Juan Salas, Socio-gerente de Aficine: «En el sector, siempre sufrimos crisis y altibajos, pero acabamos saliendo adelante»
Nacido en Palma en 1958, está casado y tiene dos hijos («además de cinco nietos», según apostilla el propio Salas). Vinculado profesionalmente al cine y a la empresa familiar desde los 21 años, admite que el denominado séptimo arte es una de sus pasiones, junto al tenis y el mar. Por ello y sin duda, el suyo es un ‘negocio de cine’

Juan Salas admite que disfruta con su trabajo | Guillem Bosch
¿Cómo se generó su vínculo con el mundo del cine?
Desde niño he estado muy vinculado al cine, porque también lo ha estado mi familia. En casa siempre escuché hablar de cine; recuerdo que cuando volvíamos del Port de Pollença a Palma, mi padre se detenía en tres o cuatro cines. En aquel entonces había cines por todos los lados. Por otra parte, en la familia íbamos mucho al cine, los fines de semana especialmente. Poco a poco, me fui ‘enganchando, pero no sólo para ver las películas sino también a observar el funcionamiento interno de los propios cines. Mi padre incluso me dejaba entrar en la cabina. También recuerdo que los fines de semana a mi hermano y a mí nos hacía llamar a algunos cines para saber como habían ido los estrenos. Ya un poco más mayor, con 21 años, entré a trabajar en la empresa desde abajo de todo; en el almacén y haciendo de todo. Así, empecé a seguir la estela de mi padre, que -a su vez- había seguido el camino que había iniciado mi abuelo, que fundó el primer cine en Pollença en los años treinta.
El cine en Mallorca lleva indefectiblemente el apellido Salas entre sus protagonistas principales…
Mi abuelo, Rafel Salas Vilanova, fue un emprendedor dedicado al mundo textil y comercial, y cuando advirtió que el cine iba cogiendo auge decidió constituir el primer cine, y después, junto a otros socios, los abrió en Palma. Mi padre, Rafel Salas Llompart, estudió en Barcelona y se ocupó la vertiente cinematográfica de la empresa familiar, en tanto que su hermano Ignasi se encargó de la parte textil, en Tejidos Salas. Y fue mi padre quien empezó con la ampliación de cines y, además, en 1958 montó una distribuidora de películas en Palma: Exclusivas Films Balears (EFIBA), que ofrecía servicio a las más de 150 cines que había en aquel entonces en Balears. En aquellos tiempos (años cincuenta y sesenta), en cada pueblo uno podía encontrar dos y hasta tres cines. La estrena de las películas se hacía en Palma y al cabo de unas semanas se proyectaban en los pueblos.
«Mi abuelo, Rafel Salas Vilanova, fue emprendedor y fundó el primer cine en Pollença en los años 30»
¿Cómo podemos valorar el momento actual de Aficine?
Después de la peor crisis que hemos sufrido en estos casi cien años de trayectoria (me refiero, claro está, a la pandemia), podemos decir que estamos en fase de recuperación y de remontada. De hecho, en nuestro sector siempre se sufren crisis y altibajos, cada cinco o diez años hay situaciones o hechos que nos complican la vida (la irrupción de la televisión privada, el vídeo, la piratería, las plataformas, la piratería…), pero siempre acabamos saliendo adelante. Lo cierto, sin embargo, es que en esta ocasión la recuperación se ha hecho más difícil que de costumbre, sobre todo porque a la gente mayor de 50 años le ha costado volver a adquirir el hábito de ir al cine; cosa que no ocurre con la juventud y las familias con niños, que poco a poco van volviendo a una situación de normalidad con respecto a su asistencia a las salas. En cualquier caso, cabe significar que, en 2024 el colectivo que más subió (en referencia a ir al cine) fue el de personas de más de 50 años, en parte porque también es el que tenía mayor margen de mejora. Sea como fuere, aún nos queda un 20% para recuperar las cuotas de asistencia a las salas del período 2015-2019. Cogemos como referencia estos cinco años, porque si tomamos la referencia únicamente de 2019 nos deprimiríamos, puesto que para el cine fue un año impresionante, batiendo registros de toda la década. Esta misma situación que vive Aficine en Mallorca y en el conjunto de Balears es perfectamente extrapolable al conjunto de España, porque la situación es muy parecida. Normalmente, con algunos matices, la fotografía del cine en Balears es la misma que la de España.
Y, por comunidades, ¿en qué posición se encuentra el cine en Balears?
Vamos a ver. Por lo general, en lo que respecta al número de espectadores según el total de habitantes de cada comunidad, Balears era la cuarta o quinta en el ranking de asistencia a los cines. En cambio, en 2024 pasamos a ser los segundos, sólo por detrás de Madrid. Es decir, Balears va cogiendo ritmo, de modo que el mensaje tiene que ser optimista. Cabe advertir, eso sí, que -por muy buenos cines que haya- si no se estrenan películas comerciales y de calidad tampoco mejoraría la asistencia. Digo esto para recordar que en España los cinco primeros meses de 2024 fueron horrorosos, debido a la huelga de guionistas y actores y actrices en Estados Unidos del año anterior. Hay que recordar que en nuestro país el 65% de las películas que se proyectan en las pantallas cinematográficas son norteamericanas. Afortunadamente, el segundo semestre del año fue espectacular y pudimos cerrar el ejercicio con más de un millón cien mil espectadores en nuestras 40 salas.
