Emprendimiento

Reby se hunde entre deudas, una demanda por impago y la retirada de su comprador

Patinetes de Reby aparcados en Barcelona.

Patinetes de Reby aparcados en Barcelona. / JOAN CORTADELLAS

Paula Clemente

Rectificación de Reby Rides, SL (REBY)

Aparentemente, del acuerdo solo desentonaba el momento. Era mayo de 2022 y el capital riesgo y, en general, los profesionales de la inversión empezaban a reaccionar al temporal macroeconómico que se divisaba en Estados Unidos siendo mucho más conservadores con sus operaciones. Incluso así, el emprendedor Pep Gómez anunciaba, con solo 29 años, el segundo gran tanto de su carrera, un acuerdo para vender la empresa de patinetes compartidos Reby al fondo canadiense House of Lithium por 100 millones de dólares. Pero lo que entonces parecía un éxito indiscutible, en realidad acabó siendo el principio del fin: la firma canadiense decidió dar marcha atrás, la operación terminó en los tribunales y, según ha podido saber El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, la falta de fondos ha llevado a la 'startup' catalana a la insolvencia, a estar meses sin pagar nóminas, a enfrentar una demanda por impago en Italia, y a retirar sus vehículos de prácticamente toda España.

“Los problemas empezaron en 2022”, relata uno de sus socios en el país transalpino. Fundada en 2018, Reby había crecido al calor del 'boom' de la movilidad compartida hasta plantarse en 2021 con un volumen de negocio de unos 15 millones de euros, en torno a 70 empleados, y una flota de 4.000 patinetes repartidos entre BarcelonaGijónSevillaTarragonaTerrassa y Zaragoza (en España), y BérgamoCasertaFlorenciaLecceNápoles Taranta (en Italia).

Allí avanzaba de la mano de K-City, una empresa tecnológica napolitana a la que pagaba una vez ejecutado el aterrizaje a un nuevo municipio o el crecimiento en una ciudad en la que ya estaban. Según su propio relato, esta pyme italiana ingresaba de media 150.000 euros al mes gracias a esta actividad, que acabó siendo central en su negocio y que terminó por ocupar íntegramente a 26 de sus trabajadores. Hasta que, de repente, Reby dejó de pagar. “Nos dijeron que estuviésemos tranquilos, que estaban a punto de cerrar una ronda de financiación y que podrían pagar”, recuerda un responsable comercial de K-City, Peppe Morelli. Y la operación llegó, pero no el dinero.

Reculada del comprador

Tal como publicó el 'Diari Ara' en octubre del año pasado, el fondo canadiense había reculado después de hacer un primer pago, y Reby les había denunciado en Estados Unidos para obligarles a llegar hasta el final. Las razones de la retirada de House of Lithium no están claras: de un lado se sugiere que el fondo habría sido víctima de la caída generalizada de las bolsas y se habría quedado sin liquidez; del otro, que se habría sentido forzado a cerrar el acuerdo sin tener toda la información sobre la empresa en su mano.

En este sentido, fuentes implicadas en la operación aseguran que los inversores españoles de Reby recibieron mucha presión por parte de Pep Gómez, el fundador de la empresa, para que el acuerdo se cerrara cuanto más rápido mejor. "Teníamos una visión de los hechos, tomamos decisiones en base a esta información y luego resultó que estaba tergiversada", ven ahora.

Gestión de la insolvencia

De todos modos, lo que más ha sorprendido, tanto a ellos como a su socio italiano, es la gestión de la situación de insolvencia: que el discurso público de Gómez sea de que lleva meses fuera de la compañía, mientras promete a Morelli estar haciendo todo lo posible por saldar sus deudas o que hasta este año haya insistido en que el fondo canadiense tiene intención de pagar mientras en su poder tenía -dicen estas fuentes- un mensaje del verano pasado en el que queda bastante claro que no. Tampoco se explican que haya habido una estrategia de expansión tan agresiva incluso con las cuentas en situación tan delicada, que se haya estado un mínimo de tres meses sin pagar a los trabajadores sin plantearse registrar el concurso de acreedores o que no haya tocado su patrimonio personal (que se presume abultado, dada la millonaria venta de Fever, su primera empresa) para solucionar el problema.

"Su deuda en Italia son 2 millones de euros como mucho, ¿Cómo no nos va a poder pagar?", se pregunta Morelli. Tras mucho perseguirle, K-City decidió finalmente demandar en enero a Reby Italia en un tribunal de Milán y el juez ha decidido, hace justo un mes, dar algo más de tiempo a la compañía para resolver el asunto.

El Periódico de Catalunya, ha intentado contactar sin éxito tanto con el emprendedor como con el bufete que representa a los nuevos dueños de Reby para conocer la situación de la empresa en España o en qué estado está el juicio de Estados Unidos. Pese a no haber recibido ningún tipo de información en este sentido, todo apunta a que las cosas no van mucho mejor aquí: de acuerdo con las fuentes consultadas, las deudas a distribuidores en el mercado nacional van mucho más allá que en Italia o existen incluso en China. Así, no es de extrañar, que desde principios de año, la compañía haya dejado de operar progresivamente en BarcelonaSevillaTerrassaTarragona y Zaragoza, donde, según el 'Heraldo de Aragón', la policía local ya ha empezado a trasladar los vehículos al depósito.