? Precisamente porque tienen nombres tan complejos que si no estuvieran semana a semana enfrente de nuestras narices seguramente no tardaríamos en olvidarnos de ellos. En cambio, existen marcas simples pero potentes y auténticas que recordamos para siempre aunque nunca las veamos en publicidad.

Y es que el nombre nos marca desde que nacemos. A ti también te ha pasado, ir por la calle escuchar tu nombre y girarte a ver si alguien te está llamando. Y es que no lo podemos evitar, si algo tenemos muy claro desde que nacemos es nuestro nombre. Inevitablemente un nombre evoca un mensaje, una cultura, y una historia. No es lo mismo llamarte Jaume Pujol que James Hill, aunque significan lo mismo. Y si no me crees, fíjate en la cantidad de artistas que han modificado o cambiado su nombre para conseguir “el éxito”.

Recuerda que el nombre es importante, la próxima vez que nombres un producto, una empresa, un hijo o una mascota, piénsalo más de dos veces.