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El magnate George Soros invierte en una pesquera de Vigo

George Soros.

Si hay un milmillonario controvertido en el mundo, de los considerados self-made (hecho a sí mismo), ese es George Soros. Nacido como György Schwartz en Hungría, la revista Forbes le reconoce una fortuna personal de 8.300 millones de dólares.

Foco de polémicas, carne de teorías de la especulación y reconocido filántropo, es accionista de compañías como Tesla, FCC o DraftKings. Y también Pescanova ha llamado su atención. Entre los accionistas que permanecen en el capital de la pesquera está la sociedad QP Capital Holdings Limited, una de las que impugnó en el juzgado la fracasada capitalización de créditos que el grupo trató de sacar adelante el año pasado. Esta mercantil tiene su cuartel general en el edificio de Soros Fund Management, en Nueva York, aunque está domiciliada en las Islas Vírgenes británicas. Soros es propietario del 0,29% de la pesquera gallega.

 

FICHA PERSONAL

 

Nombre: George Soros (nacido como György Schwartz)

Nacimiento: Budapest, 12 de agosto de 1930

Sociedades: Open Society Fundations, Soros Fund Management, Kaupthing Singer & Friedlander

Fortuna personal: 8.300 millones de dólares

George Soros Jorge Silva

El magnate se convirtió en accionista de Nueva Pescanova a través, probablemente, de la compra de deuda financiera, que se vendió con abultadísimos descuentos por parte de una gran mayoría de los 109 bancos atrapados en la estafa trazada por Manuel Fernández de Sousa.

Al igual que el resto de pequeños socios, George Soros ha preferido seguir cobrando intereses como acreedor que convertirse en accionista puro de una pesquera que, de momento, está en plena fase de redención.

Pescanova no convence a sus socios: Abanca, casi dueña del 100% del grupo

 

El macrocanje de deuda que puso en marcha Nueva Pescanova –para liberarse de la deuda que había heredado de la era Fernández de Sousa– salió bien por un único motivo. Más bien, por un único CIF: el de Abanca. De los más de setenta acreedores llamados a convertir 650 millones de deuda concursal en acciones, solo una quincena acudió al SOS de la multinacional, que titubeó con una nueva suspensión de pagos. Ahora bien, esos 15 acreedores tuvieron una participación más que testimonial: de los 542,2 millones de créditos que se convirtieron en capital, 540 estaban en manos de la entidad financiera, máxima accionista de la pesquera. El limitado poder de convencimiento que exhibió Nueva Pescanova para con el canje se ha vuelto a repetir: la ampliación dineraria, con la que aspiraba a ingresar 50 millones de euros líquidos, ha quedado desierta. Con estos fondos, el grupo que preside José María Benavent pretendía reforzarse para encarar su plan estratégico 2020-2024, amén de dar la opción a los socios a mantener su trozo de pastel en el accionariado. No cuajó. Abanca se queda con el 97,5% de la mayor pesquera de España, que figura en el top 30 mundial. La antigua matriz (vieja Pescanova), en la que permanecen parte de los 9.000 minoristas que habían confiado en el proyecto de Sousa, se evapora hasta el exiguo 0,34%.

 

De este modo, y al margen de la posición de monopolio del banco y de la diluida Pescanova SA, el capital se completa con el fondo Broadbill Partners –que impugnó, con éxito, la anterior operación de capitalización de deuda–, QP Capital Holdings Limited, Novo Banco y HSBC, además de un pequeño grupo de socios con un peso mínimo. Ninguno de ellos ha querido poner dinero para conservar su estatus anterior: la deuda es mucho más valiosa, a día de hoy, que las acciones de Nueva Pescanova. Era muy complicado pedir a bancos y fondos de inversión que renunciasen al cobro de intereses hasta el año 2039 a cambio de unos títulos que, a muy largo plazo, no reportarán dividendos. Y de una compañía, además, que incumplió su último plan estratégico, y que ha visto cómo la pandemia del COVID se ha entrometido en sus planes de futuro. Broadbill, que forzó a la pesquera a una capitalización de carácter voluntario –la frustrada, por homologación judicial, tenía un efecto arrastre y sería obligatoria–, tiene ahora el 0,82% del grupo, como pudo verificar FARO.

Empleada de Pescanova en Chapela. FdV

Cambio de estrategia

 

Cuando la multinacional anunció la doble operación (canje de deuda y ampliación dineraria), el 9 de febrero, la vieja matriz sí valoraba poner dinero para preservar su 1,65% de la tarta accionarial. “Siempre hemos dicho, no solo ahora, sino en 2017, que si lo que se planteaba era una ampliación dineraria, nosotros acudiríamos. Podemos conseguir el dinero”, apuntó entonces un portavoz. Finalmente, sus consejeros rechazaron suscribirla. Aseguraron que, en caso de que la ampliación quedase desierta, podrían retener el 0,6%; ni siquiera, se quedan en la mitad de esa estimación. Han anunciado que la impugnarán.

 

En 2016, Pescanova SA adquirió dos empresas en Bolivia, con las que aseguró que pretendía forjar de cero un nuevo negocio vinculado con la pesca desde Bolivia. Tiene el 90% de Gambabol (de importación de mariscos) y el mismo porcentaje en Buhoservice, de “importación de toda clase de vehículos motorizados, naves industriales, 

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