Jaime Bibiloni, fundador de Jaime Bibiloni SA: «En Mallorca la especulación afecta mucho al precio de la primera vivienda»

Jaime Bibiloni, en su despacho, en Son Rossinyol de Palma / B. Ramon
Jaime Bibiloni | Fundador de Jaime Bibiloni SA. Nacido en Santa Margalida en 1944, profesa su amor por el campo. Estudió Arquitectura en Barcelona y empezó a trabajar en una empresa promotora en 1967. Ya entonces quería volar libre, de modo que constituyó en 1970 su propia empresa. Está casado y tiene dos hijos, ambos integrados en el negocio familiar.
¿En qué momento se encuentra la empresa Jaime Bibiloni SA?
Jaime Bibiloni SA es la matriz de un grupo de sociedades y, junto con varios socios, tengo empresas que sólo se dedican a la promoción inmobiliaria. Todo lo relativo a construcción se canaliza a través de Bibiloni 2000 SA, propiedad de mis hijos, quienes además llevan toda la gestión conjunta. Nosotros estudiamos la viabilidad de un solar y, si entra en nuestros cálculos, ponemos el proyecto en marcha, cuyo proceso puede durar tres o cuatro años hasta recuperar el capital invertido; son plazos demasiado largos que conducen a un aumento de costes. Cuando estalló la crisis financiera del ladrillo, en 2008, lo que nos perjudicó más fueron los bancos, que nos trataron como trapos sucios: entonces los hoteleros pagaban el 0,5% de interés en tanto que nosotros pagábamos el 5%; en ese entonces, estuvimos cuatro o cinco años sin vender ningún inmueble debido a la competencia de los propios bancos, que actuaron como inmobiliarias. Debo decir que, con esa excepción, nunca hemos tenido problemas para vender nuestros productos y estamos acostumbrados a trabajar en competencia.
«Cuando estalló la crisis financiera del ladrillo, en el año 2008, la banca nos trató como trapos sucios»
Háblenos del origen de la empresa, en 1970, y su evolución hasta nuestros días.
Nosotros, en la empresa, siempre hemos trabajado en el mismo ramo, promoción, construcción, rehabilitación y gestión urbanística. Yo siempre supe que quería trabajar por mi cuenta y para ello debía contar con mi propia empresa. Como tal, empezamos a trabajar en el año 1970, estando de alta tanto en construcción como en promoción. Posteriormente, en 1982 se constituyó en sociedad anónima. Recuerdo que en aquellos años (los setenta y los ochenta) había muchos problemas de suministro; por ello tuvimos también una empresa de electricidad que, al final, quedó en manos del socio. Actualmente tenemos en curso promoción residencial, naves industriales y gestión de suelo a través de la correspondiente Junta de Compensación desde hace más de 20 años. Además, la constructora está volcada en la rehabilitación integral de edificios. Por suerte, disponemos de un gran equipo técnico colaborador que nos permite tomar decisiones al momento y asumir con eficiencia todas nuestras actuaciones.
¿Cómo encaran el recién iniciado 2025?
En la promoción, contamos con proyectos a tres años vista, con una excepción puntual de una promoción en Sevilla junto a un socio. Nuestra actividad está centrada en Mallorca, y particularmente en Palma. La experiencia en Andalucía nos permite conocer las diferencias que hay entre los dos puntos, que son brutales. La gran diferencia estriba en que, en la península, los solares son más grandes que los de Mallorca, con lo cual los proyectos son más rentables, porque todo lo que sea trabajar en pequeños solares encarece el precio. En nuestro caso, al ser un grupo empresarial pequeño (contamos con una treintena de trabajadores), no nos interesa salir fuera. Además, yo siempre he defendido contener los gastos generales: crecer es muy fácil, otra cosa es mantenerse. Nuestra idea, por tanto, no es crecer en volumen, sino hacerlo en calidad y eficacia.
Ustedes se dedican, como indica, a promoción y a construcción. Y además le añaden el componente de gestión urbanística…
Así es. Estos son nuestros tres pilares principales. Debo advertir de entrada que se suelen confundir los conceptos a la hora de referirnos a la construcción y a la promoción; eso también ocurre en el ámbito periodístico. A menudo se escuchan por la calle comentarios del estilo ‘he comprado un piso a un constructor’, cuando en realidad se refieren a un promotor, que es el que promueve la obra y la financia durante tres o cuatro años. El constructor, aparte de ser empresa matriz de la obra, normalmente cobra en plazo y es el proveedor principal del promotor.
¿Cómo ve la problemática del sector?
El promotor es un fabricante de contratos y de impuestos (electricidad, telefonía, agua, seguridad, basuras y residuos, IBI., vados, tasas urbanísticas, entre otros) y lo curioso del caso es que los mismos beneficiarios son los que más retrasan la promoción, lo cual se traduce en un mayor coste que siempre repercute en el cliente final, ya que nosotros somos el primer y el último eslabón de la cadena. Antes, los procesos urbanísticos duraban unos cuatro o cinco años. Ahora llevamos más de 20 años con todos los urbanizables vigentes (Son Busquets, Cas Pastors, Can Fontet, Son Ximelis, Son Bordoy, Son Güells, Antigua Prisión, entre otros), que tampoco creo que se ejecuten en esta legislatura. Toda la parafernalia de burocracia existente y las pocas expectativas de que mejore hace muy difícil el trabajo del sector. Soluciones hay, intenciones también, pero resultado ninguno.
