Iberdrola ha puesto en marcha el mayor proyecto de energías limpias de la historia de Portugal. Un gigante hidroeléctrico con tres embalses y tres centrales eléctricas que puede funcionar también como una enorme batería mediante el sistema de bombeo que permite reutilizar el agua una y otra vez. Se trata de un megaproyecto que la eléctrica lleva ocho años construyendo cerca de Oporto, del que ya ha puesto en funcionamiento dos de las centrales (la tercera estará lista en 2024) y en el que ha invertido 1.500 millones de euros.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha inaugurado el complejo por todo lo alto en un acto mano a mano con el primer ministro portugués, el socialista António Costa, en una caverna dentro de una montaña, núcleo de la megacentral hidroeléctrica. Un acto en el que el máximo ejecutivo de la eléctrica española ha aprovechado para lanzar un dardo al Gobierno de Pedro Sánchez en pleno choque por los recortes y el nuevo impuesto que se prepara para gravar los beneficios extra de las grandes energéticas.

Mientras el enfrentamiento con el Ejecutivo español es evidente desde hace meses, Galán ha aprovechado el acto junto al primer ministro luso para alabar la seguridad jurídica del país vecino y ensalzar la buena relación y el diálogo con el Gobierno local. “Para realizar grandes inversiones como ésta en un contexto económico tan complejo como el actual es esencial una normativa estable que genere seguridad jurídica”, ha apuntado el presidente de Iberdrola. “Siempre hemos encontrado la colaboración de las administraciones portuguesas. Un entorno normativo previsible es fundamental para captar la financiación necesaria”.

En este contexto de sintonía con el premier portugués António Costa, del que ha ensalzado su “predisposición excelente” y su “capacidad de diálogo”, Galán ha anunciado la intención del grupo de ejecutar un plan de inversiones de hasta 3.000 millones adicionales en Portugal en nuevas plantas renovables -tanto en eólica terrestre y marina como en fotovoltaica-, el doble de lo destinado a la megacentral hidodroeléctrica inaugurada este lunes. El grupo español tiene en desarrollo parques eólicos de 450 MW en el mercado portugués y 2.500 MW en plantas fotovoltaicas, y pretende ahora participar en el futuro desarrollo de parques de eólica marina flotante que impulsará el Gobierno luso y prepara proyectos de hidrógeno verde.

El último choque

El Gobierno español prepara un nuevo impuesto temporal a los grandes grupos energéticos para financiar las medidas adoptadas para paliar el impacto de la espiral inflacionistas sobre hogares y empresas. Según confirmó el presidente Pedro Sánchez en el debate sobre el estado de la nación, el plan del pasa por crear un nuevo tributo para gravar los beneficios extraordinarios que estarían obteniendo por eléctricas, gasistas y petroleras por la espiral de subidas de precios en plena crisis energética.

El objetivo del Gobierno es aplicar el nuevo gravamen sólo a las grandes energéticas, las que tienen una facturación superior a los 1.000 millones de euros al año, y prevé recaudar un total de 4.000 millones de euros (a razón de 2.000 millones en cada uno de los ejercicios en que estará vigente el impuesto sobre los beneficios de 2022 y 2023). Entre las empresas que se verían sujetas al nuevo impuesto estarían los principales grupos energéticos, como la propia Iberdrola, Endesa, Naturgy, EDP, Repsol, Cepsa o BP España.

En el sector energético a las ganancias extraordinarias obtenidas por las compañías se les conoce como “beneficios caídos del cielo” (traducción del inglés de windfall profits). “Los sobrebeneficios no caen del cielo, salen del bolsillo de los consumidores”, sentenció Pedro Sánchez. Las eléctricas han insistido en los últimos meses en negar la existencia de los beneficios millonarios que el Gobierno dice querer recortar, ya que tienen vendida toda su producción de electricidad con mucha antelación y a precios muy inferiores a los que marca el mercado eléctrico y, por ello, no se están beneficiando de las subidas.

Coloso hidroeléctrico

Iberdrola ha inaugurado oficialmente este lunes el coloso hidroeléctrico en el norte de Portugal, cerca de Oporto. Uno de los más grandes de estas características levantado en los últimos 25 años en Europa, cuenta con tres presas y tres centrales hidroeléctricas -Gouvães, Daivões y Alto Tâmega-, de las que dos ya están operativas y la tercera lo estará en 2024. La eléctrica española explotará la instalación los próximos 75 años tras invertir unos 1.500 millones de euros.

Iberdrola inició las obras en 2014 y ya gran parte de las obras del complejo en el río Tâmega, un afluente del Duero. Las tres centrales hidroeléctricas tendrán una potencia conjunta de 1.158 megavatios (MW) y, según las estimaciones de la propia empresa, cuando estén plenamente operativas serán capaces de producir casi 1.800 gigavatios hora (GWh) de electricidad cada año y suministrar energía limpia al consumo equivalente de 440.000 hogares portugueses.

El nuevo complejo del Tâmega contará con casi 900 MW de bombeo, una técnica que permite el almacenamiento y reutilización del agua para generar electricidad en momentos de alta demanda y que en la práctica sirve como una batería. Con su puesta en marcha, Iberdrola supera los 5.300 MW de capacidad de bombeo en la Península Ibérica (4.500 MW en España y 880 MW en Portugal) con el objetivo de convertirla en la gran batería de Europa.

Al complejo hidroeléctrico proyecto se le sumará la futura construcción de dos parques eólicos que estarán ligados a la gigabatería, convirtiendo la instalación en una planta de generación híbrida y cuya potencia final se estima que alcanzará 450 MW. La producción de los parques eólicos se utilizará alternativamente para suministrar a clientes finales y para alimentar el proceso de bombeo de la hidroeléctrica.

El proyecto cuenta con la financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI). En julio de 2018, la entidad entregó a Iberdrola 500 millones de euros, los primeros de los 650 millones aprobados en total para financiar este desarrollo. La compañía ha desarrollado diversas medidas de compensación de sistemas ecológicos, como la reforestación de más de 1.000 hectáreas, la plantación de 17.000 alcornoques o acciones para mejorar las poblaciones de fauna protegida existente en el entorno.