La campaña de la declaración de la renta 2020 empieza este miércoles. Una campaña marcada, como no podía ser de otra manera, por el coronavirus y su efecto en el mercado laboral: ERTE, ayudas, cierres… Por ello, los expertos recomiendan estar más atentos a todos los pasos que hay que seguir cuando se hace la declaración, tanto trabajadores por cuenta propia como por cuenta ajena. 

Declarando, una plataforma online de asesoramiento fiscal a autónomos, ha identificado en una guía los cinco errores más frecuentes en los que incurren estos profesionales cuando realizan sus declaraciones tributarias. “En su mayor parte, son consecuencia de importantes lagunas de conocimiento sobre la legislación tributaria, pero también de la falta de tiempo o de planificación”, recuerda Marta Zaragozá, CEO de Declarando. 

No deducir todos los gastos posibles; deducir gastos no aplicables a la actividad o hacerlo de forma incorrecta. Un autónomo puede tener más de 100 gastos deducibles, y la situación más habitual es que no se conozcan todos. Los gastos deducibles son la auténtica clave para pagar menos impuestos como autónomo, ya que rebajan el resultado fiscal sobre el que se calculan los impuestos trimestrales y anuales a pagar. Por ejemplo, un gestor sólo registra los gastos que el autónomo le pasa; si éste desconoce cuáles son los gastos deducibles aplicables a su actividad, el gestor no los incluirá. Y, por desgracia, también es muy común incurrir en el error contrario: deducir gastos que legalmente no son aplicables a la actividad, lo que puede resultar en sanciones de Hacienda. Algunos de los gastos que generan más dudas entre los autónomos son las dietas, los gastos de viaje y combustible o los suministros de agua, luz, teléfono e internet para los autónomos que trabajan desde casa. Por ejemplo, los gastos de internet solo son deducibles al 100% cuando el autónomo ha contratado una línea individual de uso exclusivo para su negocio, y en el caso de los gastos relacionados con el teléfono, debe tratarse de un número de teléfono que no sea de uso personal. 

Planificar con poca antelación el pago de impuestos trimestrales. Si el autónomo realiza una previsión adelantada de cuánto tendrá que pagar a final del trimestre, podrá tomar mejores decisiones. Por ejemplo, podría esperar un par días a entregar un proyecto terminado al cliente, y de esta manera podría tomar la decisión que le resultase más ventajosa: emitir la factura al trimestre siguiente, adelantar una compra que pendiente para incluirla como gasto deducible en su declaración; solicitar un aplazamiento del pago del IVA o, incluso, un préstamo para hacer frente a la situación. 

No presentar todos los modelos a tiempo. Un autónomo puede presentar a la Agencia Tributaria hasta 11 modelos, entre los trimestrales y los anuales. Y no presentarlos a tiempo tiene consecuencias económicas para el autónomo. Su gravedad dependerá de cuánto se retrase en su presentación y de si la presentación se realiza por propia iniciativa o como respuesta a un requerimiento de Hacienda. Muchas veces sucede que un pequeño cambio en la actividad del autónomo hace que cambien sus obligaciones fiscales, y es fácil no darse cuenta de la necesidad de presentar un nuevo modelo. Por ejemplo, cuando el autónomo de repente alquila un local para ejercer su actividad, eso le obliga a presentar el modelo 115, o cuando realiza un gasto de proveedores europeos, incurre en la necesidad de presentar el modelo 349. 

No optimizar la declaración de la renta anual. Con una planificación adelantada o en tiempo real, el autónomo sabe cuánto le falta para subir de tramo del IRPF en la renta, por lo que puede tomar la decisión de no aceptar nuevos clientes o retrasar sus facturas hasta el próximo ejercicio fiscal. O puede decidir invertir en un producto financiero, como un seguro o un plan de pensiones, o realizar más compras para su negocio. Todas estas decisiones son las que le permitirán pagar menos o que le devuelvan más a final de año, pero se deben tomar de forma adelantada para tener capacidad de reacción. 

Desentenderse de todos los trámites fiscales cuando se tiene un gestor. Pensar que por el hecho de contar con la ayuda de un gestor optimizamos las declaraciones fiscales, puede dar origen a algún que otro sobresalto o disgusto. Muchos gestores sólo registran los gastos que el autónomo le pasa y no tienen tiempo para realizar un estudio personalizado, ni mucho menos para revisarlo periódicamente y detectar nuevos gastos a medida que la situación del autónomo va cambiando. Asimismo, si el autónomo no le informa de que sus condiciones han cambiado, el gestor no presentará determinados modelos y el autónomo estaría incurriendo en una falta sancionable por Hacienda. 

Puntos a tener en cuenta en esta campaña

Además de estos posibles fallos, este año la campaña de la renta puede ser un poco más complicada. El despacho Alemany, Escalona & De Fuentes ha elaborado un listado sobre las principales repercusiones que tendrá el covid-19, que afectará, entre otros colectivos, a autónomos. Marisa Ramírez Prieto, abogada senior del despacho, ha explicado que los trabajadores por cuenta propia que se hayan acogido a la llamada prestación extraordinaria por cese de actividad deberán incorporarla en su autoliquidación como rendimiento del trabajo y, al considerarse como tal, podrán deducirse, en concepto de otros gastos y con carácter general 2.000 euros.