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Economía circular

El vehículo eléctrico: hacia la descarbonización del transporte

La normativa europea provoca cambios legislativos en España que acompañan a la industria automovilística y los conductores en la transición a la movilidad sostenible

En España hay censados algo más de 57.000 vehículos eléctricos. Shutterstock

La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero sólo será posible con la descarbonización. El transporte, especialmente de mercancías y pasajeros, es el sector clave en el que las instituciones están tratando de incidir, puesto que durante los últimos quince años este área sólo ha reducido sus emisiones un 8%, mientras que la generación eléctrica y la industria -los otros dos grandes emisores- han reducido sus emisiones un 31% y un 32% respectivamente, según datos del informe 'Un modelo de transporte descarbonizado para España en 2050' elaborado por Deloitte.

Las restricciones a la circulación en algunas ciudades, así como el anuncio de una próxima prohibición de los vehículos diésel y gasolina, han reducido el número de matriculaciones a 100.701 unidades, un 8,8% menos que en febrero del año pasado. Dichas medidas están impactando de forma directa sobre un sector clave en España, pues hay que tener en cuenta que la industria automovilística representa el 10% del PIB español y da empleo a 300.000 personas. Por ello, el Gobierno ha puesto en marcha el Plan Estratégico de Apoyo Integral al Sector de Automoción 2019-2025, orientado a la renovación del parque con planes de achatarramiento, la modificación de la fiscalidad con criterios medioambientales, el impulso de los vehículos eléctricos y las infraestructuras de recarga y la inclusión de ayudas a la producción y a las inversiones en I+D.

Las fábricas automovilísticas han cerrado 2018 con 2,82 millones de vehículos producidos, un 1% menos que el año anterior. Y además, "se consolida la debilidad de la demanda en el mercado de particulares, que acumula ya el sexto mes de caída consecutiva. El mercado sigue notando el efecto de la incertidumbre y la confusión de los consumidores, que siguen posponiendo su decisión de compra", advierte Noemi Navas, directora de comunicación de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). En vista de estos datos, solicitan "un plan de choque que revierta esta situación y aporte confianza a los consumidores, al mercado y a las empresas".

"El mercado nota el efecto de la incertidumbre de los consumidores, que siguen posponiendo su decisión de compra" - Noemi Navas (Anfac)

La cara de la moneda es el coche eléctrico. En 2018, se vendieron en torno a 90.000 vehículos eléctricos e híbridos, un 40% más que en 2017. Un dato valorado de forma positiva por Aitor Arzuaga, director general de Ibil, quien afirma que la venta de este tipo de vehículos "ha crecido exponencialmente", pero destaca que se trata de "una cifra muy pequeña", puesto que representa menos del 1% del total del parque automovilístico. No obstante, "la tendencia es ascendente y cada vez hay más particulares, empresas y administraciones públicas que están dando el paso", asegura el responsable de esta sociedad de prestación de servicios de movilidad eléctrica puesta en marcha con la colaboración del Ente Vasco de la Energía (EVE) y Repsol.

Las cifras del vehículo eléctrico en España

El perfil de quienes apuestan por dar este salto son, "en su gran mayoría, empresas de diferentes sectores como reparto, hospitalización a domicilio, mantenimiento, transporte, textil... También son grandes tractoras las administraciones públicas, que predican con el ejemplo, posibilitando la recarga pública a sus ciudadanos en vías urbanas e interurbanas, y electrificando las flotas municipales, claros ejemplos de unas buenas prácticas son los ayuntamientos de Lanzarote, Bilbao, Madrid o Zaragoza", destaca.

Ventajas e inconvenientes

Hoy en día, casi todos los fabricantes disponen de modelos eléctricos, por lo que existe una gran variedad de posibilidades. Pero antes de dar el salto es necesario valorar sus pros y sus contras. Ciertamente, el vehículo eléctrico presenta numerosas ventajas. Además de ser menos contaminante, dado que permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, evita también la contaminación acústica por ser silencioso. Aparte de los citados beneficios medioambientales, su mantenimiento es más económico.

