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Crisis económica

Los precios de frutas y hortalizas se multiplican por cinco del campo al supermercado

Las frutas de verano son las más afectadas al mermar la producción por el mal tiempo de la primavera - Aumenta la brecha entre lo que se paga en origen y lo que abona el consumidor y muchos hogares las dejan de consumir

Sandías a 2,40 euros el kilo esta semana en una frutería de Alicante. / MANUEL R SALA

A 12 céntimos el kilo de naranjas, a 40 el limón y a 20 el de patatas en Alicante. No es el supermercado más barato, es el precio que se está pagando actualmente en origen a los agricultores por estos productos. Sin embargo, en los lineales de las grandes superficies y supermercados esas mismas naranjas se venden a, al menos, 1,49 el kilo, los limones a 2,39 y las patatas a 1,79. La generalizada subida de los costes por el aumento del precio del gasoil, la electricidad o los fertilizantes amenaza con arruinar a los agricultores que, encima, están llegando a vender algunos de sus cultivos de frutas y hortalizas por debajo del coste, como en el caso de las naranjas. Estos bajísimos precios que reciben los productores, por no decir ruinosos, no se traducen en un descenso en el precio final de venta. Todo lo contrario. El consumidor ha notado una subida generalizada que ha ido en aumento y que sitúa ahora mismo el precio de frutas y hortalizas en el más elevado en casi 30 años. De hecho, los precios de estos alimentos en el supermercado llegan actualmente a multiplicar por cinco, un 500%, el que tenían en origen, el que se paga al agricultor o productor, según denuncia Asaja.

Sandías y melones en un supermercado de Elche, las dos frutas del verano que más han subido. | ANTONIO AMORÓS

Las frutas de temporada, como la sandía, el melón o los melocotones, están, literalmente, a precio de oro. La calima, las lluvias, las heladas y el granizo de la inestable meteorología del final del invierno y esta primavera son los responsables del fuerte descenso de la oferta y, por tanto, del incremento del precio de las frutas y hortalizas de temporada, según las organizaciones agrarias. Frutas como la sandía no se han podido plantar por las constantes lluvias de marzo y de abril, según explican desde Asaja, lo que está provocando que haya una falta de producción evidente. Así, la tendencia alcista de los precios se ha intensificado desde el mes de abril, con subidas registradas de casi un 20% en el caso de la sandía o el melón, con respecto a 2021, dos de las frutas más demandadas en los meses más calurosos del año.

Naranjas sin recoger en la Vega Baja tras una ruinosa campaña por el bajo precio en origen. | TONY SEVILLA

"Esto es una cadena. Suben los costes y esto repercute en los precios que ponen a frutas y verduras", señala el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu, quien tacha de "barbaridad" que en las últimas semanas se estuvieran vendiendo medias sandías a 6 euros. El caso de la naranja es punto y aparte. La ruinosa campaña finaliza con precios en origen a entre 7 y 12 céntimos en la variedad Navel Late, mientras que en las tiendas se vende a entre 1,49 y 1,69 euros, llegando a los 2 euros.

Los datos del boletín semanal de precios de frutas y hortalizas elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reflejan que otra de las frutas que más se ha encarecido es el limón, con un precio en origen de 47,49 céntimos, un 49% más que en 2021 o la cereza, a 2,26 euros el kilo en origen, un 46% más que hace un año. Otras dos frutas que han experimentado un aumento de precio son el melón, a 45,5 céntimos/kg en origen, un 102% más que el año pasado, y los plátanos, que con su 1,30 euros por kilo en origen son un 184% más caros que en el mismo periodo de 2021.

El Ministerio, no obstante, señala que en el caso de la fruta de hueso, como el melocotón, la paraguaya o la nectarina, que siguen por las nubes, continúa el ajuste de los precios a medida que se incrementan los volúmenes, especialmente en origen, donde además, señala, se nota la falta de calibres grandes. En cuanto a las hortalizas, el tomate de verano sube con fuerza, un 37% más caro que la semana anterior y un 58% más que en 2021, cotizándose a 75,7 céntimos en origen, mientras que otros productos como las patatas están un 22% más caras que en junio de 2021. No obstante, hay descensos generalizados en el precio de origen en la mayoría de frutas y hortalizas en la última semana, como el melocotón amarillo, un 19% menos, la nectarina, un 11% de descenso, el albaricoque un 33% o el brócoli, un 23% menos caro que hace siete días.

Sin embargo, este descenso en los precios de origen no se traduce en una rebaja a los consumidores. Y es que, pese a que en el supermercado los precios de las frutas y verduras no paran de subir, cada vez es mayor la distancia entre los precios que pagan los consumidores y los que perciben los trabajadores del campo. La organización Asaja elabora un observatorio de precios semanal con lo que se paga en origen por cada fruta u hortaliza y el precio al que están en las grandes cadenas de supermercados del país. Así, los albaricoques que a un agricultor se le pagan a entre 60 y 80 céntimos, están a entre 3,5 y 3,90 euros en los lineales de las grandes superficies; el limón fino que cotiza a 0,60, cuesta 2,49 al hacer la compra; el melocotón, pasa de los 75 céntimos el kilo en origen a los más de 3 euros en el supermercado; el calabacín, de los 63 céntimos que se le pagan al agricultor a los entre 1,80 y 2 euros al hacer la compra; o el pepino largo, de los 55 céntimos que se le pagan al productor a los casi 3 euros en el que una gran superficie lo pone a la venta. Luis Gómez, de la subasta La Redonda de Orihuela, confía en que los consumidores empiecen a notar una bajada generalizada de precios en un par de semanas. «Lo que no se puede es vender a pérdidas», señala.

Descenso del consumo

La consecuencia es un preocupante descenso del consumo de frutas y verduras. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 62% de los consumidores reconoce que ya ha modificado sus hábitos de compra adaptándolos a su renta y uno de cada cinco que ha dejado de comprar alimentos frescos como la carne, el pescado, las frutas y las verduras. En el caso de las frutas, con el alza de precios, el consumidor va a buscar productos sustitutivos, quizá «otro tipo de postres que a sus ojos resulten más baratos" y que "puede que no coincidan con los más sanos", alerta la OCU. "El consumidor compra menos, y si se retrae el consumo, los precios al agricultor bajan aún más", lamenta Andreu, quien explica que "un estrangulamiento del mercado provoca que, aunque haya una buena producción, no puedas venderla".

"La inflación está destrozando el sector productor; un estrangulamiento del mercado provoca que, aunque haya una buena producción, no puedas venderla" José Vicente Andreu - Presidente de Asaja Alicante

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El presidente de Asaja pide una regulación en la cadena de venta "para que nadie se lucre a costa del agricultor". Andreu señala que en los supermercados "si ven que venden menos, como tienen que sacar su beneficio sí o sí, pues suben más aún el precio del producto". Y añade rotundo: "La inflación está destrozando el sector productor".

Otra consecuencia es que los pequeños productores están abandonando las fincas. 10.000 hectáreas de cultivo en la provincia están en riesgo de desaparecer«Si al agricultor se le pagan los costes de producción y un 5% más, con eso funciona. Y que al consumidor no le suban tanto los precios", reclama Asaja.

Hacer la compra supone en las últimas semanas un quebradero de cabeza para miles de familias. El aumento de precios no sólo lo sufren en la cesta de la compra, también en la electricidad, el gas, los carburantes o el transporte. Una situación que se ha visto agravada por la guerra en Ucrania, que disparó en junio la inflación hasta el 10,2%.

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