Jens Weidmann ha solicitado al presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, su destitución el próximo 31 de diciembre como presidente del Bundesbank, el banco central alemán, aduciendo "motivos personales" para su renuncia al cargo que desempeñaba desde mayo de 2011.

"He llegado a la conclusión de que más de 10 años es una buena medida de tiempo para pasar una nueva página, para el Bundesbank, pero también para mí personalmente", ha explicado Weidmann en una carta remitida al personal del banco central germano.

Asimismo, el banquero central alemán, considerado uno de los 'halcones' del Consejo de Gobierno del Banco Centra Europeo (BCE) agradece a sus colegas en la entidad presidida por Christine Lagarde "la atmósfera abierta y constructiva en las discusiones a veces difíciles de los últimos años", subrayando el importante papel estabilizador de la política monetaria durante la pandemia, así como la exitosa conclusión de la revisión de la estrategia del BCE.

"Se ha acordado una meta de inflación simétrica y más clara. Se debe prestar más atención a los efectos secundarios y, en particular, a los riesgos de estabilidad financiera", destaca Weidmann, añadiendo que el BCE rechazó sobrepasar intencionalmente dicha tasa de inflación.

De cara al futuro, el aún presidente del Bundesbank señala que ahora la importancia dependerá de cómo se "viva" esta estrategia a través de las decisiones concretas de política monetaria del BCE.

En este contexto, "será crucial" no mirar de forma unilateral a los riesgos deflacionarios y tampoco perder de vista los posibles peligros inflacionarios, defiende Weidmann. "Una política monetaria orientada a la estabilidad sólo será posible a largo plazo si el marco regulatorio de la Unión Monetaria sigue asegurando la unidad de acción y responsabilidad, la política monetaria respeta su mandato limitado y no queda atrapada en la estela de la política fiscal o los mercados financieros", apostilla.

Weidmann se convirtió en 2011 y con solo 42 años en el presidente más joven del banco central alemán, cargo al que, el entonces asesor económico de Angela Merkel, accedió tras la repentina salida de Axel Weber al ver este frustrada su carrera hacia la presidencia del BCE, una vez acabado el mandato de Jean Claude Trichet, dando lugar al nombramiento de Mario Draghi como sucesor del banquero galo.