Telefónica no tendrá obligación de compartir su red de fibra en 696 ciudades (70% de la población española), frente a las 66 ciudades (35% de la población) de las que estaba exenta hasta ahora. En el resto de municipios, más de 7.000 pequeños concejos, la compañía sí esta obligada a alquilar sus instalaciones de fibra al resto de operadores a un precio que determina la propia compañía que dirige José María Álvarez-Pallete, es lo que se conoce como servicio NEBA. 

Así lo ha determinado la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en su informe regulatorio de los mercados mayoristas de acceso de banda ancha que da relevo a la regulación previa, data de 2016, y que tiene como objetivo fomentar la competencia de nuevos actores como MásMóvil, Onivia y Lyntia para que puedan ofrecer fibra en "igualdad de condiciones" y fomenta el despliegue de más conexiones, según defiende el regulador. Desde 2015, España ha pasado de tener 3,1 millones de conexiones de fibra hasta el hogar (FTTH) en 2015 a casi 12 millones en 2020, lo que supone el 75% de conexiones de banda ancha y lleva a España a liderar la cobertura y penetración de fibra FTTH.

El regulador divide el país en dos, aquellas zonas más competitivas, que suelen coincidir con las ciudades más grandes, en las que la cuota de mercado de Telefónica es inferior al 50%, y en las que Telefónica no tiene obligación de compartir fibra. Y las menos competitivas, que son municipios más pequeños en los que cuesta acceder a este tipo de redes, en las que sí está obligada. En la actualidad, de hecho, hay compañías como Avatel y Adamo que están especializándose en este tipo de poblaciones, aumentando su competitividad.

No obstante, Telefónica seguirá teniendo que garantizar en todo el territorio nacional que otras compañías puedan acceder a su infraestructura de obra civil (conductos, canalizaciones y postes) para que el resto de compañías puedan desplegar su propia fibra óptica.

En un plazo de tres años la CNMC valorará si es necesario renovar las zonas consideradas 'no competitivas' o, incluso, retirar la regulación del acceso mayorista a la fibra en todo el territorio en caso de que la situación competitiva "evolucionara muy favorablemente", según informaron fuentes del regulador. Con todo, desde la CNMC defienden de que esta regulación da suficiente flexibilidad a Telefónica para ajustar los precios de su oferta.

Adiós al cobre

El regulador ha reducido de cinco a dos años el plazo regulado para el cierre de las centrales de cobre de Telefónica. La operadora tiene más de 3.000 centrales de cobre en España, pero con la expansión de la fibra, más eficiente y que permite más velocidad, tiende a desaparecer. Además, a Telefónica le interesa, puesto que mantener una red de cobre es más costoso, pero como tienen una obligación de acceso a su red debe ser la CNMC quien de el beneplácito. En la actualidad, la compañía ha cerrado aproximadamente la mitad de estas centrales.