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Impagos de créditos

Los bancos creen que las familias pueden soportar la subida de tipos del BCE

El sector estima que la morosidad no subirá de forma notable porque el precio del dinero se sitúe entre el 1% y el 2% en 2023

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, en una imagen de archivo. EFE

El escenario de subidas de tipos oficiales que prepara el Banco Central Europeo (BCE), el primero que prevé sostener en el tiempo desde el que aplicó entre 2005 y 2008, dibuja un panorama casi perfecto para los resultados del sector bancario. El único temor que aparece en el horizonte es que haya muchos clientes que se puedan ver superados por este encarecimiento del precio del dinero y dejen de pagar sus créditos. Pero las entidades españolas lo ven poco probable: creen que la mayoría de sus deudores no caerán en morosidad si la autoridad monetaria cumple con el alza suave y gradual de tipos hacia la que ha apuntado.

"La morosidad subirá algo a finales de año o más bien principios del próximo, y luego volverá a bajar. Los clientes pueden aguantar una subida progresiva de tipos hasta niveles de entre el 1% y el 2%. Nuestra cuota hipotecaria media es de unos 350 euros, con lo que registraría una subida asumible de unos 50 euros", explica uno de los principales ejecutivos del sector. "La morosidad está comportándose mejor de lo esperado. Si sigue creándose empleo, no tiene por qué haber problemas", abunda otro alto directivo.

El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, se pronunció en una línea similar la semana pasada. "En Europa entraremos en un territorio de tipos de interés positivos claramente en los próximos meses. Pero en condiciones normales y si todo se produce razonablemente, no habrá una subida abrupta. El mercado descuenta unos tipos en el 1,5%. Ese nivel es razonable y no afectaría a la actividad económica", afirmó en una conferencia de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE).

Neutralidad en debate

El BCE, así, ha dejado ver que prepara dos subidas de tipos en julio y septiembre, para llevar la facilidad de depósito (el interés que cobra a los bancos por guardarles el dinero) del -0,5% al 0%. Posteriormente prevé comenzar a subir el tipo de intervención hasta un nivel neutral, es decir, que implique una política monetaria ni expansiva ni restrictiva. Ahí es donde está la discusión ahora: algunos miembros de su consejo de gobierno estiman dicho nivel en el 1% o algo por encima, mientras que otros lo ven más cercano al 2%. De ahí que el mercado espere un nivel en torno al 1,5% el año que viene, siempre que la inflación no dé más sustos.

Los banqueros consultados destacan que uno de los factores por lo que no les preocupa el impacto de la subida de tipos es la gran cantidad de hipotecas a tipo fijo, cuyas cuotas no varían, concedidas en los últimos años a los hogares. Así lo corroboró recientemente el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos: "En el caso de los hogares, un aumento de los tipos de interés podría contribuir a un cierto deterioro de la capacidad de repago de las deudas. En todo caso, ante aumentos moderados en los tipos de interés cabría esperar que este efecto no fuera muy significativo, en parte por el incremento del peso de las hipotecas a tipo de interés fijo observado durante los últimos años, que en diciembre de 2021 se situaba en el 24,9% del saldo vivo".

Empresas bajo presión

Cosa distinta es la situación de los préstamos a las compañías. "Un eventual aumento de los tipos de interés podría incrementar el porcentaje de empresas con presión financiera. En la financiación bancaria empresarial predominan los préstamos con vencimiento a corto plazo o a tipo variable, por lo que la traslación de variaciones en los tipos de interés es relativamente rápida", advirtió en unas jornadas del IESE. Según sus estimaciones, si los tipos suben en línea con las expectativas del mercado, el endeudamiento empresarial (medido según el peso de los gastos financieros sobre el excedente bruto de explotación) empezaría a incrementarse en 2023, hasta situarse a finales de 2024 un punto por encima del nivel de 2021.  

Hace unos meses, en el sector había un cierto temor a qué podría pasar cuando en abril y mayo empezasen a vencer los periodos de carencia en el pago del principal de buena parte de los créditos a empresas con aval público del ICO concedidos en 2020 por la pandemia. "No estamos viendo problemas y tampoco los esperamos en una dimensión relevante", apunta un banquero. "Por lo que nos comentan los bancos, la sensación es buena, no se está produciendo un efecto escalón", confirman fuentes conocedoras de la situación.

Con todo, todavía hay sectores empresariales y segmentos de los hogares con una situación "más vulnerable" que la de antes de la pandemia, como les advirtió el gobernador. "La guerra introduce nuevos riesgos para la estabilidad financiera. Aunque las exposiciones financieras directas de los bancos españoles a Rusia y Ucrania son muy reducidas, los efectos indirectos de la guerra pueden ser significativos. En especial, a través del impacto en las familias y en las empresas, en particular, en aquellas en que la recuperación tras la pandemia estaba siendo más lenta o tardía y cuya solvencia puede verse ahora deteriorada", advirtió a los bancos, instándoles a la prudencia.

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