Reglas fiscales europeas
Bruselas avala la senda de ajuste fiscal propuesta por España, en espera de los Presupuestos
La Comisión Europea da el visto bueno a que el gasto crezca a una media anual del 3% hasta 2031, con una subida de la presión fiscal de 0,4 puntos de PIB
Beatriz Ríos
España tiene el visto bueno de la Comisión Europea para su senda de ajuste fiscal a medio plazo, en el marco de las nuevas fiscales, pero el Ejecutivo comunitario pidió este martes al Gobierno unos Presupuestos para 2025 que vayan en línea con lo acordado en ese programa.
España ha hecho los deberes. Después de la agónica subida de impuestos aprobada la semana, Bruselas considera que el plan de inversiones y reformas del Gobierno para reducir su déficit y su deuda "fija una senda fiscal creíble para asegurar la sostenibilidad" a medio plazo. Pero el Ejecutivo comunitario insiste al mismo tiempo en que los Presupuestos para 2025, que España no ha presentado aún, deben ir en línea con lo comprometido en el Plan Fiscal y Estructural a medio plazo, para el periodo 2025-2028, que el Gobierno español envió el pasado 15 de octubre y que ahora ha recibido el visto bueno de la Comisión Europea.
“Lo que esperamos es que España, obviamente, implemente estas medidas en línea con lo acordado en el Plan Fiscal y Estructural a medio plazo y que esto se refleje también en el borrador presupuestario para 2025”, aseguró en rueda de prensa el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis.
El Gobierno había solicitado además ampliar el plazo para sanear las cuentas públicas de cuatro a siete años. El Ejecutivo comunitario también aprobó el martes esta petición, al entender que las medidas a las que se compromete a cambio España deberían contribuir a mejorar “el potencial de crecimiento y resiliencia de la economía española de manera sostenible".
España, un buen alumno
Es la primera vez que la Comisión evalúa los planes de ajuste de los distintos países en el marco de las nuevas normas fiscales. Esas normas mantienen los objetivos de déficit y deuda en un 3% y un 60% del PIB respectivamente, pero ahora, los gobiernos tenían que presentar no solo un proyecto de presupuesto anual, sino detallar sus esfuerzos para alcanzar esos objetivos a medio plazo.
Las nuevas normas permiten tener en cuenta las circunstancias y las necesidades de cada país, pero con exigencias. Dan cierta flexibilidad, a cambio de planes de inversiones, reformas y ajustes. España se ha comprometido así a reducir su deuda y déficit progresivamente. Lo hace sobre el compromiso de un ajuste estructural medio del déficit público del 0,4% del PIB (equivalente a unos 6.000 millones cada año), que debería permitir limitar a un 0,8% el déficit de aquí a 2031 y la deuda, a un 90,5% del PIB.
Al mismo tiempo, el Gobierno ha marcado una senda de gasto público por encima de lo recomendado en su plan de ajuste. La Comisión marcó un crecimiento anual del llamado "gasto primario neto de medidas fiscales" del 2,8% para cada uno de los ejercicios entre 2025 y 2031, mientras que el plan del Ejecutivo lo eleva al 3%. Sin embargo, Bruselas no lo considera un problema. Dombrovskis aseguró que esto se entiende en un contexto en el que la previsión de crecimiento económico del país es mayor de la esperada. El nuevo concepto del 'gasto primario neto de medidas fiscales’ es fruto de un complejo cálculo al que se llega descontando del gasto público total las siguientes partidas: intereses de la deuda pública, las medidas discrecionales de subidas o bajadas de impuestos, el gasto nacional en programas cofinanciados por la UE, el gasto cíclico en desempleo (en momentos de crisis) y las medidas puntuales y de carácter temporal ('one off').
Reforma fiscal 'in extremis'
Entre los compromisos que han permitido a España lograr el aval de la Comisión al Plan Fiscal y Estructural presentado, está la reforma fiscal aprobada por el pleno del Congreso de los Diputados la semana pasada, que incluye la continuidad del impuesto a la banca o un nuevo impuesto mínimo global del 15% para multinacionales y grupos empresariales.
De acuerdo con las estimaciones reportadas por el Gobierno español, la Comisión Europea acepta que las subidas de impuestos aprobadas por el Congreso la semana pasada pueden añadir una recaudación adicional anual equivalente al 0,3% del PIB a partir de 2025 (unos 4.500 millones de euros). Además Bruselas también tendrá en cuenta otra décima de PIB de recaudación adicional a cuenta de la no deflactación de la tarifa del impuesto sobre la renta (IRPF) en los próximos años.
También hay otros ámbitos de reformas comprometidas por España, como la digitalización del sistema educativo, la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles y el impulso del uso de energías renovables, el reconocimiento de cualificaciones profesionales de la población extranjera o el aumento de la oferta de vivienda asequible.
La Comisión reconoce que algunas de las medidas de ajuste tienen que ser concretadas en los Presupuestos anuales. España no ha presentado a tiempo su hoja de cuentas para 2025 y, por lo tanto, el Ejecutivo comunitario “no puede evaluar en este momento si las políticas fiscales” previstas para el próximo año se ajustan a las recomendaciones. Además de España, Bélgica y Austria, en proceso de formación de gobierno tras ir a elecciones, no han presentado sus presupuestos. El Ejecutivo comunitario puntualiza considera, en cualquier caso, que hay otras vías para cumplir con lo acordado.
Así y todo, la evaluación de la Comisión confirma por el momento que España está fuera del procedimiento por déficit excesivo, en el marco del cual los países se enfrentan a multas en caso de superar el límite del 3% del PIB que marcan las reglas fiscales. Tanto las previsiones del Gobierno como las del Ejecutivo comunitario apuntan a que España reducirá su déficit a corto y medio plazo, que quedaría en un 3% en 2024 y un 2,8% en 2025.
Halcones y derrochadores
La primera evaluación de los presupuestos anuales y los planes de ajuste en el marco de las nuevas reglas fiscales de la UE han dejado una imagen curiosa. Mientras que los países que tradicionalmente han tenido problemas para reducir su déficit y deuda están entre los que cumplen con las normas, los llamados “halcones” se han llevado un toque de atención.
Grecia, Italia o Francia han recibido el visto bueno de la Comisión sobre sus presupuestos. Mientras que la Comisión advierte a Alemania de que supera el techo de gasto, y Países Bajos es el único país cuyo Presupuesto no cumple con las recomendaciones del Ejecutivo comunitario, que también critica su plan de ajuste a medio plazo. Además, Bruselas estudia abrir un procedimiento por déficit excesivo a Austria.
Preguntado por esta cuestión, el Comisario de Economía, Paolo Gentiloni, dijo que aunque “no se deben categorizar los países”, la cooperación es buena con los que tienen una deuda importante porque son conscientes de la necesidad de reducirla. Gentiloni evitó apuntar con el dedo, pero ironizó añadiendo que “no fui yo quién quiso normas más estrictas”, sino que fueron otros quienes las pidieron. Y ahora, lo que toca, es aplicarlas.
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