El secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, ha considerado este miércoles que el sistema de pensiones "tiene arreglo" para los próximos 10 años, pero ha dejado claro que vincular la revalorización de las pensiones a un único indicador "causa siempre efectos perversos".

En la presentación del estudio 'Las Pensiones en España', editado por el Consejo General de Economistas, Granado ha explicado que de cara al año que viene las pensiones deberán revalorizarse con el objetivo de que recuperen su poder adquisitivo perdido.

A partir de 2020, ha dicho Granado en declaraciones posteriores a los medios, debería establecerse un mecanismo de revalorización que tenga en cuenta varios indicadores, porque indexar el alza a uno sólo "causa a largo plazo más efectos perversos que positivos".

En este sentido, ha abogado por pactar en el marco del Pacto de Toledo y del Diálogo Social un mecanismo que cuente "con el suficiente acuerdo", porque el Gobierno "está comprometido" a subir las pensiones, asegurando una prestación inicial "razonable" y "garantizando su revalorización".

Ha confiado en que el Gobierno tenga que recurrir con "la menor cuantía posible" al fondo de reserva de la Seguridad Social para abonar la paga extra de diciembre, al tiempo que ha considerado necesario que se realicen aportaciones a la llamada "hucha de las pensiones" desde la economía en general.

Ha criticado que el anterior Gobierno haya dejado en mínimos un fondo de reserva creado para soportar las jubilaciones de la era del 'baby boom' y ha confiado en que este año se produzca una reducción del déficit, lo que anunciaría una "remontada".

Granados ha puesto en valor los trabajos de la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, y ha confiado en que cuanto antes ofrezcan un acuerdo en sus recomendaciones.

Esta comisión lleva dos años buscando el consenso y la unanimidad, pero la revalorización de las pensiones con el IPC real y el empeño de algunas formaciones por introducir otras variables como salarios o PIB está minando la capacidad de diálogo.

El futuro del sistema, ha dicho Granado, pasa por implantar una mayor flexibilidad y por medidas para colectivos individuales, así como por ampliar el cómputo de la pensión a toda la vida laboral, recortar los elevados tiempos de las prestaciones por incapacidad temporal.

Para Granado, la Seguridad Social ha vivido "en el filo de la navaja desde su origen" y ha atribuido la totalidad de su déficit actual a las reducciones de las cotizaciones de los empleadores, a los gastos no contributivos del SEPE y a los largos periodos de aplicación de las reformas en pensiones.

Así, ha apuntado que las menores cotizaciones de los empleadores, tanto del sector privado como del público, que han pasado de representar el 10,8 % del PIB en 2009 al 9,9 % en la actualidad, han sumado 10.000 millones al déficit de la Seguridad Social.

Además, ha detallado que también podría haberse reducido el déficit en 5.000 millones sacando los gastos no contributivos del sistema de desempleo.

Por último, ha alegado que de haberse reducido los periodos transitorios a la hora de implementar reformas en pensiones, por ejemplo la de 2011, las personas no seguirían jubilándose en la actualidad con legislaciones anteriores, en un 40 o 50 %.

"Con estas tres cuestiones, el sistema de la Seguridad Social no tendría déficit", ha dicho.