Diálogo social

Trabajo cita este jueves a patronal y sindicatos para desencallar el Estatuto del Becario

El principal nudo gordiano de las negociaciones se encuentra en la figura de las prácticas extracurriculares

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados. / DAVID CASTRO

Gabriel Ubieto

El Ministerio de Trabajo ha citado este jueves a las 12 del mediodía a patronal sindicatos para tratar de desencallar las negociaciones sobre el Estatuto del Becario, tal como ha podido confirmar de varias fuentes del diálogo social EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica. La mesa de diálogo social llevaba casi un mes y medio sin reunirse. Esta busca fraguar una norma que limite las prácticas fraudulentas y reforzar las garantías de los alumnos durante sus etapas formativas en empresas e instituciones.

No obstante, la entente no está siendo posible, la patronal se resiste a aceptar las condiciones de Trabajo y un Estatuto que Yolanda Díaz preveía inicialmente tener cerrado en tres meses acumula ya más de un año de conversaciones. Actualmente, entre curriculares y extracurriculares, hay en España alrededor de un millón de estudiantes realizando prácticas cada año.

El principal nudo gordiano de las negociaciones se encuentra en la figura de las prácticas extracurriculares, aquellas que realizan los estudiantes al margen de los créditos necesarios para aprobar su grado o ciclo y que están pensadas, sobre el papel, para ganar experiencia.

El problema es que algunas empresas e instituciones públicas, como las universidades, se valen de esta figura para emplear a becarios en tareas propias de trabajadores, pero a un coste mucho menor. Ya que suelen ser remuneradas, pero a cuantías que no siempre alcanzan el equivalente al salario mínimo. Y en tanto que oficialmente son 'compensaciones' al estudio tampoco generan, por ejemplo, derecho a futuras prestaciones de paro.

Si bien la pretensión inicial de Trabajo fue suprimir paulatinamente esta figura y que a partir del 2025 ya ningún estudiante pudiera hacer prácticas extracurriculares, el rechazo de la patronal y la falta de apoyos parlamentarios suficientes provocaron que Díaz cediera. Hasta el punto de que los sindicatos ya daban por cerrado con ellos un principio de acuerdo, del que posteriormente se desdijeron para volver a reabrir la negociación.

Trabajo pasó de suprimir totalmente las prácticas extracurriculares a limitar su uso para evitar que este fuera fraudulento. En los últimos borradores el tope máximo se situaba en 480 horas al año por estudiante. Lo que equivale a 40 horas a la semana durante un trimestre o 20 horas a la semana durante un semestre. Estas tampoco podrán superar el 15% del tiempo que duren el total de asignaturas.

El 'estira y afloja' de la negociación se concentrará presumiblemente en esa materia, con una patronal que demanda, entre otros, más flexibilidad, es decir, más horas de prácticas extracurriculares, y unos sindicatos que se debaten entre aceptar esa cuantía -pese a sus pretensiones iniciales- o desmarcarse de un acuerdo sobre el que llevan negociando más de un año.

Un 'tapón' de más de 1.000 empleos al año

El abuso de las prácticas extracurriculares para cubrir empleos supone un ‘tapón’ de más de 1.000 empleos anuales, según datos facilitados por el Ministerio de Trabajo. Concretamente, desde 2018 la Inspección de Trabajo ha destapado 4.805 falsos becarios y ha impuesto sanciones y requerimientos a las empresas empleadoras por valor de 15,1 millones de euros. Tanto en la empresa privada, como en las universidades públicas. En 2018 la UB pagó 7.271,5 euros a un estudiante de Psicología que estaba realizando prácticas como apoyo en la universidad y denunció al centro por considerar que estaba suplantando a un empleado.

Patronal y sindicatos aguardan a que desde Trabajo les remita el que debiera estar llamado a ser el último borrador sobre el Estatuto del Becario. No obstante, la última reunión que mantuvieron las partes, el pasado 30 de marzo, ya estaba previsto por Trabajo que fuera la última. Las negociaciones bipartitas entre empresarios y centrales para acabar fraguando el acuerdo salarial no ha facilitado las agendas y desde Trabajo tampoco se les ha remitido el texto definitivo sobre el que debieran haberse pronunciado las cúpulas de las organizaciones.

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