Alimentación

El regreso del IVA a los alimentos básicos causará un repunte de precios este octubre

La medida ha contribuido a moderar la inflación los últimos meses, pero los precios de los productos a los que se ha aplicado han subido igualmente un 9% de media

Una clienta paga su compra en un supermercado BonPreu de Barcelona.

Una clienta paga su compra en un supermercado BonPreu de Barcelona. / ZOWY VOETEN

María Jesús Ibáñez

Desde el 1 de enero de 2023, hace ya 21 meses de ello, los precios de los alimentos básicos, como la leche, los huevos, la fruta y la verdura o el pan, no han incluido el IVA. La medida, aprobada por el Gobierno en plena cresta inflacionista tras el estallido de la guerra Ucrania, ha conseguido con claridad uno de los propósitos para los que fue aprobada: ha contribuido a controlar la escalada de precios de la cesta de la compra y a moderar la inflación general, coinciden expertos consultados por este diario. A partir del 1 de octubre, no obstante, el regreso del impuesto hará repuntar de nuevo el precio de venta de los productos que hasta ahora se han beneficiado del descuento. Muy previsiblemente también crecerá el índice de precios al consumo (IPC), ya que los productos con IVA superreducido (hasta ahora al 0%) pasarán a pagar un 2% y los de tipo reducido (que se encuentran al 5%) subirán al 7,5%.

"La previsión es que, al menos en un primer momento, haya una subida de precios, pero eso no tiene por qué crear necesariamente más inflación, entendida como un aumento de precios constante, entre otras razones porque la economía española se encuentra en un buen momento", augura Agustí Colom, profesor de Teoría Económica en la Universitat de Barcelona (UB). También Javier Martínez, investigador de Esade Center for Economic Policy (EsadeEcPol), considera que si "las grandes superficies trasladaron en su momento la rebaja, es de esperar que trasladen ahora la subida".

La previsión del Gobierno es que el 1 de enero de 2025, los productos con IVA superreducido recuperen el 4% que tenían antes de la implantación de la rebaja y que los de IVA reducido vuelvan al 10%. "Nuestros cálculos -añade Zoel Martín Vilató, economista de CaixaBank Research- apuntan a que entre octubre y hasta finales de año pueda notarse un repunte de 0,4 puntos y que el impacto el año que viene, con la entrada en vigor de la segunda subida, sea de otros 0,3 puntos".

"Es evidente que en octubre va a haber un aumento de precios, y el 31 de diciembre, lo habrá otra vez. El IPC de los alimentos puede subir o no, pero el general no tendría que notarlo", vaticina por su parte el experto de EsadeEcPol, que destaca que, en todo caso, "el hecho de que el impuesto se vaya implantando de forma escalada va a suavizar sin duda el efecto".

Pero, ¿ha valido la pena?

Aunque "la dinámica de precios de los alimentos ha sido de moderación desde que se implantó la rebaja y eso ha contribuido a que el IPC, que había llegado a crecer a dos dígitos, se suavizara", según constata Martín Vilató, lo cierto es que los importes que el consumidor paga por los productos sobre los que se aplicó han subido un 9% de media desde el 1 de enero de 2023, según los datos disponibles del INE.

En algunos casos, como el de las patatas, los consumidores no tienen la sensación de haber notado el IVA cero y ahora están pagando, según los datos del IPC de este agosto, un 24,8% más que en enero de 2023. Las frutas frescas también han experimentado un incremento del 15,2% en el mismo periodo. Y el ejemplo más paradigmático, el del aceite de oliva, que se ha encarecido un 59,3%, un porcentaje que se ha visto moderado los últimos dos meses, cuando se suprimió por completo el impuesto a este producto. "Muchos de estos alimentos básicos han seguido viendo aumentos en sus precios debido a factores externos como el aumento de los costes de producción y logística y también por las malas cosechas que ha traído la sequía", argumenta, en este caso, Javier Martínez.

"En un primer momento, la medida tuvo un efecto muy positivo, porque la mayoría de cadenas de distribución y comercios minoristas aplicaron el descuento y eso generó un alivio para los consumidores", valora Colom, que lamenta, no obstante, que no se hiciera un seguimiento más prolongado del impacto, sobre todo cuando las asociaciones de consumidores empezaron a denunciar que algún establecimiento volvía a subir precios.

Saldo negativo para Hacienda

Hasta el pasado julio, la medida le había costado a la Agencia Tributaria más de 2.100 millones de euros. En concreto, en los 12 meses de 2023, las arcas públicas dejaron de ingresar 1.703 millones de euros por "la rebaja de tipos impositivos en la alimentación, que pasaron al 0% en los productos que tributaban al tipo superreducido del 4%; y al 5% en aceites y pastas, cuyo IVA original era del 10%". A ese importe se han sumado este 2024 otros 442 millones de euros, fruto de las dos prórrogas que ha tenido después el decreto inicial.

También ha fracasado en otro de sus objetivos, el de velar por las familias más vulnerables, dado su carácter de impuesto que repercute por igual sobre el consumidor final, sea cual sea su poder adquisitivo. "La medida no ha tenido una lógica redistributiva", observa Martínez. El profesor Colom cree, pese a todo, que si de algo ha servido la intervención del Gobierno sobre los precios de los alimentos es "para demostrar que una intervención del Estado de modo quirúrgico, sobre un campo muy específico y durante un periodo determinada, sí es efectiva". Lo fue, meses atrás, con la electricidad. Lo ha sido con los alimentos básicos. "¿Y por qué no debería funcionar con la vivienda?", se pregunta.

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