Más de 10,5 millones de hogares van a pagar este año un recibo de la luz en torno a un 40% más caro que el año pasado y casi un 20% más que el de 2018 (hasta ahora el año con el mayor precio de la historia). Son en torno a cuatro de cada diez de todos los clientes domésticos del país y son los que tienen contratado el suministro eléctrico con la tarifa regulada, que tradicionalmente es más barata que las tarifas del mercado libre que ofrecen las compañías eléctricas, pero no será así este año.

Son esos más de diez millones de hogares los que claramente verán cómo para ellos no se cumple la promesa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se comprometió a que las medidas de su plan de choque para contener el recibo de luz servirían para que el conjunto de los consumidores domésticos pagaran este año un precio similar al de 2018, descontándole el efecto de la inflación.

El precio que se paga en la tarifa regulada depende directamente de la evolución del mercado mayorista eléctrico, que es justo el que no deja de marcar máximos históricos desde el verano. El mercado eléctrico, conocido como pool, sigue encadenando récords y esta semana se ha acercado a la cota psicológica de los 400 euros por megavatio (MWh) -este jueves se quedó en los 383 euros-.

Con el 'pool' desbocado por el encarecimiento de los mercados de gas y de los derechos de emisión del CO2, lo que pagan los hogares con PVPC no deja de crecer, incluso a pesar de las rebajas de impuestos y de la parte fija de la factura aplicadas por el Gobierno. Las medidas del Gobierno estaban dirigidas de manera especial a contener la subida para los hogares con tarifa regulada, pero la espiral de alzas del mercado mayorista está siendo de tal intensidad que el efecto de los recortes de impuestos y cargos quedó rápidamente superado.

Un cliente tipo con tarifa regulada -con una potencia contratada de 4,4 kilovatios y un consumo anual de 3.500 kWh- pagará en el conjunto de este año 936 euros, según el cálculo del consultor energético Francisco Valverde, con los datos reales de precios hasta ahora y una estimación hasta fin de año basada en el mercado de futuros. Una factura anual que será un 43% más alta que los 653 euros del año pasado y que se situará casi un 19,5% por encima de los 784 euros que un consumidor con las mismas características pagó en 2018.

El Ministerio para la Transición Ecológica y la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) realizan sus estimaciones de precio de la electricidad con un cliente tipo con unas características inferiores (con 3,45 y 3,8 kilovatios de potencia contratada y con entre 2.300 y 2.500 kWh de consumo anual), con lo que el importe final de la factura anual estimada sería inferior, pero las tasas de variación entre unos ejercicios y otros mantendrían proporciones muy similares.

Las medidas adoptadas por el Gobierno no han conseguido impedir que la factura de luz de los clientes con PVPC siga subiendo, pero las rebajas temporales de impuestos (del IVA, del impuesto especial eléctrico y del impuesto de generación) y el recorte de los cargos del recibo (del 96% hasta fin de año) sí han evitado que suba mucho más. Sin esas medidas, la factura anual de ese cliente tipo con tarifa regulada habría ascendido hasta los 1.042 euros, un 11% más que los 936 euros que finalmente se pagarán. Sin medidas de contención, la factura anual de este año habría sido casi un 60% más que el año pasado y estaría un 33% por encima de 2018.

Sánchez dará por cumplida su promesa

En las últimas semanas, a pesar de los récords continuos del precio de la electricidad, el Gobierno han defendido con contumacia y sin fisuras que la promesa de igualar el recibo de luz de este año con el de 2018. Los hogares con PVPC este año pagarán más. El resto de clientes domésticos que no tienen tarifa regulada, los 16,2 millones de hogares con tarifas del mercado libre, pagarán el precio que han firmado con sus compañías eléctricas. La mayoría cuentan con un precio estable y fijo, y de momento no les ha afectado las subidas desorbitadas del mercado eléctrico (previsiblemente les acabará impactando más adelante, en la próxima revisión de las tarifas, que generalmente es anual o bienal).

Y es que el Ejecutivo quiere dar por cumplida su promesa apoyándose en lo que pagará el promedio del conjunto de los hogares españoles en su factura en todo el año. Todos los hogares. En ese promedio finalmente se incluirá tanto a los clientes con tarifa regulada (que pagarán más) como a los consumidores del mercado libre (que pagarán menos, gracias a que no les afecta la subida del mercado mayorista pero sí se han beneficiado de las rebajas de impuestos y del recorte de los cargos aplicados por el Gobierno).

“Habrá muchas familias que paguen menos, habrá algunas familias que paguen lo mismo y habrá algunas familias que quizá paguen un poco más”, resume desde hace semanas la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Unos pagarán más que en 2018 y otros pagarán menos, pero el Ejecutivo da por hecho que la media estará en niveles similares a los de la factura de hace tres años. Además, se descontaría el efecto del IPC, que este año cerrará con una media anual en el entorno del 3%.

El Ministerio para la Transición Ecológica mantiene ese vaticinio “de acuerdo a las mejores estimaciones posibles”. El precio del PVPC puede calibrarse fácilmente en función de la evolución del mercado mayorista de la electricidad y del mercado de futuros. Pero no existe con carácter previo un registro del precio de los cientos de tarifas que las eléctricas ofrecen en el mercado libre, sólo se refleja públicamente en las estadísticas semestrales de Eurostat, el servicio estadístico de la Comisión Europea.

Las principales comercializadoras eléctricas españolas no están obligadas a remitir al Ministerio la información de los precios finales que aplican a todos sus clientes hasta finales de febrero. Es entonces cuando el Gobierno sabrá con certeza si ha conseguido cumplir su compromiso. Esos datos, no obstante, no se harán públicos hasta que Eurostat publique su estadística de precios eléctricos de todos los países de la Unión Europea correspondiente al segundo semestre del año, en la que sí se incluyen tanto las tarifas reguladas como las del mercado libre. La Comisión Europea no tiene programada esa publicación hasta el próximo mes de abril.