Medidas

Rechazo al plan de Sinkevicius contra el arrastre: los Veintisiete urgen paralizarlo

Diez países se oponen liderados por España y Francia, mientras que el resto dudan del objetivo de la CE | Planas señala que “está desenfocada” y el comisario pide “diálogo”

Sinkevicius con Luis Planas, ayer en el Consejo de Ministros.

Sinkevicius con Luis Planas, ayer en el Consejo de Ministros. / UE

Adrián Amoedo

El propio comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, anunció hace un mes un paquete de cuatro medidas que, además de plantear la ambiciosa descarbonización de la flota, planteaba establecer la prohibición del arrastre en las áreas marinas protegidas, que ocuparán el 30% de las aguas de cada Estado miembro en 2030. Desde entonces, España mostró su oposición y buscó aliados entre los socios comunitarios para mostrar una postura más o menos frontal de rechazo. Francia fue de los primeros en posicionarse del lado español y este lunes los ministros de Pesca de ambos países lideraron la oposición de los Veintisiete al plan de Bruselas contra el arrastre. Un total de diez países rechazaron en el Consejo de Ministros celebrado este lunes la propuesta de la Comisión y, en conjunto, los Estados miembro alertaron del impacto económico para el sector de una medida de tal alcance. “Está desenfocada y desequilibrada”, indicó el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

Aunque eran cuatro las iniciativas que lo componen, el Plan de Acción para proteger y restaurar los ecosistemas marinos que tiene por objetivo eliminar gradualmente la pesca de fondo móvil en todas las zonas protegidas fue la más comentada por sus implicaciones directas sobre la flota, por ejemplo, de Gran Sol.

Planas inició su intervención en el debate público preguntándose “qué futuro” tiene el sector pesquero europeo y llamó a mantener un equilibrio entre los tres pilares: el medioambiental, el económico y el social. Así, subrayó que eliminar el arrastre “en todas las áreas marinas protegidas sin excepción no es adecuado”, y opinó que tiene “un cronograma apretado” y que hace falta que el plan de acción sea acompañado de “un trabajo científico sólido”, así como un estudio de impacto económico y social. “No estamos de acuerdo, y el comisario ya lo sabe, en estigmatizar al arrastre de fondo”, recalcó.

Por su parte, su homólogo francés, Hervé Berville, señaló que la propuesta “llegara a llevarse a la práctica” se estaría “condenando la pesca artesanal francesa y europea y no de aquí a veinte años ni a diez años, sino mañana”. “No es un objetivo proporcionado ni va acompañado de ninguna evaluación de impacto en profundidad. Presentar esto a los sectores no es serio ni está a la altura. No se hace una diferencia entre las distintas técnicas de pesca ni se tiene en cuenta la necesidad de abordar cosas de manera individualizada”, señaló.

También el titular alemán se mostró crítico –“no parece sin embargo lo más adecuado para lograr los objetivos”, declaró el ministro alemán de Agricultura, Cem Özdemir–, al igual que los ministros de Portugal, Dinamarca, Bélgica, Grecia, Irlanda, Holanda, Italia o Chipre.

Sinkevicius

Por su parte, el comisario de Pesca, Virginijus Sinkevicius, dijo al término del debate haber “tomado buena nota” de las aportaciones de los ministros, pero recordó que los Estados miembros deberán proponer medidas, que después serían evaluadas por un comité científico “caso por caso”.

“Les aliento a evaluar la situación en sus aguas, a debatir con los actores implicados”, pidió el comisario, que reconoció que “no es un debate fácil”, pero insistió en que la degradación del ecosistema pone en gran peligro la supervivencia del sector. “Hay que encontrar un equilibrio”, indicó Sinkevicius, que consideró que el Plan de Acción lo consigue.

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Francia activa los primeros cierres a la pesca para la protección de los delfines ante las capturas accidentales. En concreto, lo hará en un plazo de seis meses, por decisión del Consejo de Estado, en aguas del Atlántico, en especial en el Golfo de Vizcaya. De esta forma, el país galo aplica la recomendación del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), aunque excediendo el asesoramiento del informe de principios de año de los científicos, que apostaban por cuatro meses de veda.

El órgano supremo de recursos administrativos anunció ayer que ha ordenado el cierre de la pesca “durante periodos apropiados”, una medida que se añadirá a los dispositivos de disuasión acústica que se están utilizando en pesqueros (entre ellos todos los españoles), pero que no se consideran suficientes. El Consejo de Estado indicó que habrá que hacer, además, “una estimación fiable del número anual de capturas accidentales”, según detalló en un comunicado.

La decisión es consecuencia de un recurso presentado por tres ONG ecologistas (Defensa de los Medios Acuáticos, Francia Naturaleza Medio Ambiente y Sea Shepherd), que denuncian la muerte de miles de delfines en los últimos años, un fenómeno que se ha agudizado en las últimas semanas. Para el Consejo de Estado, “el número de muertes por captura accidental imputable a la pesca amenaza la conservación de los delfines en el Golfo de Vizcaya”, ya que desde 2018 cada año supera “el límite máximo que permite garantizar un estado de conservación favorable” a partir de las estimaciones disponibles.

Es más, avisa de que las tres especies consideradas (el delfín común, los grandes delfines y la marsopa común) se enfrentan a “un peligro serio de extinción, al menos a nivel regional”.

Por su parte, el informe del ICES, que respondía a una petición expresa de la propia DG Mare, recomendaba estableces vedas temporales para la pesca, especialmente la del arrastre. Tras analizar diferentes escenarios, defienden una veda en el primer trimestre del año y otro mes en verano, combinado con el uso de pingers. Francia va más allá.

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