Son Marroig y Monestir de Miramar son dos emblemáticas posesiones de Mallorca, catalogadas como Bien de Interés Cultural que pueden visitarse durante todo el año. Una experiencia única en la que se echa la vista atrás y donde podrán observar y disfrutar de un espacio histórico que conserva su esencia más artística y cultural.

Vista al pasado

En 1276 Ramon Llull, amparado por el Rey Jaume II de Mallorca, fundó el Monestir de Miramar. Un lugar que se convirtió en uno de los puntos más importantes de la espiritualidad, la cultura y la contemplación del paisaje de la Serra de Tramuntana. A lo largo de los siglos, multitud de figuras destacadas residieron en esta posesión como los lulistas Bartomeu Caldentey y Francesc Prats. También fue la cuna espiritual de Santa Catalina Tomàs y del ermitaño de Alaró Joan Mir i Vallés.

Unas vivencias que han quedado plasmadas sobre esta posesión. Durante la visita, podrán entrar en la Casa-Museu y verán, entre otras cosas, el molino de aceite, la contemplación de la torre del siglo XV, además del vestíbulo con numerosos cuadros, muebles y objetos de los siglos XVII al XX.

En la primera planta hay salas del museo con una serie de colecciones de libros que se escribieron para el archiduque Luis Salvador de Austria, numerosos cuadros de pintores como Joaquín Mir, Antoni Ribas Oliver, Antoni Ribas Prats, GastonVuiller, etc. También encontrarán piezas arqueológicas griegas, romanas, fenicias, púnicas, etc. Una visita al recinto que no podrá terminar sin antes disfrutar de las increíbles vistas a la costa y a la montaña.

Finalmente, Son Marroig cuenta con unos espectaculares jardines con el famoso Templete de mármol de Carrara, uno de los más famosos monumentos de Mallorca. La visita dura entre 20 y 60 minutos.