Fundación Aspas: cuando el mejor éxito es la inserción laboral
A través de la Formación Profesional Dual, la entidad forma a futuros trabajadores para el sector de la restauración. Sus gestores confirman: «No nos regimos por criterios de productividad»

De izq. a dcha., Xisco Guarí, Víctor Pérez, Jaime Ferrer y Andreu Serra | B. Ramon
Constituida en 1977, Fundación Aspas es una entidad sin ánimo de lucro. Declarada de utilidad pública, ofrece atención integral a las personas con algún tipo de discapacidad (sobre todo, auditiva) y a sus familias, al objeto de lograr la plena inclusión social de esas personas. El pasado año fue distinguida como ‘mejor empresa inclusiva’ en los premios Empresa del Año Banco de Sabadell-Diario de Mallorca. «Desde un principio -señala el coordinador de la Fundación, Andreu Serra-, se trataba de fomentar la audición, asumiendo como premisa fundamental que la única inclusión en el mercado laboral de las personas sordas tiene que ser necesariamente a través de la comunicación oral, sin perjuicio que se puedan adaptar otros sistemas de comunicación, pero no preferentes. Es decir, un niño sordo no debe estar ‘condenado’ a comunicarse sólo a través de la lengua de signos si tiene la capacidad de hablar».
A lo largo de los años, la entidad ha ido creciendo y ganando en reputación. En la actualidad, además de la central de Palma, cuenta con sedes en Inca y Manacor. Por otra parte, no sólo presta cobertura a Mallorca, sino también a Menorca e Ibiza. Para ello, la entidad cuenta con una plantilla de 140 trabajadores, 70 de los cuales (el 50%, por tanto) desarrollan su actividad en los tres centros especiales de empleo de Aspas: los restaurantes Aspas Café, Aspas Fronda y Aspas Rambla, los tres en Palma.
El gerente de la entidad, Jaime Ferrer, señala: «En 2008, en plena crisis, la Fundación empezó la construcción del edificio que hoy es su sede. Había escasez de empleo y tuvimos la idea inicial de abrir un bar para atender al barrio. En paralelo, creamos un Centro Especial de Empleo, que se puso en marcha a finales de 2009, con una plantilla de seis personas».
Ese Centro Especial de Empleo es conocido hoy como Aspas Café. Posteriormente se añadieron otros dos Aspas Fronda y Aspas Rambla. «Se trata de espacios para que personas con especiales dificultades para la empleabilidad encuentren un puesto de trabajo. De inicio, sólo estaban concebidos para el colectivo de personas con discapacidad auditiva, posteriormente también se integraron personas con discapacidad intelectual, mental y física», indican Ferrer y Serra. Cabe significar que a lo largo de 2024, en los tres restaurantes de la Fundación se sirvieron 110.000 menús.
La Formación Profesional Dual, pilar clave
En Fundación Aspas, uno de los pilares fundamentales a la hora de articular el objetivo de la inserción laboral de personas con discapacidad (mayormente, auditiva) es el programa de Formación Profesional Dual, vigente en la entidad desde 2020. «Como es sabido -comentan a la par Ferrer y Serra-, esta modalidad formativa consiste en un 50% de formación teórica y el otro 50% en empresas. En el caso de Aspas, llevamos a cabo las dos vertientes en nuestras instalaciones, al disponer de nuestro propio restaurante. De esa manera, el alumnado pasa la mitad de su tiempo en el aula y la otra mitad en el restaurante». «De momento -explica Ferrer-, la formación está enfocada para desarrollar la profesión de camarero».
En este sentido, tanto la formación teórica como la práctica están perfectamente adaptadas al perfil y a las características del alumnado, incluso considerado individualmente. Así, explica el responsable de Compras y coordinador de restaurantes, Xisco Guarí: «En las cocinas es habitual tener música, y aquí no la ponemos, porque para nosotros lo es (música), pero para las personas con discapacidad auditiva es un ruido». En la misma línea, Serra explica que «la gente suele desconocer es que a una persona sorda con un audífono no hay que hablarle más alto de lo ‘normal’. Es un mito a desmontar. Cuando una persona lleva audiófonos, no hay que gritarle sino que se trata es de hablarle con la voz clara».
