La economía española se adentra en el tercer trimestre del año, el del verano, bajo el influjo del optimismo del sector turístico. A pesar de que los contagios por covid vuelven a tasas que se creían olvidadas, hay ganas de viajar, de salir y de socializar después de dos años de restricciones. Ni siquiera los preocupantes datos de inflación están mermando las reservas hoteleras o el gasto turístico. Sin embargo, tanto familias como empresas muestran en los indicadores de confianza que son conscientes de que el otoño ya no será tan feliz: la subida de precios, las posibles restricciones en el consumo energético y el alza de tipos de interés esperan a la vuelta de la esquina mientras que la posibilidad de que Estados Unidos o la zona euro entren en recesión cotiza al alza entre los expertos y en los mercados financieros.

Así, las ganas de disfrutar de las vacaciones coexiste en las últimas semanas con el creciente temor a un fuerte frenazo económico a partir del otoño. La palabra “recesión” se ha instalado ya en el debate económico, con el efecto deprimente que ello ejerce sobre la confianza de los agentes económicos, y existe cierta coincidencia entre los economistas en que una caída de actividad económica y de empleo podría producirse en EEUU y también en la zona euro a partir del otoño si se materializa el corte total del suministro ruso de gas. El banco de inversión Nomura también prevé recesión en el Reino Unido Japón, Corea del Sur, Australia y Canadá.

Caída de precios en materias primas

La probabilidad que los inversores otorgan a una próxima recesión en EEUU y en la zona euro es tan alta que, en las últimas semanas se ha producido un vuelco en los precios de la materias primas no energéticas.

“Ante la expectativa de que la desaceleración económica y la recesión en algunas zonas traerán una menor demanda de materias primas se está produciendo una rebaja de sus precios”, explica Javier Pino, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Han caído los precios de los metales. El del hierro se ha recortado en torno al 13,4% y el aluminio, más de un 30%. También se están moderando los de algunos alimentos (el precio del trigo ha bajado casi el 10%) y están cayendo con fuerza los precios de los fletes en el transporte marítimo. No así, las materias energéticas, sobre todo el gas, que sigue al alza por efecto de los cortes de suministro rusos.

No en España, "de momento"

En el caso de la economía española nadie habla, al menos de momento, de recesión. "Ningún organismo tiene ese escenario para España", ha declarado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, este jueves en Onda Cero. Pero el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido al Gobierno que deje a un lado la “soberbia” ante el “riesgo de recesión” y la vicepresidenta Calviño le ha instado a comportarse como un "líder" y "arrimar el hombro en lugar de estar vaticinando constantemente una catástrofe y no haciendo nada para evitarla".

Según la vicepresidenta "el crecimiento se ha acelerado en la segunda parte del año", con ayuda de la campaña turística. No obstante, Calviño ha admitido que los próximos trimestres “van a ser complejos” ante un escenario de inflación “más persistente y eleva” de lo previsto.

"No, en este momento. No, para nuestro país”. Así respondió este miércoles la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), Cristina Herrero, a la pregunta de si el organismo prevé una recesión en la economía española. No obstante, Herrero admitió la preocupación por lo que pueda suceder en invierno en la zona euro “pues unas mayores restricciones en el suministro de gas puede llegar a una situación de emergencia a algunos países". Y si las grandes economías europeas, como la alemana, sí entran en recesión, la onda expansiva acabará llegando, de un modo u otro, a la española.

Inflación, hipotecas y crisis energética

Los riesgos sobre la economía acechan por todos los lados. A la vuelta de las vacaciones, en septiembre, se habrán materializado las dos subidas de tipos de interés anunciadas por el Banco Central Europeo (BCE), cuyo alcance aún se desconoce. Es posible que ello alimente el alza del euríbor y el encarecimiento de las hipotecas. El euríbor a un año se sitúa en una media del 0,9% en lo que va de julio, casi un punto y medio por encima del dato de diciembre pasado, y la tasa más alta desde julio de 2012.

El Gobierno espera una desaceleración de la inflación a lo largo de este segundo semestre del año, pero los últimos cortes de suministro del gas ruso han seguido disparando en los últimos días el precio de este combustible y si las restricciones van a más, todo puede ser posible. La vicepresidenta Teresa Ribera se reunirá con los agentes sociales la semana próxima antes de diseñar el plan de contingencia que la Comisión Europea ha pedido a todos los países para el hipotético caso de tener que abordar restricciones en el suministro energético a empresas y hogares.

