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Once generaciones con el turrón en la sangre

Isabel Sirvent, directora de marketing de El Lobo y 1880 - Tiene un gran referente en su abuela, que dirigió la empresa en la Guerra Civil

Creció entre almendras, mieles, huevos y azúcares, y embelesada por el inconfundible y exquisito aroma que desprende el turrón acabado de elaborar. No era para nada extraño, teniendo en cuenta que los orígenes de la empresa de su familia, Almendra y Miel, ubicada en Xixona y dedicada a la producción de turrones de marcas tan conocidas como 1880 ó El Lobo, se remontan a 1725. Desde entonces, nada menos que 11 generaciones han pasado por la dirección de la compañía, formando parte destacada de la última Isabel Sirvent, que a sus 27 años está al frente del departamento de marketing, tras haber pasado por el de exportación. No esconde que el turrón corre por sus venas, y que su empeño está puesto en prolongar la trayectoria exitosa de la empresa, siempre con base en un producto tradicional de calidad, pero con los instrumentos promocionales de hoy en día.

Y eso que sus inicios tanto académicos como profesionales no estuvieron relacionados directamente con el sector. Según recuerda, "me fui nada más cumplir los 18 años a Chicago para estudiar marketing y comunicación y, tras obtener el graduado, estuve trabajando en una empresa dedicada a los organizadores de cocina, baño y oficina". Sin embargo, el sueño americano se rompió con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos. Según recuerda, "aplicó las leyes de inmigración más duras que pudo, y eso complicó al máximo mi estancia en el país, hasta el punto de que no me quedó otra opción que casarme o volverme a casa. Como resulta evidente, elegí la segunda opción, teniendo en cuenta que contaba con mi familia y también me atraía la cultura, la gastronomía y el bienestar de mi tierra natal".

Aquello fue en 2011, momento en que entró a encargarse directamente del departamento de exportación de Almendra y Miel, que elabora las marcas 1880 y El Lobo, en Xixona, y Doña Jimena, en Jaén, en este último caso a través de la razón social Chocolate y Trufa. "Me crié entre turrones, pero mi objetivo principal al entrar a formar parte de la dirección de la empresa, junto a mi padre José Manuel y mi prima Beatriz, fue conocer la compañía de abajo a arriba. Eso me permitió hacerme cargo del departamento de marketing en 2019 tras haberlo aprendido todo", enfatiza.

El más caro del mundo

Isabel Sirvent es responsable de marketing, y reconoce que tiene una buena escuela en el pasado de la empresa. Sólo hay que recordar lemas casi míticos como "1880, el turrón más caro del mundo", o "El Lobo, que gran turrón". Los dos tienen una explicación. El primero, recuerda, "nació a raíz de que mi abuelo se pusiese a elaborar la receta a base de miel de azahar, almendra marcona, clara de huevo y azúcar". Cuando terminó, no pudo hacer otra cosa que exclamar, "madre mía, va a ser el turrón más caro del mundo". En cuanto al segundo eslogan , se justifica en que la empresa comercializaba el turrón en una cadena de mercados argentinos que se denominaban El Lobo.

Isabel presume del peso y la tradición de la empresa, una de las más antiguas de Alicante y de España, y de las primeras en producir turrón. "Me acuerdo que mi bisabuelo lo elaboraba en un obrador debajo de su casa antes de que llegara la Guerra Civil. Después ya se montó la fábrica, en la que se hacía todo, desde repelar la almendra, a las cajas de madera y las obleas. Ahora mismo es diferente, se han modernizado las estructuras, aunque el turrón es el mismo de entonces, con la misma fórmula e ingredientes que al principio".

En la actualidad, la empresa cuenta con 260 trabajadores en plena campaña, exporta a más de 60 países de todo el mundo y factura cerca de 20 millones de euros anuales. Y todo ello a pesar de que el turrón es un producto muy estacional, lo que supone una traba a la hora de su consumo y comercialización. "Se ha intentado de todo, pero la gente sigue asociándolo mucho a la Navidad", lamenta.

En cualquier caso, la compañía, a través de su departamento, ha estado promocionando las virtudes alimenticias del turrón para todo el año. "Es como cualquier barrita de proteínas, con todas las propiedades de la almendra y la miel. Además, combina muy bien en el ámbito de la cocina, y resulta exquisito, por ejemplo, untado en un filete de carne. Por otro lado, hay que acabar con la leyenda de que engorda. Lo que engorda es lo que la gente se come antes", subraya.

La empresa ha logrado mantener resultados en plena pandemia. Según Isabel, "como la gente no ha podido irse de vacaciones, lo ha gastado en comida, y eso pese a las restricciones en las reuniones familiares. Además, nosotros, al contrario de otras empresas, no redujimos producción". Reivindica el papel de las mujeres en el mundo de la empresa, "porque, evidentemente, están plenamente capacitadas. Mi abuela, sin ir más lejos, fue la encargada de llevar la compañía cuando mi abuelo se fue a la guerra, lo que pasa es que entonces no trascendía". Además, la continuidad de la saga familiar está garantizada. Está embarazada de cinco meses, por lo que ya está en marcha la duodécima generación. Ahí es nada. 

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