Los operadores que gestionan el turismo del Imserso han movido ficha por primera vez tras dos años de polémica y reclaman al Gobierno un cambio radical del programa que incluya una mejora en las prestaciones que ofrece y, por supuesto, una subida de los precios. Los operadores coinciden con los expertos y el Consell en que las demandas del colectivo también han cambiado. Los jubilados exigen más calidad y están dispuestos a pagar más. El perfil económico del cliente del Imserso no es el mismo de hace 30 años, cuando a la Costa Blanca y en concreto a Benidorm llegaban jubilados, algunos de los cuales ni conocían el mar. Hoy, se mantienen pensiones de 500 euros al mes, pero también hay jubilados que cobran, merecidamente, más de dos mil euros y pueden viajar con las mismas condiciones que sus compañeros menos afortunados.

Los hoteles de la Costa Blanca que trabajan el Imserso encaran ahora mismo la temporada baja con el “balón de oxígeno” que ha supuesto la subvención extraordinaria del Consell, que paga casi siete euros por pernoctación/día, ya que el Gobierno se niega a subir el precio (22 euros) que abona a los hoteles, algo que seguirá, en principio, durante la próxima temporada 2023-2024, porque, de momento, no hay marcha atrás del Ministerio de Asuntos Sociales.

Jacob Fernández, director general de Mundiplan, subraya que hay que estar más al tanto de las necesidades del viajero senior. “Debemos escuchar más al cliente”. Remarcó la necesidad de que el sector turístico entre presente en todas las etapas de organización de los viajes del Imserso, "porque entre todos podemos mejorar su contenido", según recoge Hosteltur.

Por su parte, Eugenio Gijón, director comercial de Club de Vacaciones, opina que los viajeros son cada vez más exigentes y buscan experiencias únicas y dignas de ser contadas. Además, comentó que su compañía está apreciando un cambio de tendencia y que trata de adaptarse con la creación de nuevos productos.

Para estos gestores, la Administración va por detrás del cliente a la hora de ofrecer productos que se adapten a la nueva realidad. Habría que ofrecer viajes más cortos, más oferta cultural y advierte del peligro de mantener "precios por debajo de costes", como llevan tiempo denunciando los hoteleros. Mundiplan, UTE participada por Iberia, IAG7 y Alsa, juega un papel clave en el desarrollo del programa del Imserso. Controla los lotes de costa peninsular e islas (Canarias y Baleares), con una oferta de 443.887 y 230.039 plazas, respectivamente.

Josep Ivars, investigador del Instituto de Investigaciones Turísticas de la Universidad de Alicante sostiene, por su parte, que “se trata de trasladar el enfoque del turismo de experiencias a este programa social con una mayor flexibilidad. El problema central es cómo mejorar la flexibilidad y el atractivo de un programa excesivamente basado en el precio y costes ajustados mediante la concentración/estandarización. La solución podría pasar por una mayor contribución de los usuarios de acuerdo con sus niveles de renta y un mayor esfuerzo de consenso entre los agentes implicados para el diseño de las experiencias turístico/vacacionales”.

"El envejecimiento activo obliga al cambio y no es descartable un aumento de la contribución económica según las rentas"

Ivars recuerda, en este sentido, que “el envejecimiento activo, la creciente personalización de los viajes que contrasta con la excesiva rigidez de la oferta del Imserso y la existencia de diferentes segmentos en la población mayor de 55 años”, obliga a reaccionar, teniendo en cuenta, además, “la necesidad de un retorno económico a las empresas participantes”.

Francesc Colomer, secretario autonómico de Turismo, reitera, por su parte, que “Hay reinventar el programa. El mundo, la sociedad, la madurez y el envejecimiento humano han cambiado y seguirán cambiado. Lo lógico es mover ficha y consensuar las transformaciones que requiere el programa. El envejecimiento activo requiere articular una nueva cartera de servicios en la que las experiencias más variadas, diversidad de productos y la mejora permanente de la calidad constituyan los nuevos pilares”.

El secretario autonómico considera que "lo primero que tenemos que hacer es lograr que el Imserso se siente a dialogar sobre la necesaria reforma del programa. Por supuesto, una viuda o un viudo con una pensión mínima debe tener las mismas condiciones de las personas que cobran la pensión máxima, y al revés. En una hipótesis muy interesante de trabajo que la renta fuera una de las variables con las que trabajar pero, insisto, hay que lograr que esta gente del Imserso se siente en la mesa".

