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Vivienda

La Comunidad Valenciana permitirá que los locales vacíos se conviertan en viviendas habitables

El departamento de Illueca quiere eliminar los usos "impropios" de inmuebles utilizados como oficinas o pisos turísticos

Un comercio cerrado en el centro de Alicante durante la pandemia.

El coste del alquiler están por las nubes. A menos oferta, más precio. De hecho, los portales de compraventa están apuntando a precios históricos del metro cuadrado en toda la Comunidad Valenciana. Una coyuntura que se junta con otra: el abandono masivo de bajos comerciales por la crisis del coronavirus y, entre otras cosas, el auge del comercio electrónico.

En este contexto, gobiernos autonómicos como el gallego han empezado a realizar las primeras acciones para flexibilizar los criterios de habitabilidad y permitir que los bajos puedan convertirse en viviendas para destensar, así, la poca oferta y los altos precios. Una iniciativa que el Consell también está trabajando.

Así lo afirma Alberto Rubio, director general de Calidad, Rehabilitación y Eficiencia Energética de la Vicepresidencia Segunda y Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática de la Generalitat Valenciana. Rubio señala que la Administración autonómica no solo se plantea abrir la normativa a esta conversión, sino que ya tiene un borrador consensuado para modificar el decreto de criterios de habitabilidad y suavizar así los requisitos requeridos para habitar en un bajo comercial reconvertido en vivienda habitable.

Borrador pactado con los agentes

"Estamos revisando el decreto y ya tenemos un borrador pactado con todos los agentes implicados. Después de mucho debate, hemos conseguido elaborar una propuesta consensuada". Dentro del documento provisional del nuevo decreto, que incluye una batería de medidas, está el asunto del uso de los bajos comerciales inutilizados.

"Nuestra prioridad es que no haya usos impropios de los pisos, muchos de ellos utilizados ahora como oficinas o apartamentos turísticos, estos últimos el principal nicho de vivienda de uso impropio". Para eso, dice Rubio, "el objetivo es establecer criterios claros para esto. Por ejemplo trasladando las oficinas a los bajos y convirtiendo esos pisos en vivienda alquilable".

Lo están haciendo a través de la elaboración de un nuevo decreto que ya ha incorporado la flexibilidad de la normativa. Próximamente se abrirá el proceso de información pública del borrador pactado con todos los agentes para poder incorporar todas las modificaciones y alegaciones que se consideren necesarias por la sociedad civil y demás agentes.

Los requisitos

En la actualidad, sí es posible convertir un bajo comercial o de otro uso en vivienda, pero los criterios son muy firmes y complicados de cumplir. Para que un local que no es habitable lo sea, es necesario que cumpla ciertos parámetros como ventilación al exterior, la luz natural o la entrada independiente, tal como cuenta Sebastián Cucala, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de la Comunidad, quien ve con buenos ojos las modificaciones. "Es positivo porque cuantos menos inmuebles haya vacíos en un edificio mejor funcionará la convivencia".

Además, Cucala argumenta que si son viviendas con acceso independiente, remotamente influirá en las lógicas de la comunidad de vecinos, de forma que se trataría de una vivienda más. Con todo, cree que trasladar las oficinas o apartamentos turísticos a las plantas bajas y homogeneizar los usos de las fincas para que sean solo residenciales solucionará algunos problemas de convivencia como el uso del ascensor o el trajín de gente diario.

"Cuanta más oferta haya más posible será bajar los precios"

Nora García, presidenta de la Asociación de Inmobiliarias de la Comunidad Valenciana (Asicval), apunta que la utilización de las oficinas como viviendas es, precisamente, "una de las medidas que su entidad propuso en la mesa de reconstrucción de la covid en junio de 2020". 

"Era una de las muchas propuestas, hay que sacar más vivienda al mercado, cuanto más ofertas, más posibilidades de destensar los precios", explica. Aunque dice que no se trata de la solución, sí es una medida más. Y positiva. Está bien para muchas calles con locales comerciales cerrados, sobre todo en los barrios que no son del centro de la ciudad. 

"Es una buena medida para poder convertirlos en vivienda, aunque para que se llevara a cabo habría que intervenir en el ayuntamiento aligerar las licencias, que ahora se alargan mucho en el tiempo", dice García. Además, destaca que es positivo para "dar otra vida a las calles que están condenadas por el cierre de los comercios por las ventas de internet". "El mercado cambia, el mundo cambia y hay que estar atento e ir adaptándose. Los dentistas antes era difícil verlos en bajos. Ahora ya hay más y los pisos donde estaban están alquilados". Respecto al número de bajos inutilizados, García dice que es difícil concretarlo, pero que en las zonas menos comerciales, más del 50% están en desusos, en algunos puntos incluso el 100 % de los locales comerciales. En los grandes centros urbanos por el contrario, el porcentaje en desuso baja a un 20%, pues la actividad se sustenta en el comercio.



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