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Parón de producción

La guerra de Ucrania golpea a Seat y Cupra

Al cierre de plantas en Rusia se suma la interrupción de suministros procedentes de Ucrania que impactan directamente en las marcas del grupo Volkswagen.

Producción del Cupra Born en Zwickau (Alemania).

La invasión rusa de Ucrania ya ha empezado a golpear a una de las industrias europeas de mayor calado, la del automóvil, y no solo lo ha hecho en las plantas de las zonas próximas al conflicto sino que ya está afectando a todo el continente. El cierre de fábricas en Rusia y una nueva interrupción de la cadena de suministros de componentes procedentes de proveedores ucranianos, plantea un nuevo escollo al sector que sigue tratando de paliar la crisis de microchips. Seat y Cupra, las marcas españolas del grupo Volkswagen se pueden empezar a ver afectadas en las próximas semanas también en su planta de Martorell. Por lo pronto, su modelos Cupra Born y Seat Tarraco dejan de fabricarse la próxima semana por el parón en las plantas de Zwickau y Wolkfsburg, respectivamente.

No obstante todos los fabricantes han recibido el impacto, algunos de forma más directa por tener plantas en suelo ruso, encabezados por los grupos Volkswagen, Mercedes y Toyota. El consorcio alemán (en el que se encuentran también Seat y Cupra) ha suspendido todas sus operaciones comerciales en Rusia, interrumpiendo la exportaciones, y ha cerrado las plantas rusas de Kaluga y Nijni Novgorod, afectando a 4.000 empleados. Toyota, por su parte, ha hecho lo propio con su fábrica de San Petersburgo (2.600 trabajadores) donde produce el Rav4 y el Camry, y Mercedes también ha detenido su fábrica de Moscovia (a 40 kilómetros de Moscú), donde la marca alemana fabrica la Clase E y sus carrocerías derivadas.

Impacto en Volkswagen

Las ventajas arancelarias de Rusia es lo que atrajo en su día a las marcas de automóviles, que ahora se ven obligadas a replantear su estrategia. El grupo Volkswagen, que invirtió en Rusia 2.000 millones de euros mayoritariamente con la marca Skoda, fabrica en Kaluga el Skoda Rapid, además del Volkswagen Tiguan y el Polo, mientras que en Nijni Novgorod produce el Skoda Octavia, el Skoda Karoq y el Volkswagen Taos (éste para el mercado local). También producen motores de gasolina.

A estos cierres, el grupo también recibe el impacto de la falta de componentes que en muchos casos están obligando a detener la producción en las fábricas ubicadas en toda Europa, principalmente en Alemania. Volkswagen ya anunciado cierres temporales de al menos cinco días en Zwickau, Wolfsburg, Ingolstadt, Neckalrsum, Leipzig y Hannover, lo que impacta sobre modelos esenciales para sus marcas como los Audi A4, A4, A6 y A7, los Porsche Macan y Panamera, así como al Volkswagen Golf, Tiguan y Touran, aunque el caso que más afecta a España es el de Zwickau donde se está produciendo el Cupra Born, además del Volkswagen ID3. El parón también afecta al modelo Tarraco de Seat, que se fabrica en Wolfsburg.

Desde la compañía española han señalado que: "El Grupo Volkswagen / Seat S.A. siguen la información sobre los ataques rusos en Ucrania con gran preocupación y consternación. Esperamos un final rápido de las hostilidades y un regreso a la diplomacia. La red global de empresas proveedoras del Grupo Volkswagen incluye a proveedores en el oeste de Ucrania. Debido a la situación actual en esta región, puede haber interrupciones en la cadena de suministro. Esto puede generar ajustes en la producción en algunas plantas del Grupo. El área de Compras del Grupo está en contacto con los proveedores más relevantes y estudiando las posibles alternativas". Este punto es esencialmente crucial ya que del abastecimiento y desabastecimiento de componentes en algunas plantas es donde otras pueden sacar rédito para mantener abierta su producción y minimizar en lo posible el impacto. 

Afectación en España

En una encuesta realizada entre 137 empresas pertenecientes a los principales clústeres de automoción de España (ACAN, AEI La Rioja, AVIA, CAAR, CEAGA, CIAC, FACYL y GIRA), el 89,8% aseguran que recibirán el impacto de la contienda. Un 30,7% de las empresas prevé que habrá consecuencias de las sanciones económicas impuestas a Rusia por distintos organismos internacionales. El 17% opina que habrá dificultades en los desplazamientos y el 5,7% se plantea posibles problemas para repatriar a los empleados de las plantas de países vecinos al conflicto, en caso de que la situación se agravase. Rusia y Ucrania son piezas clave para el sector de la automoción ya que son las principales fuentes de paladio, gas neón y del cableado de catalizadores y semiconductores.

Más de 25% de las empresas que han participado en la reunión tiene parte de su negocio repartido entre Rusia y Ucrania. De estás, el 90% tiene presencia en Rusia, mientras que el 26,7% está presente en Ucrania. Algunas de ellas han mostrado miedo ante la posibilidad de una nacionalización de las sedes, oficinas o plantas que tienen ubicadas en estos dos países. Desde los sindicatos están a la espera del diagnóstico que hagan planta por planta los fabricantes y si ello deriva en algún tipo de reorganización de plantillas. "Todos van a tener problemas, en mayor o menor medida, pero todos", apunta el responsable del auto de UGT, Jordi Carmona.

Stellantis, a la espera

Desde otros grupos automovilísticos como Stellantis (que suma lo que era PSA y Fiat-Chrysler), se mantienen atentos a la evolución de la situación, aunque ya han interrumpido la fabricación en la planta de Kaluga, donde producen vehículos comerciales ligeros. El impacto sobre el volumen de mercado para el consorcio es bajo en Rusia, donde apenas representa el 1,5% del mercado. No así en Ucrania donde sus ventas supusieron en 2021 el 12,3%.

En el grupo Renault, donde figura la rusa AutoVAZ (Lada), han tenido de detener la producción en Togliatti y en Izhevsk durante al menos una semana. El mercado ruso es el segundo para Renault en el mundo después de Europa. Además, en Moscú producen el Captur y el Duster, dos modelos esenciales en su estrategia. El Captur, además, también se produce en España lo que podría permitir aprovechar la distrbución de componentes que se desviarían a Valladolid.

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