Marie Claire ve viable su continuidad, pero con menos de 50 empleados

A Marie Claire le queda un último cartucho para evitar el cierre. Y está dispuesta a usarlo. Pese a que la dirección de la textil comunicó la tarde del martes a los trabajadores su intención de cesar la actividad el próximo 20 de junio, en paralelo la compañía está negociando in extremis con sus acreedores una refinanciación de la deuda que le permita mantener un mínimo de actividad en la fábrica. También, y tal y como publicó El Periódico Mediterráneo, del grupo Prensa Ibérica, busca inversores que respalden económicamente un plan que pasaría por mantener la fábrica de Vilafranca, aunque con menos de 50 trabajadores.

El proyecto de viabilidad que ha elaborado el grupo B2TEX, y que presentará en los próximos días al Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), su principal acreedor, pasa por mantener en la factoría de Els Ports solo tres líneas de producción. Se trata de medias medicinales, medias de compresión y pantis stop carreras. El resto de la producción (pijamas, ropa interior y bañadores) se realizaría fuera de España, donde los costes de fabricación son mucho menores. La dirección de la compañía, que niega vaya a presentar un concurso de acreedores, ha estimado que para confeccionar estas tres líneas necesitaría entre 40 y 50 trabajadores, de ahí que el lunes empezará a negociar un expediente de regulación de empleo (ERE) parcial que afectará a unos 165 de los 214 empleados que hay en la planta de Vilafranca.

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La Generalitat debe dar el 'ok'

De esta manera, y si sale adelante el plan de negocio diseñado por la empresa, desaparecerá el 75% de la plantilla que aún trabaja en Els Ports. Además de en Vilafranca, Marie Claire cuenta con oficinas y departamentos comerciales en Castellón y València, con lo que la plantilla en estos momentos es de 280 personas. La intención es que la cifra adelgace hasta quedarse entre 100 y 120 empleados.

Para que el plan de reestructuración de Marie Claire salga adelante, el IVF tiene que dar su visto bueno. Este banco público, que depende de la Generalitat Valenciana, le ha concedido en los últimos años 21 millones de euros en préstamos, un dinero que la compañía ha explicado que utilizó en pagar las deudas pendientes con trabajadores y proveedores. Desde el IVF confirmaron ayer que están a la espera de una propuesta formal por parte de la compañía para refinanciar la deuda y dejaron claro que esos préstamos se tienen que devolver. Eso sí, el IVF está abierto a flexibilizar los plazos en función de la situación de la empresa. 

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