El coche eléctrico podría crear cerca de un millón y medio de empleos en España. Esta es la conclusión a la que llega la consultora KPMG España en su informe 'Automoción 2020-2040'. Concretamente, la consultora cifra en entre 860.000 y 1.460.000 los nuevos empleos que podrían surgir si el sector del automóvil español "se reinventa y se centra en la nueva movilidad". Esta afirmación rompe con la creencia extendida que indica que un sector electrificado, con menos componentes mecánicos y menos mantenimiento, se traduciría en menos trabajo.

Sin embargo, este incremento del empleo solo se producirá, según la consultora, si el sector del automóvil español afronta la metamorfosis que debe suponer la electrificación y se adapta a todos los niveles a un futuro en el que los coches eléctricos dominen el mercado. A cierre de 2020, la cuota de mercado en España de vehículo eléctricos fue del 2,11%. Derivado de este cambio, los perfiles laborales más buscados también variarán, enfocándose en un futuro a la digitalización y la tecnología.

En ese sentido, KPMG España apunta que los perfiles más demandados serán aquellos especializados en la descarbonización del negocio, la digitalización y el software, así como en los nuevos procesos y tipos de negocio que surgirán en un futuro. El modelo "se basará en la recualificación de los trabajadores". Es por eso, dice, que las compañías automovilísticas ya están incidiendo en la formación de los nuevos trabajadores en estos perfiles que serán indispensables en un futuro. El informe apunta a esta década como vital para que los trabajadores aprendan y adquieran las nuevas habilidades mientras todavía hay una demanda sostenida de coches de combustión.

Fabricar coches y baterías

Según el informe, para que se confirmen las previsiones más optimistas, es vital que el sector apueste por la electrificación e invierta en adaptarse y atraer nuevas adjudicaciones de vehículos eléctricos para las fábricas españolas. Los esfuerzos de Stellantis, que produce ya coches eléctricos en todas sus plantas del país, o de Seat, que espera producir un vehículo urbano eléctrico en Martorell a partir de 2025, son el ejemplo.

Directamente relacionado con la producción de vehículos eléctricos está el ensamblaje de baterías, el componente clave del coche eléctrico. Actualmente, según la fuente que se consulte, Europa produce entre el 3% y el 5% de las baterías para automóviles fabricadas en el mundo. Asia el 85%, con un dominio importante de China, que acumula la mayoría de la producción asiática. De momento, España no cuenta con una planta productora de baterías, algo que sería beneficioso a nivel de medioambiental y logístico, aunque Stellantis termina el ensamblaje de las suyas en su fábrica de Vigo. A mediados de julio, Seat y el Grupo Volkswagen ratificaron su compromiso de construir una planta de baterías y solicitaron participar en el Perte de automoción, que destinará 4.300 millones de euros para la recuperación y la transformación económica del sector en España.

Por último, KPMG España apunta al desarrollo de la infraestructura de carga como otro aspecto a tener en cuenta, ya que parece que pronto se convertirá en la primera barrera en contra de la penetración del vehículo eléctrico en el país si se cumplen las perspectivas y el precio del coche se equipara con el de sus equivalentes de combustión a mediados de siglo. Según sus estimaciones, España debería desplegar 350.000 puntos carga pública para 2030 en una red que combine puntos urbanos e interurbanos y puntos suficientes de carga rápida y ultrarrápida. Actualmente, según datos del sector, existen 11.517, ninguno ultrarrápido.

La reconversión de la industria española será clave para mantener su importancia a nivel laboral, ya que significa el 11% del empleo nacional y el 10% de la riqueza del país. Al mismo tiempo, es la única opción para seguir siendo uno de los productores globales más importantes, es el noveno mundial y el segundo europeo, en una industria que lo ha apostado todo a la electrificación.