Deterioro de la confianza

Con el paréntesis de optimismo concedido por las familias y por el sector turístico al verano, el pesimismo empieza a ganar terreno en las encuestas de opinión. El índice de confianza de los hogares correspondiente al mes de junio refleja un notable descenso respecto a mayo. Cae la valoración de los consumidores sobre su situación actual, pero sobre todo empeora el índice de expectativas sobre el futuro inmediato de la economía española, del mercado de trabajo y de los propios hogares. 

El Índice IESE de Incertidumbre Económica también apunta un importante deterioro, alcanzando en junio una puntuación de 144, dentro de una escala de 0 a 200. “Se trata de un nivel de incertidumbre muy alto, que apunta a un deterioro económico a la vuelta del verano, debido a que se mantienen las turbulentas circunstancias económicas de los últimos meses: guerra, inflación, cadena de suministros, precio y disponibilidad de la energía, etc.”, subraya esta escuela de negocios. El Instituto de Estudios Estratégicos de Foment del Treball también anticipa un otoño económico "muy amenazador".

En junio, además, se produjo la primera contracción de la producción industrial en dos años en la zona euro y el flujo de pedidos se estancó, poniendo fin a una secuencia de 15 meses de crecimiento, según el indicador PMI de S&P Global. En particular, los volúmenes de la cartera de nuevos pedidos del sector industrial disminuyeron al ritmo más pronunciado desde el pico del confinamiento, en mayo de 2020. La cartera de pedidos industriales también descendió en junio en España, según el citado indicador.

Colchón de ahorro y los fondos europeos

De momento, en el mes de junio, con una tasa de inflación del 10,2%, las compras con tarjeta han seguido aumentando con fuerza (el 34% interanual), aunque a menor ritmo que en mayo (43%), según datos de BBVA Research. También creció algo menos la retirada de efectivo de los cajeros (7%, un punto menos que en mayo), confirmando los primeros indicios de desaceleración del gasto de las familias.

El colchón de ahorro extra acumulado por las familias españolas y europeas durante el confinamiento, en 2020 y 2021, puede ayudar a los hogares a la inflación y el encarecimiento del coste de la vida a partir del otoño, según la economista senior de Funcas, María Jesús Fernández. Se calcula que en España aún existe una bolsa de unos 80.000 millones de ese ahorro ‘extra’. La implementación del Plan de Recuperación, con dinero europeo, también será un aliciente para el crecimiento de la economía española, aunque los ritmos de ejecución van más lentos de lo esperado por el Gobierno.

“Creemos que la demanda se va a sostener durante el verano y que luego la inflación sí va a empezar a afectar al consumo”, anticipa la economista de Funcas. “Esperamos buenos resultados de consumo y crecimiento económico en el segundo y tercer trimestre y un freno en el cuarto”, resume. 

Materias primas, un indicador adelantado del cambio de ciclo

“La cadena de suministro está sometida a un efecto látigo que, teniendo su inicio con el comienzo de la pandemia dista aún mucho por finalizar. Vamos a seguir estando sometidos a vaivenes de subidas y bajadas de precios durante bastante tiempo. Los indicadores apuntan que ha finalizado un ciclo de subida de precios y que ahora tocará un periodo de bajada. Se prevé una contracción de la demanda derivada del alza de precios generalizada que sufrimos”, abunda Leandro Real, director de Turnaround de KPMG en España.

El vuelco dado por las materias primas se interpreta como indicador adelantado del final del ciclo expansivo de la economía: “Precios de los fletes por las nubes, costes de las materias primas en máximos, la energía (transversal a todas las actividades) también con unos costes nunca antes vistos, etc. Es el caldo de cultivo que nos lleva a prever un cambio de ciclo, y en este caso pasar a contracción, como lo demuestran los mercados de materias primas industriales, que ya están sufriendo una fuerte corrección. Esta bajada no se espera que sea generalizada, pues la coyuntura actual hace prever que las materias primas agrícolas queden al margen e incluso suban. Pero el resto, con una caída del aluminio del 13%, cobre del 17% y el acero del 18% - entre otras – sí se verá afectado, y la profundidad de su impacto la empezaremos a ver durante los tres próximos meses", explica Real.