Automoción

El presidente de Volkswagen en España alerta que la norma Euro7 puede reducir un 20% las ventas

Francisco Pérez Botello admite que no hay plazos para amortizar industrialmente la nueva normativa europea, teniendo el horizonte 2035 tan cerca. | Las marcas de Volkswagen Group Distribucion España empezará a aplicar este año el modelo de agencia para la gama de vehículos eléctricos y comerciales.

Francisco Pérez Botello, presidente de Volkswagen Group Distribución en España.

Francisco Pérez Botello, presidente de Volkswagen Group Distribución en España. / VOLKSWAGEN

Xavier Pérez

La carrera por la electrificación, un solo sí es sí forzado por las normativas comunitarias, puede conllevar el riesgo de un encarecimiento del precio de los vehículos en los próximos años. La aplicación de la nueva normativa medioambiental Euro7 promovida desde la Comisión Europea, lejos de ser una puerta al desarrollo y empuje para el vehículo eléctrico tendrá el efecto contrario, así no comentaba en un encuentro con la prensa el presidente de Volkswagen Group Distribución en España, Francisco Pérez Botello, que alertaba de la inminente subida de precios que tendrán los coches cuando se impongan los cambios necesarios para estar acorde a la ley europea. "Nos enfrentamos al riesgo de una caída de ventas un 20% y de cierre de líneas de producción. La nueva norma Euro7 tiene un elevado coste de implementación industrial y hay una solución medioambiental mejor, que es la sustitución de los vehículos más viejos", afirma taxativo Pérez Botello.

El responsable del consorcio alemán en España (al que también pertenecen Seat y Cupra), reconoce que es crucial que el Gobierno haga frente común en Europa en este sentido si pretende salvar a la industria nacional. "Deben ser más activos, sobre todo porque España depende de la fabricación de coches de segmentos medianos y pequeños, que es donde afectará más la nueva norma por el encarecimiento de los materiales (preciosos en muchos casos) que comporta la norma Euro7", explica Botello. Sobre todo teniendo en cuenta que esos cambios repercutirán directamente en el precio de los vehículos ya que los fabricantes apenas disponen de un margen de beneficio del 8%.

El coste de la inversión tecnológica e industrial supone, según afirma el responsable de Volkswagen Group Distribución, un encarecimiento de unos 2.000 euros, muy lejos de los 150 euros que afirman desde la Unión Europea. "Me fío más del estudio científico de nuestros ingenieros que de las palabras de un político europeo", bromea Pérez Botello. "La Euro7 es una mejora marginal ya que obliga a los fabricantes a invertir en recursos que estaban destinados a la electrificación, con lo que caeremos en una falta de competitividad en la industria europea", señala. Además, el horizonte 2035 (prohibición de venta de vehículos de combustión) está ahí, y realizar esas inversiones millonarias para unos modelos que en diez años quedarán obsoletos será lo más cercano a una bomba industrial. "No hay plazo suficiente para amortizar la inversión que supone la norma Euro7".

Electrificación y achatarramiento

Por todo ello, Francisco Pérez Botello aboga por el camino de la electrificación y el cumplimiento de normativas medioambientales aplicando el sentido común a través de incentivos para el achatarramiento de los coches viejos. Teniendo en cuenta que el 47,2% de los coches que circulan en España tienen más de 15 años, achatarrar es la solución. "Los fabricantes estamos dispuestos a apoyar estas iniciativas porque creemos que son muy lógicas. El cambio climático se puede revertir apostando por medidas científicas y no ideológicas. Por ello impacta más atacar a la renovación del parque que crear una norma medioambiental más estricta", admite. Sobre todo porque se llegará a 2035 con un parque aún más viejo que el actual ante el incremento de precio de los coches. "Además, el achatarramiento, será más rápido y eficaz para la electrificación del parque que cualquier normativa", afirma.

Los fabricantes confían más en la aplicación de lo que se llama la "cadena de renovación" que supone que el que tiene un coche de 15 años se compre uno de 7 años, el de 7 uno de 4 y el de 4 uno nuevo. Solo con esta medida se solucionaría en buena medida el problema de la calidad del aire. Desde Anfac, la asociación de fabricantes en España, se insta al Gobierno a actuar de forma beligerante en el tema de las normativas frente a Europa y a trabajar en una mejora de la edad del parque (13,9 años actualmente). "Hemos propuesto varias medidas con tres ejes esenciales: atacar la fiscalidad del automóvil apoyando a los vehículos electrificados, trabajar en incentivos (que no apliquen sobre e IRPF, lo que tiene una medida más disuasoria que otra cosa) y elaborar un plan de infraestructuras de recarga. En este último aspecto habría que fijarse en los países como Portugal, que tienen una 'ventanilla única' y que elimina los problemas de burocracia que ahora tenemos y que son los que dificultan el despliegue a la red.

Paralelamente a este análisis de la actualidad del sector. Pérez Botello también repasó la situación del grupo en España. La rentabilidad de los concesionarios del consorcio en nuestro país se situó en 2022 entre el 2,5% y el 3%, "muy por encima" de la media del sector en el país, que se ubicó en el 2,1%. Según Botello, la previsión para 2023 sitúa la rentabilidad por encima del 2%. El grupo comenzará a implantar este año el modelo de agencia adaptado para vehículos eléctricos y flotas. El responsable de Volkswagen afirma que recalcado lo harán "de la mano de su red comercial. Nuestros concesionarios son nuestro mejor activo para implementar con éxito el modelo de agencia", ha asegurado. En el modelo de agencia los concesionarios tienen una relación distinta con las marcas y se limitan a vender las unidades con las condiciones que determina la firma en cuestión y reciben una comisión por cada venta.

Sobre la llegada de marcas chinas al mercado europeo, Francisco Pérez Botello afirma que la competencia es siempre bienvenida, pero que debe jugar con las mismas reglas. "Tiene que haber una correspondencia entre lo que se exige a la industria europea y al país de origen de la mercancía en cuestión. No se trata de proteccionismo, sino de igualdad de condiciones. Que todos compitamos con el mismo nivel de exigencia y que gane el mejor", ha afirmado.