Vincular su futuro al del Bitcoin puede salirle muy caro a El Salvador. La decisión de su presidente, Nayib Bukele, de conjugar la imprevisibilidad de los mercados con una moda financiera como las criptomonedas está teniendo, en los últimos meses, sus primeras consecuencias en el futuro más inmediato del país. A la caída de más de un 50% del valor de la moneda virtual se suma la incertidumbre generada por la invasión de Ucrania, que ha regado los mercados con una inflación incipiente y una subida de los tipos de interés que solo empeoran aún más las perspectivas de uno de los países más pobres de Centroamérica. Si El Salvador insiste, en contra de la opinión de los mercados, en Bitcoin como moneda legal en curso, corre un serio riesgo de incurrir en un impago de su deuda, que este año podría llegar al 86,9% de su PIB.

Así lo dicen, por ejemplo, las agencias de calificación Fitch, que le dio su calificación más baja en febrero, y más recientemente Moody's, que en su último informe de mayo advierte de un “riesgo sustancial” de impago de la deuda. Unas dudas con respecto a su viabilidad financiera que ha resultado en una mayor dependencia de la deuda a corto plazo y en que el precio de los bonos emitidos por el Gobierno ya cotice a un 40% de su valor original en línea con la pérdida de valor de Bitcoin, que vive una caída histórica desde hace medio año de la que por el

Y, aun así, el presidente parece empeñado en mantener, si no redoblar, su apuesta. Ayer mismo por la noche anunció, a través de su cuenta de Twitter, la compra de 500 ‘bitcoins’ a cambio de más de 15 millones de dólares de dinero público, es decir, a 30.744 dólares cada uno. El bitcoin, que alcanzó su punto álgido en noviembre de 2021, llegó a valer 68.000 dólares en el momento en que El Salvador, un país en el que se calcula que solo la mitad de sus habitantes tienen acceso a internet, hizo una apuesta más fuerte por la criptomoneda de moda.

Los tiempos elegidos por Bukele no pudieron ser, sin embargo, peores. A finales del año pasado, cuando anunció la creación de un bono de 1.000 millones de dólares vinculado al Bitcoin, esperaba poder dedicar, a partes iguales, la mitad a la reinversión en la criptomoneda y la otra a la construcción de una ciudad 'cripto' que se abasteciese energéticamente del volcán Conchagua para poder seguir 'minando' divisas digitales.

El bono, que se esperaba que saliera a mediados de marzo, aún no ha sido emitido, pues el presidente está esperando, supuestamente, a que la divisa se recupere. Ese sueño, que debería quedar lejos dadas las perspectivas económicas del país, sigue vivo en la mente del presidente, que hace apenas unas horas compartió la planificación urbanística de la 'bella Bitcoin City' para demostrar que el proyecto sigue adelante.

Ya desde principios de año, es decir, desde antes de que estallara la guerra en Europa, el Fondo Monetario Internacional advertía a Bukele de que debía dejar de vincular el futuro del país al de la criptomoneda. Sin embargo, el joven presidente de 40 años, que lleva las 'criptos' como bandera de su política económica, sigue haciendo apología de la divisa digital. En octubre, tras hacer de Bitcoin una moneda de curso legal en el país junto al dólar estadounidense, invirtió 25 millones, y, ahora, ha comprado otros 15 millones. La cifra completa no es oficial, pero se calcula que El Salvador atesore ahora mismo más de 2.300 bitcoins.

Si la subida de los tipos de interés en Estados Unidos al 0,5% ha afectado gravemente a los activos financieros de más riesgo como las criptomonedas, la posibilidad, que ya está encima de la mesa, de que suban hasta el 0,75% podría empeorar aún más las perspectivas de El Salvador.

Si la subida de los tipos de interés en Estados Unidos al 0,5% ha afectado gravemente a los activos financieros de más riesgo como las criptomonedas, la posibilidad, que ya está encima de la mesa, de que suban hasta el 0,75% podría empeorar aún más las perspectivas de El Salvador.