La Seguridad Social terminó 2018 con un déficit de 18.286 millones de euros, equivalentes al 1,52 % del PIB, tras experimentar una pequeña reducción de 225 millones respecto a 2017.

Este dato de déficit, publicado este viernes por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, incluye algunas partidas de gasto de noviembre y diciembre que en realidad se han imputado en febrero -como el pago delegado por incapacidad temporal- para que el saldo sea "homogéneo".

De no hacerse esta armonización, el déficit se situaría en 16.962 millones, el 1,41 % del PIB, en cualquier caso por encima del objetivo del 1,1 % del PIB.

El déficit fue consecuencia de unos derechos reconocidos (ingresos) de 135.026 millones, un 5,51 % más, frente a unas obligaciones reconocidas (gasto) de 153.312 millones, un 4,66 % más.

Dentro de los ingresos no financieros, las cotizaciones sociales ascendieron a 114.999 millones, un 5,29 % más, mientras que las transferencias corrientes sumaron 18.081 millones, un 11,06 % más.

En cuanto al gasto, las prestaciones económicas a familias e instituciones sumaron 143.699 millones, un 4,91 % más, principalmente en pensiones.Superávit en los dos primeros meses de 2019

Trabajo también ha adelantado la ejecución presupuestaria de los dos primeros meses de 2019, que arroja un superávit de 1.430 millones, un 0,11 % del PIB, como resultado de unos derechos reconocidos de 23.978 millones y unas obligaciones reconocidas de 22.548 millones.

Según Trabajo, si se hiciera una comparación homogénea -que no tuviera en cuenta el gasto de noviembre y diciembre de 2018 imputado en febrero de 2019, ni la subida de las pensiones ni la paga compensatoria de estas-, el superávit ascendería a 2.574,04 millones.