Las plataformas digitales Deliveroo y Glovo han negado este viernes que sus repartidores sufran condiciones precarias y han asegurado que algunos de ellos facturan entre ambas plataformas hasta 100.000 euros.

Así lo ha defendido el abogado de Deliveroo, Román Gil, durante su intervención en el juicio que afronta la compañía tras ser acusada por Tesorería de la Seguridad Social de tener a más de 500 repartidores en Madrid como "falsos autónomos" entre octubre de 2015 y junio de 2017.

"Hay un elevado número de 'riders' con notable éxito económico", ha resaltado el letrado ante el juez, una "realidad" en la que se encontraban cerca de 40 de estos repartidores, según su testimonio.

Gil ha explicado que Glovo ha aportado voluntariamente cifras sobre lo que facturan repartidores que dan servicio a ambas aplicaciones, y ha dado detalles de casos concretos.

De acuerdo con estas fuentes, uno de estos "riders" facturó 56.000 euros a una empresa y 45.000 a otra; otro facturó 50.000 y 34.000 euros, respectivamente; y un tercero registró ingresos por 66.000 y 11.000 euros procedentes de estas plataformas, aunque no ya precisado el periodo exacto.

Tanto Deliveroo como Glovo estiman que sus repartidores entregan pedidos para la plataforma durante unas 20-25 horas por semana de media, con unos ingresos brutos de entre 800 y 1.000 euros al mes.

Antes del juicio Deliveroo dice que sus empleados prefieren la flexibilidad

La compañía de reparto de comida a domicilio Deliveroo ha defendido este viernes que sus repartidores prefieren la "flexibilidad" que les conceden para "priorizar su vida sobre el trabajo", en contraste con la posición de la asociación Riders x Derechos, que acusa a las plataformas de "esclavitud enmascarada".

Así lo han señalado portavoces de ambas partes en declaraciones a los periodistas a las puertas del Juzgado de lo Social de Madrid, donde se celebra este viernes un juicio contra Deliveroo por tener a más de medio millar de repartidores presuntamente como "falsos autónomos", según el criterio de la Inspección de Trabajo y la Tesorería de la Seguridad Social.

"Los repartidores son autónomos porque ellos lo quieren, así tienen el control y pueden elegir cuánto trabajan, dónde, cómo y con quién lo hacen", ha defendido la directora de Comunicación de la compañía, Carolina Pérez.

Ha recordado que si el juez ordena su reclasificación como empleados "perderían estos beneficios", y ha incidido en que para la empresa es "primordial" garantizar la seguridad de este colectivo.

Sin embargo, desde Deliveroo aseguran que bajo la actual legislación introducir más medidas para proteger a los repartidores supondría difuminar aún más la barrera entre el autónomo y el no autónomo, por lo que reclaman una "reforma legal" que garantice "su seguridad sin poner en riesgo la flexibilidad".

Sin embargo, el miembro de la asociación Riders x Derechos Martino Corregiari ha insistido en que "somos falsos autónomos porque no existe esa libertad ni esa flexibilidad. Deliveroo funciona a través de un algoritmo que, a través de un 'ranking' elaborado en base a una evaluación interna, te da acceso o no a una serie de horas y a pedidos".

Desde esta agrupación, que acusa a las plataformas digitales de precarización y de no respetar los derechos laborales, han recordado que los repartidores cobran por pedido y no por horas, y que en la práctica tienen más trabajo aquellos que "que están siempre disponibles en las horas de mayor demanda", lo que en su opinión demuestra que de facto no existe esa supuesta libertad de elección.