«Suprimiendo tasas e impuestos de la primera vivienda, los costes se podrían rebajar un tercio»
El problema de la vivienda es muy acuciante en España y en Mallorca. ¿Por dónde pasa la solución?
Como decía antes, la constructora no puede bajar precios (tiene en contra la insularidad, la productividad, el absentismo, la cualificación laboral, la ocupación, la seguridad...). De hecho, todo esto ha provocado que, en el sector, los gastos generales se hayan disparado. Es más, los precios de la construcción tendrán que subir cada año más del doble que el IPC para poder mantener la viabilidad de las empresas. Los precios de los inmuebles en Mallorca tampoco pueden bajar por el parámetro del suelo: si escasea, como es el caso, no pueden bajar. En este ámbito, plantearía una medida que sería tan impopular como efectiva: aplicar impuestos a los solares sin edificar. Por otra parte, si se suprimieran las tasas e impuestos que gravan la primera vivienda, su IVA se subvencionara y se eliminara -como refería anteriormente- la burocracia que afecta al sector, podríamos hablar de un ahorro de una tercera parte de su precio final, y eso son palabras mayores. Considero además que la Administración debe promover adecuadamente el alquiler social. Se trata, en definitiva, de no dejar aumentar los precios y suprimir la burocracia y los impuestos relativos a la primera vivienda. No hablamos de una medida estrella sino de varias medidas en paralelo. La política no va de derechas ni de izquierdas, sino de dar soluciones a los problemas que tiene la sociedad. Pero ni la izquierda hizo nada ni tampoco lo va a hacer la derecha, visto lo que llevamos de legislatura.
¿Podemos estar ante una nueva burbuja inmobiliaria?
Nadie sabe lo que va a ocurrir en el futuro, porque estamos en un escenario mundial de gran inestabilidad. Lo que está claro asimismo es que la guerra tendrá que pagarla alguien, y cuando pasen la factura a España, habrá que abonarla. ¿Hasta qué punto nos afectará individualmente? Eso no se puede saber; yo, por lo menos, lo ignoro. En cualquier caso, como ocurre siempre que hay inflación, la clase baja será la más afectada y la más perjudicada. Aprovecharé para decir que no es justo que gane más aquel que especula que aquel que trabaja día a día y produce. Y hoy en el mercado hay excedente de dinero, y hay grupos muy potentes desde el punto de vista financiero, grupos que pueden comprar y vender a su antojo. En Mallorca, esta especulación afecta mucho el precio de la primera vivienda. Además, la repercusión del turismo en términos de vivienda es muy cuantiosa en Mallorca. Estamos, en síntesis, en una espiral muy peligrosa.
¿Por qué cree que el mundo de la construcción suele tener ‘mala prensa’?
Los partidos de izquierda siempre han dicho que el sector de la construcción es un depredador, que daña el paisaje, que ensucia... Parece que la construcción es el sector responsable de todo, pero esto no es así. Entre otras cosas, porque no hay nadie que desarrolle un proyecto sin una normativa aprobada para el mismo. Aquí, el promotor no pinta nada, sólo acata la normativa. Por otra parte, sí es cierto que en la promoción inmobiliaria y en la construcción se maneja dinero y también lo es que se han producido desfalcos y estafas, pero eso -por desgracia- ocurre en todos los sectores. En nuestro sector, qué duda cabe que esos episodios dañan nuestra imagen y duelen, sobre todo porque la vivienda es materia muy sensible.
¿Cómo funcionan ahora las licencias urbanísticas?
Mire usted: nosotros tenemos entre seis y ocho expedientes en vigor en Palma, y ninguna licencia sale en menos de un año. Hay cuellos de botella en todos los departamentos y sin visos de solución. Ante esto, en la empresa privada habría ceses, dimisiones o quiebras. Hay soluciones porque hay buenos técnicos y personal en la Administración, pero el sistema falla. En cambio, el sistema recaudatorio es automático, ahí no hay dilaciones…
«Mis amigos e incluso mi médico me recomiendan que siga en activo»
Jaime Bibiloni es un apasionado de su trabajo y de «hacer las cosas bien, con la máxima profesionalidad». Esa manera de trabajar le ha dado a su empresa una notoriedad y un prestigio fuera de toda duda. El propio Bibiloni explica lo que es para él el trabajo.
«Toda la vida hemos acometido los proyectos de un modo muy personal, podríamos decir. Me refiero a que me involucro personal y profundamente en todos los proyectos y todas las obras que están bajo mi responsabilidad directa. Incluso en la actualidad, prácticamente a diario realizo una visito de obra. Cada día estoy operativo desde la siete y media de la mañana y hasta las siete de la noche. Claro está que no me siento esclavizado, sino que hago lo que quiero ya a estas alturas de mi vida, pero disfruto con mi trabajo. Si así lo considero, puedo irme de una obra a sembrar higueras a mi finca y luego regresar a la obra, sin tener que dar explicaciones a nadie. Mi esposa me dice que me tengo que retirar, pero tanto mis amigos como mi médico me recomiendan que siga en activo».
Jaime Bibiloni SA también destaca por su compromiso con la sostenibilidad en las promociones; «es algo que hemos hecho siempre y que defendemos a capa y espada», subraya Bibiloni.
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