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Estrategias

Esta son las razones por las que las empresas de Lleida se van a Aragón

Un estudio impulsado por Economia revela motivos como la burocracia o la actitud de las autoridades y descarta el móvil fiscal

Alrededores de la Seu Vella de Lleida.

¿Por qué hay empresas que trasladan su sede desde Lleida a la vecina Aragón u otros territorios? Esta es la pregunta a la que el Govern se ha visto obligado a buscar respuestas por una moción del Parlament sobre deslocalización de empresas de las comarcas de Lleida. Para ello, la Conselleria de Economia ha tomado como punto de partida un trabajo elaborado por la Cambra y la Diputació de Lleida, así como la universidad de la ciudad y la Barcelona School of Management de la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Y, contrariamente a lo que se piensa, no es una cuestión de fiscalidad o presión fiscal.

Durante el periodo entre 2015 y 2020, un total de 428 empresas, el 3,2% del total de esa zona, trasladaron su sede social o instalaciones a otros territorios. De todas formas también se produjeron incorporaciones durante el mismo periodo, con lo que el saldo neto fue de un total de 87 pérdidas.

A Barcelona, Aragón y Madrid

Del total de empresa que han dejado Lleida, un 39,4% se han trasladado a Barcelona por los beneficios de la capital, como infraestructuras u oportunidades de crecimiento; un 18,9% a Aragón, por agilidad administrativa y disponibilidad de suelo, especialmente a Fraga, Binéfar o Monzón y sectores como la agricultura, ganadería y pesca; y un 14% se han marchado a Madrid, por los incentivos fiscales y las subvenciones. Según Pimec, el número de empresas ha crecido en Aragón el 8% en 15 años mientras que en Lleida solo lo ha hecho el 2%.

Los autores del estudio avisan de que Lleida corre el peligro de quedar en medio de dos 'hubs' logísticos muy potentes: Zaragoza, con el Corredor Central y Barcelona, con el Corredor Mediterráneo, "lo cual todavía podría agravar más el problema de la deslocalización de empresas". Y proponen soluciones como mejorar las infraestructuras, consiguiendo una conexión con los corredores ferroviarios y dando nuevos usos al aeropuerto de Lleida-Alguairefavorecer la agilidad administrativa, a través de una "ventanilla única" de atención al emprendedor; crear un polo de atracción de inversiones, con polígonos especializados en el sector agroalimentario y fomentar la colaboración entre universidad y empresa. El 'conseller' de Economia, Jaume Giró, en una visita a la zona se mostró convencido de que la construcción de nuevos polígonos industriales en la provincia servirá para frenar la fuga de empresas.

Un ejemplo de deslocalización es Semillas Batlle, referente en producción para el gran cultivo y para huertos y jardines en casa, que optó finalmente por ubicar en Torrente del Cinca una fábrica con una inversión de 10 millones de euros y que empleará a 80 personas. Y ello se atribuye a la facilidad y la rapidez que ofrece Aragón en temas administrativos, y también para encontrar suelo. Por motivos similares, la empresa leridana de maquinaria agrícola Niubó decidió en 2017 apostar por Fraga como lugar idóneo para crecer.

Ni subvenciones, ni impuestos, ni suelo

El estudio destaca que "el primer elemento que hay que señalar es que la investigación no ha encontrado un peso específico importante de tres elementos que en el imaginario colectivo suelen asociarse a la deslocalización de empresas: subvenciones, impuestos y precio del suelo". Es más, a pesar de que Cataluña dispone de una mayor número de tributos propios y un mayor volumen de recaudación, en términos de presión fiscal (recaudación sobre PIB) se sitúa en quinta posición, "en unos niveles cercanos a los de Aragón".

Y si la comparación se hace en términos per cápita, "se evidencia que en 2020 Cataluña se sitúa también en la quinta posición, ligeramente por encima de Aragón. En resumen, "no existe una divergencia significativa en el nivel de imposición de ambos territorios". Los autores afirman que "es cierto que Cataluña tiene más impuestos propios que Aragón, pero estos difícilmente son un factor determinante de la deslocalización tanto por la reducida carga impositiva que suponen, ya que su objetivo es más concienciar a los agentes económicos que de carácter recaudatorio, como porque afectan a sectores muy concretos y difíciles de deslocalizar".

Las encuestas realizadas a empresas que se mudaron da pistas más claras de los motivos. El 90% fueron microempresas y lo justificaron por "motivos familiares, proximidad a los clientes y competidores y sinergias y ahorros con otras empresas". En el caso de las pymes, que fueron el 10% del total de las que optaron por cambiar de sede, los principales motivos fueron "la burocracia, la actitud de las autoridades y las conexiones terrestres".

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