TRANSICIÓN ENERGÉTICA

El boom del autoconsumo se frena por la caída del precio de la luz y el parón de las ayudas

Las patronales de renovables admiten una ralentización del despliegue de nuevas instalaciones en viviendas tras la expansión récord del año pasado, mientras el negocio de plantas en empresas aún mantiene su fortaleza

instalación de paneles solares

instalación de paneles solares / EP

David Page

España se ha embarcado en una expansión histórica del autoconsumo eléctrico. El boom del sector hizo que el año pasado se instalara en el mercado español casi tanto autoconsumo fotovoltaico como en toda la historia anterior. En un 2022 de récord la presencia del autoconsumo se duplicó tanto en número de instalaciones como en potencia acumulada, con una expansión desbocada tanto en viviendas como en empresas impulsada por los altísimos precios de la electricidad y por las subvenciones repartidas con cargo a los fondos europeos.

Las empresas de renovables pusieron en marcha durante el año pasado instalaciones en todo el país con una potencia total de 2.649 megavatios (MW) para autoconsumo eléctrico, con 1.625 MW en el ámbito industrial y otros 1.024 MW en el segmento doméstico, según los datos recogidos en I Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltaico elaborado por la patronal APPA Renovables. El boom del sector permitió que el autoconsumo doblara su potencia acumulada en el mercado español, hasta los 5.211 MW,

El crecimiento desbordado ha hecho que que en España ya haya más de 298.000 viviendas y 54.000 empresas tienen ya placas solares con la que producen todo o parte de la electricidad que consumen y con la que abaratan su factura de luz en plena crisis. Sólo el año pasado, el sector sumó más de 240.000 nuevas instalaciones (217.250 instalaciones residenciales y otras 23.100 en el ámbito industrial, que incluye empresas, comercios, administraciones públicas y regadíos). La inversión ejecutada el año pasado para la implantación de nuevas instalaciones ascendió a 3.056 millones de euros.

Tras el acelerón de 2022, el sector de las renovables reconoce que este año el despliegue de nuevas instalaciones ha empezado a ralentizarse. Un menor ritmo con impacto desigual entre los diferentes tipos de clientes: mientras que las grandes instalaciones en empresas industriales mantienen la fortaleza en su despliegue, sí que se está notando que frena la expansión en el segmento residencial. Según las estimaciones de la patronal la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), el ritmo de implantación de nuevas instalaciones en el mercado doméstico es este año entre un 15 y un 20% inferior al anterior.

Desde el propio sector del autoconsumo se admite que el crecimiento de los últimos años era insostenible, con incrementos medios anuales del 90% y con una expansión en términos absolutos en el último ejercicio desbordante. Las compañías energéticas aspira a seguir creciendo en los próximos años, pero hacerlo de manera estable, sin picos desorbitados que supone tensiones en las cadenas de suministro y en la incorporación de todo el personal cualificado necesario.

Luz más barata que desincentiva

“La situación se está normalizando. El año pasado el sector vivió un pico extraordinario de actividad gracias a dos motores: los altos precios de la electricidad y las subvenciones de los fondos europeos”, explica José Donoso, director general la asociación fotovoltaica UNEF. Dos motores que ahora han dejado de impulsar el despliegue con la misma fuerza que el año pasado y que tiene especial incidencia en el clientes doméstico, que se ve también afectado por una menor renta disponible para afrontar la inversión necesaria por la inflación y la subida de los tipos de interés.

El precio de la la electricidad se han reducido considerablemente desde los máximos históricos del año pasado, tanto en la cotización del mercado mayorista como en la factura final que pagan los consumidores. “Los precios han bajado. No es que estén bajos, porque siguen por encima de lo que se consideraba normal hace unos años, pero la percepción de la gente ha cambiado sobre qué es un precio algo. Los consumidores se han acostumbrado a estos precios”, apunta Donoso, reconociendo la incidencia de la rebaja del recibo de luz en la velocidad de implantación de más autoconsumo.

“La caída de los precios de la energía desincentiva a la instalación de nuevas plantas, sobre todo en el doméstico. Si un hogar paga menos en su factura que hace un año, hay menos motivación a instalar autoconsumo”, sostiene también José María González Moya, director general de la Asociación de Energías Renovables (APPA Renovables). “Se está notando que el ritmo récord de crecimiento del año pasado se ha contenido”.

Atasco de las subvenciones

El Gobierno central ha inyectado ayudas directas para nuevas plantas de autoconsumo por 900 millones de euros con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado con los fondos europeos NextGeneration. El Ejecutivo central habilita las partidas presupuestarias, pero el reparto entre los destinatarios finales es gestionado por las comunidades autónomas.

Desde el sector de las renovables se advierte de los retrasos en el abono de las ayudas, del atasco administrativo en algunas regiones en la tramitación y también del agotamiento del presupuesto en muchas comunidades. El Gobierno pretende habilitar de manera inminente una nueva partida de 500 millones adicionales para subvenciones al autoconsumo aprovechando la adenda al Plan de Recuperación que aprobará esta semana.

“Las ayudas públicas se están retrasando y en algunas comunidades autónomas ya se han agotado. Demás, ya hay una larga lista de espera de solicitudes que puede que consuma la nueva partida de subvenciones que prepara el Gobierno”, subraya González Moya, de APPA Renovables. “Las CCAA han tenido problemas para gestionar las subvenciones, a algunas regiones se les ha hecho bola, y la tramitación va con retraso”, indica Donoso, que admite que el atasco también supone un elemento desincentivador para consumidores interesados en autoproducir parte de su electricidad.