"Debe superarse el marco basado en las pérdidas del sector y la hipótesis de incorporar el elemento renta es clave"

Colomer recuerda que “recientemente una universidad norteamericana recomendaba que toda política de salud pública debería contemplar el turismo. Máxime tras la pandemia y el incremento de las enfermedades ligadas a la salud mental. El turismo no es un lujo sino un derecho intocable. Una fuente de conocimiento y felicidad, así como antídoto contra las fobias, la ignorancia y la depresión. Por eso debe ser sostenible en términos ambientales, sociales y económicos. Debe superarse el marco actual basado en las pérdidas del sector. Ya está bien la broma. Este es un sector clave e imprescindible".

Leire Bilbao, gerente de VisitBenidorm, tiene claro que "sin duda el programa no puede ser lineal y debe evolucionar, ya que los clientes han evolucionado. Los jubilados buscan más flexibilidad, diferente tipología de clientes con nuevos productos. El cliente de 70 años de hace 60, 50, 40 años no tiene nada que ver con el de la última década".

"Quien tenga una renta máxima no debería tener financiación, ya que cobra una media muy superior al trabajador medio español"

En cuanto a los precios Bilbao comparte la tesis de que "para una persona con una renta de 500 euros al mes la aportación debe ser la mínima, y, por supuesto, quien tenga una renta máxima no debería tener financiación, ya que cobra una media muy superior al trabajador medio español".

Javier Jiménez director de la Escuela de Negocios Turísticos FORST, incide en que “el programa del Imserso es una estrategia importante porque evita el cierre de los hoteles en época de baja demanda, y es estratégico para que las empresas puedas afrontar una política de recursos humanos que les permite mantener el empleo todo el año. En un momento, además, de gran escasez de talento para el sector”

“Dicho esto, aunque el Imserso y las políticas de viajes sociales son importantes, desde nuestra escuela consideramos que el gran camino de los hoteleros es trabajar en propuestas de alto valor añadido que les diferencie. No podemos seguir apostando solo por el precio y si que hay que diferenciarse en un mejor entretenimiento que está desfasado: por ejemplo la animación, especialmente en Benidorm”.

"El Gobierno debe hacer un esfuerzo por mejorar el programa porque además es más barato que pagar el paro"

“Vienen tiempos duros por lo que el camino es la diferenciación en valor añadido. Pelear solo con costes es muy peligroso. El Gobierno debe hacer un esfuerzo por mejorar el programa porque además es más barato que pagar el paro, pero también los empresarios que se acojan al programa deben diferenciar su producto”.

Por su parte, Jose Mancebo, director del Patronato Provincial de Turismo "Costa Blanca", señala que "el programa requiere una revisión, desde luego, que va desde lo urgente (salvar el programa y revisar precios al alza) a lo importante, adaptarlo al mayor que viaja y el destino que lo acoge. El turista sénior espera aprender, redescubrir y reinventar, ansía un turismo responsable, tiene conciencia de la salud. Además, valora la personalización del servicio, busca la autenticidad, la calidad. Creo que introducir la experiencia gastronómica autóctona (poner en valor la gastronomía local en lugar de los estándares) o más experiencias de turismo activo y cultural serían factores de éxito de estos programas".

Mancebo admite que deben salir los números primero y aspirar a un viaje más allá del paquete clásico, pero aportando valor. " Quizá también podamos aumentar el precio. Si lo pensamos bien, muchos mayores no andan tan lejos económicamente de cualquier otro segmento de edad, solo que con más canas".

Jubilados jugando a la petanca en la playa en una imagen de archivo. DAVID REVENGA

La evolución demográfica para la última década, según nos indica el INE, supone que el número de personas de más de 65 años ha aumentado en España un 2,39% y se sitúa en más de 9 millones de personas. Según datos del Banco Mundial, en 2021 las personas de 65 años o más representaban el 9,54% de la población mundial Este porcentaje casi se ha duplicado en las últimas seis décadas, puesto que en 1960 este no alcanzaba el 5%. En números absolutos, este grupo de edad ha pasado de 150 millones en 1960 a 747 millones en 2021, según se puso de manifiesto este lunes en una jornada organizada por al Sociedad de Gerontología en Alicante.

En 2019 por primera vez en la historia, el número de personas mayores de 65 años en el mundo superó al de niños menores de cinco años. Y es que el número de personas mayores de edad ha aumentado más rápidamente en la actualidad que en años precedentes, con una esperanza de vida que ha ido incrementándose continuamente, tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo

De igual modo la calidad de vida, y los patrones de envejecimiento activo y saludable de las personas mayores inducen una demanda creciente de servicios de carácter cultural, de ocio y de turismo en diversas vertientes o productos específicos y personalizados en este segmento de la demanda turística. Esta tendencia es un reto no solo a nivel, autonómico o nacional, sino también a nivel internacional.