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Revulsivo para la industria tecnológica

Diamantes bajo el sol de Trujillo

Diamond Foundry (EEUU) transformará carbono en diamantes artificiales para uso industrial

El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

Cultivar en una fábrica en unos pocos días lo que la naturaleza crea en cientos de años. Esta es la idea de una empresa estadounidense que ha puesto sus ojos en Extremadura, y en las 3.000 horas de sol que ofrece al año, para fabricar una de las piedras preciosas más cotizadas del mundo: el diamante.

Ya lo hace en Estados Unidos, pero ahora Diamond Foundry quiere abrirse al mercado europeo desde Trujillo. Aquí plantea invertir 670 millones para construir en 30.000 metros cuadrados una industria en la que ‘cultivará’ este caro mineral que puede suponer un revulsivo en el sector tecnológico.

El proyecto, sujeto a la ayuda y al apoyo financiero público del Ministerio de Industria y de la Junta de Extremadura, prevé la creación de 300 puestos de trabajo directos de alta cualificación. En la firma del acuerdo de colaboración, el 25 de junio, participaron el consejero delegado de Diamond Foundry, Martin Roscheisen, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, el presidente de Kishoa Powen Energía Renovables, Rafael Benjumea, la otra empresa implicada el proyecto, y el secretario general de Industria, del Ministerio de Industria, Raúl Blanco.

Los plazos que se manejan para la puesta en marcha de la fábrica pasan por alrededor de un año o año y medio para la obtención de los permisos, a los que se sumarán posteriormente otros dos años en la fase de construcción.

Diamond Foundry, que se fundó en 2012 en Silicon Valley (California) y cuenta entre sus inversores con el actor Leonardo DiCaprio, tiene en EE UU una fábrica dedicada a la producción de diamantes artificiales para el sector de la joyería. Los diamantes extremeños, sin embargo, se harán en láminas y se usarán como semiconductores, lo que permitirá mejoras en el campo de la electrónica y la alta tecnología, especialmente 5G y coches eléctricos, por sus excepcionales propiedades de dureza y conductividad térmica. Pueden ser incluso la alternativa para los microchips, escasos y demandados en la actualidad, que se fabrican fundamentalmente con silicio.

Proceso químico

El diamante, sin embargo, está formado por otro elemento químico: el carbono. En la naturaleza se crea con átomos de carbono sometidos a temperaturas elevadas y altas presiones en el interior de la Tierra. ¿Cómo se consigue de forma artificial? "Imitando a la naturaleza", explica Jesús Díaz, titular del área de Química Orgánica de la Universidad de Extremadura. Hay dos técnicas, una es ‘High Pression, High Temperature’ (Alta Presión, Alta Temperatura), que recrea el proceso natural partiendo de carbono o de una semilla de diamante que empezará a crecer.

"El proceso culmina después de algunas semanas en un diamante bruto", apunta Antonio Macías, catedrático de la Escuela de Ingenierías Industriales. La segunda técnica, ‘Chemical Vapor Deposition’ (Deposición Química de Vapor), es la más probable en Trujillo y permite un proceso más controlado. El elemento clave sigue siendo el carbono, que se deposita en forma de diamante en un reactor de plasma a partir de gases ricos en este elemento, como el metano. "El proceso al detalle es difícil de conocer porque en estas cuestiones hay mucho hermetismo", reconoce Macías.

El profesor de Química apuesta también por esta última técnica pero partiendo de algún gas o mineral rico en carbono, que llevado a forma gaseosa y añadiendo elementos como el boro, el fósforo o el nitrógeno, con calor y presión, genere finas capas de diamante dopado.

Pero imitar esas condiciones de alta temperatura y presión supone un "coste energético brutal, lo que hace que no compense fabricarlos". Se habla de alcanzar temperaturas que pueden rondar los mil grados. Y esto se hará con reactores de plasma desarrollados por Diamond Foundry y de forma sostenible, solo con energías renovables, lo que abarata su coste.

Para crear los diamantes extremeños se instalarán 600 reactores que funcionarán con una planta fotovoltaica de autoconsumo aparejada la fábrica, solo con el sol de Trujillo.

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