Ferrer retoma la palabra para añadir: «Nos gustaría formar a profesionales para cocina, pero de momento no nos es posible por cuestión de espacio. Es uno de los futuros objetivos de la Fundación». Guarí hace constar que «es muy importante ser muy procedimental; es decir, tener muy claro qué se hace en cada momento y no improvisar. Los alumnos sordos tienen que desarrollar trabajos muy estructurados. Pongo un ejemplo: hay personas muy buenas a la hora de cortar, de montar o en cuanto a creatividad, y, sin embargo, no lo son tanto a la hora de decidir lo qué hay que hacer. Por tanto, aquí jugamos con ese hecho y desarrollamos las capacidades de cada uno con la intención de que, en primer término, se integren en un puesto de trabajo ordinario (es el gran objetivo y el gran éxito cuando se consigue) y también de fortalecer sus habilidades para el trabajo. Éste hecho, sin duda, les ayuda a ganar en autoestima y a sentirse satisfechos».
Un botón de muestra de la efectividad de la FP Dual impartida en Fundación Aspas es el joven Víctor Pérez, de 23 años. Tras formarse, trabaja en la actualidad en Aspas Café. «Es un chico al que conozco desde muy niño, y el cambio que ha hecho ha sido descomunal», advierte el gerente de la Fundación.
El propio Víctor relata su experiencia como trabajador de la casa. «Trabajo como camarero, y es algo que me gusta mucho. Llego cada día a las diez de la mañana y trabajo hasta las seis de la tarde. Me gusta especialmente preparar los cafés para los clientes, que enseño a mis compañeros. También muevo los sacos de patatas y pongo el pan en el horno». Con el sueldo que gana, Víctor dice ahorrar bastante y ayudar a la economía familiar. Como quiera que en la vida no todo es trabajo, acabada la jornada laboral, Pérez suele reunirse con grupos de Dimonis y Geganters.
Además del acceso vía FP Dual, en Fundación Aspas también se abren procesos de selección. «En los Centros Especiales de Empleo, hay que dar prioridad de algún modo a los perfiles de más difícil inserción en el mercado laboral. Es lo que tiene que ser y es lo justo. En ocasiones, se valora que en casa del chico o chica entre un salario, porque no hay nadie trabajando en la familia. Todos esos aspectos se tienen en cuenta», subraya Ferrer. Por su parte, Serra añade: «En este terreno, nosotros tenemos una empresa adaptada y pensada para personas con discapacidad», al que Guarí agrega: «Un trabajo que una persona pueda tener realizado en tres horas, quizá lleguen a ser cinco para una persona con discapacidad». Y la conclusión de los tres, al unísono, es: «No nos regimos por criterios de productividad».
«Eso no significa -matiza Ferrer- que los números tengan que salir negativos; ser una entidad sin ánimo de lucro no significa no tener números en positivo. Necesitamos un margen para reposición, para circulante de tesorería… Lo bueno de la entidad es que todo el beneficio se reinvierte en la propia entidad. Reinvertimos los intereses generados a través de nuevas contrataciones o en mejora del equipamiento». Por lo general, los beneficios netos suelen ser del 5% del volumen de facturación, aunque en 2024 no se alcanzó esa cuota por el aumento de los costes.
El día a día en Aspas Café
El día a día de los trabajadores de Aspas Café, Aspas Fronda y Aspas Rambla (como centros especiales de empleo de Fundación Aspas), está regido por el orden y unas pautas muy concretas y establecidas, para que los profesionales sepan en todo momento cuál es su cometido.
Como coordinador de los tres restaurantes de la entidad, Xisco Guarí, expone al respecto: «Es un trabajo muy organizado. Nuestros trabajadores saben que a primera hora hay que desinfectar y colocar los pedidos de verdura que nos han llegado. También pelan patatas; una vez que estas labores más bastas, pasan a preparar las ensaladas de guarnición. En algunos casos, a los que les cuesta tomar decisiones, les recordamos que tienen que hacer lo que hacen a diario. No cabe duda de que el seguimiento de unas rutinas les ayuda mucho y les hace crecer. Tenemos el caso de Dani, que es autista; empezó lavando platos y ahora es un activo muy importante en la cocina». A diario, según comenta Jaime Ferrer, director-gerente de la Fundación, «Dani me pregunta cuántos menús hemos hecho».
Sigue explicando Guarí que «cuando todo el preservicio está hecho, los trabajadores tienen dos opciones: asistencia en el servicio o preparaciones; por ejemplo, elaborar de postres para el día siguiente.
Una vez que ha acabado el servicio, a las cuatro de la tarde, tienen que limpiar la cocina y repartir los trabajos del día siguiente, lo cual acostumbran a hacer ellos mismos».
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