Si el filósofo polaco Zygmunt Bauman se atrevió a intentar 'licuarlo' todo, hasta el amor, era solo cuestión de tiempo que su concepto de sociedad líquida llegase también hasta el mundo laboral. En un mundo fluido en el que la tecnología permite conectar en tiempo real ambos extremos del planeta, pasar 40 horas a la semana en la misma silla tenía cada vez menos sentido. La pandemia, y los sucesivos confinamientos, aceleraron un proceso de cambio que ha abierto la puerta a nuevos escenarios como el de la oficina líquida, un modelo que va un paso más allá del teletrabajo.

De esta forma, en un modelo híbrido como el de la oficina líquida no se trata únicamente de pactar un determinado número de días a la semana para trabajar en casa o en la oficina, sino que es el tipo de trabajo que tenga que desarrollar el empleado el que dicta en cada momento dónde se desarrolla. El trabajador gana en conciliación y autonomía al mismo tiempo que la empresa flexibiliza sus dinámicas y sus recursos para adaptarse al mundo digital en la nube.

Es el fin del presencialismo. Podemos negarlo, pero las nuevas generaciones no van a querer trabajar siempre de forma presencial y con un horario fijo”, resume Gema García, cofundadora de la consultora The Move, en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece al mismo grupo . “Lo ideal sería que un día puedas trabajar desde casa si necesitas concentrarte o conciliar con tu vida personal; otro que vayas a la oficina para un trabajo colaborativo o un brainstorming; e incluso hay algunas empresas que además ofrecen la posibilidad de ir a oficinas externas de co-working para un modelo mixto”.

De esta forma, "calentar la silla" y dejar "que te vean en la oficina" trabajando hasta tarde podrían empezar a ser expresiones del pasado, aunque Gema reconoce que en España todavía estamos lejos de ese escenario. "Hay jefes a los que les sigue gustando mirar a los ojos cada día a sus empleados, y hay quien sigue considerando el despacho como un estatus que, de esta forma, quedaría difuminado", explica la consultora.

Su start-up, que fue fundada unos meses antes de que se desatase la crisis del coronavirus, se dedica a repensar la forma en que las empresas distribuyen el espacio en sus oficinas. Lo que antes era un rediseño para ahorrar costes, ahora es un trabajo orientado a reflejar una flexibilidad que ha llegado para quedarse.

Puestos de trabajo rotativos, taquillas para los empleados, ordenadores portátiles… Pero también más cabinas insonorizadas donde hacer llamadas, salas de reuniones más amplias para resultar más agradables o espacios multiusos para acoger y celebrar eventos.

Todo, además, para que el empleo encaje con las nuevas exigencias de los trabajadores, que cada vez más están más preocupados por la conciliación y por la gestión de su tiempo. En ese sentido, iniciativas como la de las ciudades de los 15 minutos, pensadas para acercarlo todo, desde el trabajo hasta el ocio, al hogar del ciudadano, ya están poniendo en marcha proyectos para transformar ciudades como Barcelona, París o Tokio.

En España, los últimos datos del INE, los de 2021, que aún estaban influidos por las restricciones de la pandemia, apuntan a que la mitad de los trabajadores que pudieron desarrollar su trabajo de forma remota lo hicieron, especialmente en la Comunidad de Madrid, donde teletrabajan el 34,5% de los ocupados, y Cataluña, con el 23,4%.

Además, y según un informe publicado por el portal de empleo InfoJobs, en los primeros cuatro meses de 2022 el número de ofertas de trabajo que incluían la opción de teletrabajo duplicó a las que se publicaron en el mismo periodo de 2021. Con respecto a las de 2020, la cifra fue diez veces mayor.

En operadoras como Telefónica, por ejemplo, el 81,5% de los empleados que podían solicitar el trabajo en remoto en cualquiera de sus variantes lo hicieron, mientras que en Vodafone el porcentaje fue del 96%. Otras empresas como Liberty Seguros, sin embargo, decidieron apostar definitivamente por ir un paso más allá, y desde hace más de un año el 99% de su plantilla trabaja fuera de sus oficinas.

“La jornada laboral completa en remoto es una realidad más bien minoritaria. Ahora mismo la tendencia general en España es el modelo híbrido, pero para que sea un éxito las empresas tienen que conseguir el compromiso de sus líderes y contar con partners especializados que definan los procesos e implanten las estructuras de apoyo necesarias”, apunta a este periódico Álvaro Álvarez, secretario general de ManpowerGroup.

Según un estudio de su departamento Talent Solutions, el 91% de las empresas que tienen la posibilidad de recurrir al teletrabajo están evaluando o planificando la transición hacia un modelo de empleo híbrido. De esta forma, según Álvarez, se consigue exprimir los beneficios del trabajo presencial al mismo tiempo que se mitigan los desafíos que conlleva el teletrabajo, como son “la gestión de distracciones, la sensación de soledad y los retos de colaboración y comunicación” entre grupos de trabajo.

Nueve de cada diez trabajadores esperan flexibilidad

Ahora que la pandemia ya no aprieta a las empresas, los índices de teletrabajo en España han ido perdiendo fuerza inevitablemente, aunque no tanto como podría esperarse. El fin de las restricciones solo se ha traducido en un descenso del 4% en el número de personas que trabajan, aunque sea ocasionalmente, desde casa, y, según el último informe publicado por Adecco,  2,74 millones de españoles han mantenido la flexibilidad.

“El teletrabajo ya forma parte del día a día de casi la totalidad del tejido empresarial español, excepto en sectores donde la presencialidad es prácticamente irrenunciable, claro”, afirma a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Pablo Gómez, director de Servicio Corporativo del Grupo Adecco. “Seguramente el éxito se encuentre en el equilibrio entre el modelo presencial y el remoto, y eso pasa por tener en cuenta las necesidades de los empleados, de los clientes y de la propia compañía”.

Un factor, el de la flexibilidad, que ya es decisivo, pues, según confirman ambas empresas de gestión de personal, cada vez más los empleados ven como un “beneficio básico” la posibilidad de incorporar el teletrabajo a su jornada laboral. “Es uno de los aspectos más valorados por los trabajadores a la hora de decidirse por un nuevo proyecto laboral”, añade el representante de Adecco. 

En este sentido, la pandemia lo ha cambiado todo. Según un reciente estudio de ManpowerGroup, un 89% de los profesionales esperan que sus trabajos sean parcialmente remotos después de la crisis del coronavirus.

Una realidad contra la que no ha podido luchar ni siquiera el hombre más rico del mundo, Elon Musk, que hace poco intentó forzar a sus empleados en TESLA para que regresaran a la oficina.

La apuesta, con amenaza de despido incluida, le salió tan mal que tuvo que dar marcha atrás prácticamente de inmediato, pues no solo se encontró con el rechazo de sus trabajadores, sino que se dio cuenta de que no había espacio ni recursos en las oficinas para todos ellos.

Una situación por la que están pasando de forma parecida otros gigantes como Apple o Google, pero que también está abriendo debate entre las pequeñas y medianas empresas.

"Nosotros siempre decimos que esto no es café para todos, pero intentamos que las oficinas tengan un 40% de puestos de trabajo y un 60% de espacios multiusos. Cambiando a un modelo flexible la misma oficina puede llegar a acoger a un 20% o incluso un 30% más de empleados", asegura la cofundadora de The Move.