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Cambio climático

La banca apuesta al verde

La preocupación por la crisis climática llega al sector financiero en forma de hipotecas verdes o créditos al consumo para comprar electrodomésticos eficientes

La banca apuesta al verde

Las compañías eléctricas o los fabricantes de coches no son los únicos sectores que se verán directamente impactados por las medidas para mitigar los efectos de la crisis climática. La preocupación medioambiental y la creciente normativa para limitar las emisiones y reducir el consumo de energía se extiende cada vez a un mayor número de actividades, y a la banca no se le ha escapado el filón que puede suponer esta transición. Así, ya sea por convencimiento o por captar negocio, las entidades españolas se han lanzado a ofrecer todo tipo de productos con la etiqueta ‘verde’ o ‘eco’, con los que pretenden financiar desde grandes proyectos de parques eólicos o la renovación de fábricas para hacerlas más eficientes, hasta la compra de electrodomésticos de bajo consumo por parte de los particulares.

Y la apuesta es alta. El primer banco español, el Santander, anunciaba hace unos días su intención de movilizar 120.000 millones de financiación verde hasta 2025 en todos sus mercados, mientras su principal competidor, el BBVA, habla de otros 100.000 millones. Aunque la mayoría se irá en grandes proyectos -por ejemplo, en marzo la entidad presidida por Carlos Torres coordinaba un crédito sindicado de 1.500 millones para Iberdrola, ligado a criterios de sostenibilidad-, las entidades también tratan de impulsar esta oferta entre los clientes particulares.

De esta forma, cada vez se habla más de las denominadas hipotecas verdes, que son aquellas en las que se liga el diferencial al consumo energético que tenga la vivienda financiada: cuanto más eficiente sea el inmueble, menos se pagará. Por ejemplo, en el caso de Triodos Bank, una de las primeras entidades en comercializar este tipo de préstamos en España, los clientes pueden rebajar el tipo de interés hasta un 0,24%, dependiendo de la etiqueta energética de la casa y, además, si se realiza alguna reforma para mejorarla, los cambios se tienen en cuenta en las revisiones de la hipoteca.

En su caso, era un paso lógico, dado que Triodos se vende como una banca “ética y sostenible”, pero su director de zona, Juan Antonio Sanchis, asegura que “todo el sector acabará ofertando estos préstamos”. Al respecto, apunta que “es una demanda social. Los clientes cada vez están más concienciados y quieren saber qué hacen las entidades con su dinero, qué proyectos financian sus ahorros”.

De momento, ya hay al menos dos bancos que han seguido sus pasos: el Santander, que permite rebajar hasta 10 puntos básicos -un 0,10%- el diferencial de las hipotecas sobre viviendas sostenibles o con clasificación energética A o superior; y Bankia, que ofrece una disminución del 0,25% de la mano del BEI (Banco Europeo de Inversiones). Además, el BBVA ha puesto en el mercado una línea de préstamos para promoción de viviendas de consumo casi nulo, que también ofrece rebajas en la cuota para los compradores que financien estos inmuebles a través de estos préstamos.

En la misma línea, casi todo el sector tiene ya en su catálogo créditos con condiciones preferentes para la adquisición de vehículos eléctricos o híbridos -el Sabadell, por ejemplo, apuesta por líneas de renting y leasing especializadas-; o préstamos personales para financiar la compra de electrodomésticos eficientes o reformas en el hogar para mejorar el aislamiento. Un apartado que CaixaBank, por citar uno de ellos, canaliza a través de su línea denominada ecoFinanciación.

Más allá de productos especializados, las entidades ya empiezan a tener en cuenta los criterios medioambientales para elaborar los perfiles de riesgo de las empresas a la hora de conceder financiación, como explican desde el BBVA. “Si una fábrica de cerveza ha invertido en reducir sus emisiones y mejorar su eficiencia, tendrá mejores condiciones que otra que no haya hecho nada. Es lógico, porque la legislación va a ser cada vez más exigente y no cumplirla será un riesgo real”, recalcan desde el banco azul.

Del mismo modo, más allá de lo concienciados que estén sus responsables, para las entidades los préstamos verdes también suponen un buen negocio, como apunta la catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante Paloma Taltavull, que ha elaborado un informe sobre las hipotecas verdes para la Asociación Española de Análisis de Valor, que reúne a las principales tasadoras del país.

Por un lado, porque las viviendas eficientes suponen menos gastos en recibos para sus propietarios, lo que eleva su capacidad de pago. Así, en otros países donde están más implantadas se calcula que su tasa de impago es un 32% inferior a la del resto de hipotecas. Además, las viviendas eficientes se revalorizan más rápidamente en el mercado, lo que eleva el valor de las garantías del préstamo. Por si fuera poco, las entidades pueden empaquetarlas para colocar “bonos verdes”, que tienen una demanda mayor en el mercado interbancario, lo que significa que las entidades logran financiarse más barato. En suma, que la banca ecológica también resulta rentable.

En Holanda las entidades ya miden la huella de carbono de su actividad

Mientras en España empiezan a verse productos como las hipotecas verdes, en otros países europeos la concienciación ambiental de la banca va mucho más allá. Así, en Holanda doce de los principales bancos del país han desarrollado la Plataforma para la Contabilidad Financiera del Carbono que permite a los clientes de cada entidad conocer cuánto contaminan las distintas actividades que financian estos grupos, ya sea con préstamos directos o bien con la simple tenencia de acciones o bonos. En nuestro país, el Banco de España ha animado a las entidades a que contribuyan a la transición del modelo energético con más financiación para este tipo de proyectos y a incluir el cambio climático como un factor de riesgo.

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