«En nuestras salas podemos ofrecer ópera y ballet en directo desde cualquier parte del mundo»
Recordaba usted la gran cantidad de salas de cine en los años cincuenta y sesenta, situación que contrasta claramente con la actualidad. ¿Podríamos decir que Cualquier tiempo pasado fue mejor?
A ver. En este sentido, hay que recordar que en aquellos tiempos el cine era prácticamente la única forma de ocio que la gente tenía a su alcance. Entre otras cosas, porque la propia gente no se podía desplazar tanto como podemos hacerlo en nuestros días. Además, efectivamente, había muchos cines, de modo que todo el mundo tenía una sala cerca de su casa. Observo que en los últimos veinte años hemos asistido a una revolución digital enorme en el terreno del ocio, con las plataformas, los videojuegos…, con el añadido -por otra parte- que la gente viaja muchísimo más que antaño. Quiero significar con todo ello que la competencia para el cine es mucho mayor ahora que en décadas atrás.
¿Qué acciones promueven para qué el negocio del cine sea, en la práctica, un negocio rentable y duradero?
Lo resumiría en una palabra: diversificar. Lo que nosotros venimos haciendo en nuestros cines en los últimos diez años es diversificar. Gracias al cambio de los proyectores a digital, podemos ofrecer no sólo alternativas al cine, sino que además podemos brindar ópera y ballet en directo desde cualquier parte del mundo. Además, llevamos a cabo festivales de cine, conciertos, campeonatos de videojuegos, retransmisiones deportivas... Es decir, cualquier espectáculo de los mencionados que se celebre en cualquier punto del planeta lo podemos ofrecer en directo en una sala de cine. Recomendaría a las personas amantes de la ópera y el ballet que acudiera a Ocimax. Vivirá una experiencia impresionante al ver ese espectáculo a través de las imágenes emitidas con cinco cámaras. Todo ello. Esa oferta la tenemos tanto en Mallorca como en Menorca e Ibiza. Es un espectáculo incomparable. Asimismo hay que destacar que la sala Exclusive de Ocimax es sumamente recomendable, puesto que hemos pasado de tener en ella 160 butacas a tener solamente 60, la comodidad es absoluta. Otra inversión importante la hemos acometido en relación con el sonido, al incorporar la tecnología Dolby Atmos, conocido como el sonido envolvente.
Ustedes, como decía, están no sólo en Mallorca sino también en Menorca e Ibiza…
Así es. Y teniendo un total de seis complejos en Balears para un total de 40 salas, pretendemos que un espectador pueda tener las mismas posibilidades en cualquiera de los cines. Para ello, con la tarjeta de fidelización Aficine hay puntos de regalo, bonos de descuento e información actualizada a diario sobre todo aquello que ofrecemos al público. En total, tenemos en la actualidad unos 35.000 socios activos. Para nosotros, activos significa que esos espectadores van al cine, cuando menos, una vez al mes.
¿Qué balance haría del negocio de las salas cinematográficas en Mallorca en la última década?
De 2015 a 2019 la evolución fue fantástica en lo relativo a número de espectadores en las salas. Cada año superábamos los registros del anterior, hasta llegar a 2019, que fue el mejor año de los últimos 15, entonces. Había apertura de complejos nuevos, se reformaron los existentes, incluso con la ampliación de salas, con mejor sonido, mejores butacas… A partir de 2020, como decía antes y debido a la pandemia, la valoración fue negativa, hasta (además de que la gente no se movía, no hubo estrenos durante año y medio). Ocimax sí abrió las puertas en julio de 2020, y sólo asistió entre un 5% y un 10% de los espectadores de un año ‘normal’. Pero es que los demás cines los tuvimos casi un año entero cerrados. En esa situación tan compleja, en 2021 incluso nos planteamos la posibilidad de cerrar los cines para siempre. Pero gracias a las ayudas del Gobierno central y del Govern, por un lado, pudimos reducir el impacto el golpe; por otra parte, también nos ayudó el hecho de que el 90% de nuestros locales lo eran en propiedad. Fue, en todo caso, una situación durísima con una gran incertidumbre.
Diciembre, el mes preferido para ir al cine
Gran conocedor del mundo del cine (no en vano, lleva toda su vida vinculado al mismo), Juan Salas certifica que, tradicionalmente, diciembre es el mes que se lleva la palma en asistencia de espectadores. «Por un lado, la gente tiene mucho tiempo libre y, por otro, las distribuidoras nos hacen llegar mucho material», expone. Posteriormente, según Salas, vendrían los meses de julio y agosto. Por el contrario, el peor mes es el de mayo. «Los estudiantes están estudiando; ya hay quien empieza a ir a la playa, con lo cual -sabiéndolo de antemano- los distribuidores no estrenan tantas películas», argumenta.
En cuanto a los géneros que gozan de mayor aceptación por parte del público, hace la siguiente clasificación: acción y animación en primer lugar, comedia en segundo puesto y en tercer lugar estarían comedia y terror.
En cualquier caso, Salas explica el hecho por el cual el cine, pese a todas las crisis vividas y a la cuantiosa competencia en términos de ocio, sigue vivo. «El cine permite al espectador evadirse de su realidad cotidiana y de sus problemas de una manera muy especial. Además, es una de las formas de ocio actuales más económica. Uno puede ir al cine por seis euros».
En lo personal, el gerente de Aficine afirma que su película favorita es Cinema Paradiso. «Es una gran película y me gusta sobre todo porque me recuerda la evolución del cine en el seno de mi propia familia». Finalmente, Salas confirma que en el conjunto de España las películas más vistas en el último año fueron Del revés y Padre no hay más que uno, con 7 y 2,2 millones de espectadores.
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