La pospandemia del coronavirus reducirá la economía sumergida por el menor uso de los billetes y hará que la sociedad acepte como "mal menor" más intervencionismo del Estado, además de fomentar el teletrabajo, propiciar un mayor consumo de productos de proximidad y revalorizar la investigación.

Son algunos de los cambios económicos, políticos y sociales que advierte en una entrevista con EFE el decano de la Facultad de Economía de la Universitat de Valencia, José Manuel Pastor, para quien algunos de estos cambios perdurarán porque la gente se volverá "más cauta" y otros podrían revertirse con la "nueva normalidad".

Teletrabajo y digitalización

Pastor, investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), destaca que el teletrabajo "se ha mostrado como una alternativa muy válida para seguir funcionando y avanzar en la conciliación laboral y familiar", introducido "un día o algunos días de la semana", lo que a su juicio será "una de las cosas más positivas, que permitirá avanzar no una, sino dos décadas".

"De ello se beneficiarán aquellas empresas y economías que estén más avanzadas en la digitalización", sentencia, y apunta que si bien España está "muy avanzada" en el acceso de las viviendas a internet, no lo está tanto en cuanto a su uso "para comprar o interactuar con las Administraciones".

"Tenemos una brecha digital importante y hay que avanzar para que sea una realidad. Las empresas más avanzadas estarán en mejores condiciones", añade, y aunque reconoce que "no en todos los sectores se puede extender el teletrabajo" como hostelería, turismo o construcción, defiende que "hay un peso importante en el sector servicios donde está presente la digitalización".

Cambios económicos

Pastor explica que las monedas y billetes que circulan son "sucios porque tienen gérmenes", lo que les convierte en una "fuente de contagio", por lo que la "siguiente transformación es que la gente cada vez usará menos efectivo, y eso es importante porque reducirá la economía sumergida".

Esta "solo se puede hacer con billetes en circulación y existe porque todos tenemos derecho a la privacidad", afirma mientras aventura: "Estaremos controlados, sabrán dónde estamos, en qué nos gastamos el dinero".

Se pregunta asimismo "quién pagará este endeudamiento" en un escenario de caída de la actividad económica, y augura una subida de impuestos y una bajada de salarios reales, además de una tendencia hacia una estrategia de política industrial.

"El neoliberalismo dice que la propia economía se autorregularía pero hemos visto fallos, porque no hay empresas de sectores estratégicos que hagan mascarillas o respiradores, y entonces surgen los intervencionistas, que tendrán razón cuando abogan por tener una política industrial, que oriente en el modelo a seguir", apunta.Mayor intervencionismo

"El intervencionismo del Estado está más que justificado cuando la economía tiene fallos y existen servicios públicos que no serían provistos por la iniciativa privada", sostiene para defender que se ha demostrado en esta crisis para importar material sanitario, controlar el precio de las mascarillas o implantar estímulos económicos a autónomos y empresas.

"Todo el mundo espera que el papá Estado dé la solución y creo que la población querrá un papel más importante del Estado; vamos a una economía más intervencionista, que no es necesariamente negativo. Es un mal menor que hay que aceptar", asegura.

Producto de proximidad e I+D+i

Resalta que "depender tanto de China ocasiona un estrangulamiento en determinados productos", por lo que "momentáneamente" hasta volver a la normalidad, el empresario se planteará comprar en territorio nacional, aunque sea más caro, y se "ahorra incertidumbre y crece el producto de proximidad en la cadena de valor".

Y reprocha que "los gobiernos se llenan la boca con la I+D+i" pero luego "olvidan" la investigación básica y "ahora quieren que se logre una vacuna en meses", por eso considera que "ahora es cuando deben apoyarla de verdad".

"Aquel país que logre la vacuna, la empresa que gane esa carrera se va a forrar, pero esto no se consigue en un día. Hay que invertir en investigación y creértelo", afirma para recordar que en España el porcentaje de gasto en investigación en relación al PIB es del 1,2 %, "la mitad que en Europa".

Pastor asegura que la investigación "es poco valorada porque no se ven los resultados a corto plazo" y, aunque sabe que recortar en ella "es lo más fácil a la hora de reducir el gasto público", espera que el Gobierno "ahora será más consciente de la importancia de invertir".

"Esto perdurará porque los grandes pensadores y organizaciones nos dicen que las pandemias existen y a lo mejor los gobiernos, en vez de invertir en guerra fría, en armas y tanques, deberían empezar a protegerse de una guerra pandémica de virus", sostiene.Cambios sociales

Incide en que tras más de 50 días confinados en casa "lo aceptamos por el bien público, aunque no libremente; nos lo han prohibido" e incluso también aceptamos que "los mensajes no se puedan difundir masivamente para el control de bulos" y hay una prohibición del derecho de reunión.

Cree que "somos menos recelosos con el uso de los datos" y explica que se habla incluso de que el que ya ha pasado la enfermedad "debe tener un carnet o una aplicación de móvil" para el control y "lo aceptaremos de buen grado por ese bien mayor, que es la salud".