El patrón de Stellantis, Carlos Tavares, ya lo avisó a finales del mes pasado en una rueda de prensa en Italia, este lunes ya se empezó a saber a través de algunos medios especializados y este martes ha llegado la confirmación oficial: el grupo suspende sus operaciones en la planta de Kaluga, Rusia.

Si en aquel momento Tavares alegaba un cierre de la fábrica debido a la falta de componentes (microchips), Stellantis ha anunciado que suspende sus operaciones en el país gobernado por Vladímir Putin debido el rápido aumento diario de las sanciones de los países con motivo de la invasión de Ucrania, además de las dificultades logísticas de operar en el país.

En un comunicado, la compañía ha destacado que cesa la producción para "garantizar el pleno cumplimiento de todas las sanciones cruzadas y proteger a sus empleados".

De esta manera, Stellantis se suma con esta decisión a otras compañías de automóviles como Bridgestone, Renault, Volkswagen, General Motors o Harley-Davidson, entre otros.