Por contra, su mayor inconveniente es el precio. En este sentido, Arzuaga indica que "la horquilla de precios es similar a los de combustión tradicional. Se pueden encontrar modelos desde los 15.000 euros hasta los 100.000, dependiendo de la marca y sus prestaciones, pero gracias a las ayudas a la compra, esto se contrarresta, ya que éstas pueden ascender hasta los 10.000 euros". Sin embargo, el Plan VEA, que contemplaba 50 millones de euros en concepto de ayudas destinadas a la compra de vehículos de energías alternativas y 16 para la instalación de puntos de recarga, se encuentra paralizado al no haberse aprobado los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

"Son necesarias medidas para impulsar la movilidad eléctrica y que la electrificación del transporte se haga realidad" - Aitor Arzuaga (Ibil)

En este sentido, este experto considera bienvenidas todo tipo de acciones que incentiven la apuesta por este tipo de vehículos. En algunos municipios, por ejemplo, los coches eléctricos disponen de ventajas, como zona azul gratis o descuentos en el Impuesto de Circulación. "No sólo son necesarios incentivos relativos a ayudas económicas para su adquisición, sino también medidas de discriminación positiva y negativa para impulsar la movilidad eléctrica y que la electrificación del transporte se haga realidad", cerciora. De esta forma, se ayudaría a promover la movilidad sostenible, lo que conllevaría una mejora de la calidad del aire en nuestras ciudades.

El Plan VEA tiene como objetivo 150.000 vehículos eléctricos en 2020.Shutterstock

Otro de los mayores reparos que presentan los consumidores a la hora de comprar un coche eléctrico es su falta de autonomía y la supeditación a los puntos de recarga. Hay quienes deciden probar con un híbrido, pero hay modelos eléctricos puros que ya tienen autonomías similares a las de los híbridos enchufables, señala este responsable, pues cada vez, los vehículos disponen de mayor capacidad de baterías, lo que hace que "la barrera psicológica sea cada vez menor".

En cuanto a los tiempos de recarga, varía en función de la conexión. Dependiendo de la red y de la capacidad de las baterías de cada vehículo, la carga lenta puede durar hasta doce horas, la semi rápida tres y la rápida alrededor de una hora. "En un punto de carga rápida, un vehículo puede tardar del orden de veinte minutos en cargar del 0 al 80% de la batería", precisa el responsable de Ibil. En este sentido, los fabricantes trabajan en desarrollar una tecnología que permita que los tiempos de recarga sean similares a los de repostar un vehículo térmico o tradicional.

La directiva europea establece que deberían existir al menos 20 puntos por cada 10.000 habitantes

En cuanto a la red de recarga, España aún debe crecer en gran medida. Noruega es uno de los países con más vehículos eléctricos del mundo y por tanto tiene más puntos repartidos en su geografía. La directiva europea establece que deberían existir al menos 20 puntos por cada 10.000 habitantes. Y a partir de 2021, la Comisión Europea obligará a equipar todos los aparcamientos de edificios comunitarios e individuales con puntos de recarga rápida para coches eléctricos. "Nuestro objetivo es seguir ampliando la red pública para posibilidad y democratizar la movilidad eléctrica", subraya Arzuaga.

La movilidad del futuro

La movilidad urbana del futuro tendrá como denominador común la electrificación como fuente primaria de energía. "Cualquier medio de transporte urbano deberá carecer de emisiones contaminantes locales, lo que pone a la electricidad en una posición de ventaja", concluye. Esta transición hacia la movilidad sostenible representa una gran oportunidad. Es preciso que las empresas automovilísticas inviertan en innovación a partir de las energías renovables y traten de anticiparse a los cambios.

Sin embargo, la consultora Deloitte, en su informe 'Un modelo de transporte descarbonizado para España en 2050', alerta de que "las políticas actuales de reducción de emisiones en el transporte no garantizan la consecución de los objetivos a 2030 y no son suficientes para alcanzar los objetivos a 2050, debido principalmente a que las medidas de reducción de emisiones de nuevos vehículos no aseguran una descarbonización efectiva y el uso de biocombustibles no genera una reducción real de las emisiones".

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