El presidente del Parlamento Europeo (PE), David Sassoli, abogó este jueves por la emisión de "coronabonos", deuda respaldada por el conjunto de la Unión Europea (UE), para financiar la respuesta de los países frente al coronavirus, posibilidad que abordan hoy los líderes comunitarios en una cumbre.

En su discurso ante el Consejo Europeo, el segundo desde el inicio de esta crisis y que de nuevo se celebra por videoconferencia, Sassoli se mostró partidario de "desarrollar nuevos instrumentos" para abordar la crisis que ha causado el brote del COVID-10 en su dimensión económica, además de la sanitaria.

"Creemos, junto a muchos de ustedes, que necesitamos trabajar en un mecanismo común de deuda que emita una institución europea, que nos permita obtener fondos del mercado sobre la base de las mismas condiciones para todos para financiar las políticas necesarias para relanzar la UE tras esta pandemia", afirmó el italiano.

Un grupo de nueve países, entre los que se encuentran España, Italia, Francia, Portugal o Grecia, se muestran partidarios de esta iniciativa, mientras que otros Estados, como Alemania, Holanda o Austria, se oponen a un instrumento que supondría la mutualización de deudas y riesgos.

En una rueda de prensa tras su intervención ante la cumbre, Sassoli instó a mostrar "creatividad" para no solo ajustar los instrumentos que ya existen ante una crisis inédita sino en poner en marcha nuevas capacidades, y señaló que había urgido a los líderes a responder de forma conjunta a la crisis.

"No es suficiente abrir el debate y seguir dándole vueltas", advirtió el italiano.

Los "coronabonos" serían deuda respaldada por el conjunto de la UE y emitida por una institución comunitaria. La financiación obtenida en el mercado, así como los costes de servicio de la deuda, se repartirían después entre los países.

Este sistema permitiría que los Estados que pagan tipos más altos por su deuda -porque los inversores consideran que hay mayor riesgo de impago- se beneficien de la solidez crediticia de aquellos que tienen tipos más bajos -porque gozan de mayor confianza en los mercados-.

Esto abarataría los costes de financiación de los primeros, evitando que se queden sin liquidez.

Sin embargo, al mutualizar la deuda aparece el llamado "riesgo moral", es decir, que algunos Estados descuiden sus finanzas al saberse avalados por aquellos con una situación más saneada.

Este riesgo ya impidió en el pasado la adopción de los eurobonos o "bonos de estabilidad", planteados en 2011 como respuesta a la crisis de deuda: países como Alemania u Holanda, con una mejor situación fiscal, se negaban a pagar por otros menos solventes como Italia, Grecia o España, cuyas primas de riesgo se dispararon.

Argumentaban además que la mutualización de deudas y riesgos violaría la regla comunitaria que exige que cada país asuma sus propias obligaciones.

Los "coronabonos" se diferenciarían de los eurobonos en que los ingresos obtenidos se destinarían exclusivamente a gastos ligados a la pandemia.