El Banco de España calcula que el crecimiento económico en el cuarto trimestre del año fue del 0,8%, lo que supone mantener la tasa del tercer trimestre, gracias a la fortaleza del mercado exterior que contrarrestó los efectos adversos de la incertidumbre en Cataluña que empieza a lastrar a la región.

Según su último informe trimestral de la economía española, esa estabilidad del ritmo de crecimiento es consecuencia de "dos fuerzas que operan en sentidos opuestos".

"El fortalecimiento de los mercados de exportación habría contrarrestado los efectos adversos derivados del aumento de la incertidumbre por la situación política en Cataluña, que, de acuerdo con la información disponible -relativamente escasa-, se habrían concentrado especialmente en esa comunidad autónoma", expone el organismo.

La actividad económica, avanzan, se habría desacelerado en el último tramo del año en Cataluña en mayor medida que en la media de otras comunidades autónomas.

Al detalle de ese crecimiento trimestral del 0,8% en España, el organismo señala que la demanda interna contribuyó con seis décimas mientras que el sector exterior lo hizo con una décima.

La expansión de la economía, señala en su informe, sigue apoyada principalmente en la demanda nacional, en tanto que los indicadores disponibles relativos al sector exterior apuntarían a una contribución ligeramente positiva de la demanda externa.

En términos interanuales, el PIB mantuvo una tasa de crecimiento del 3,1% a lo largo del trimestre, y el empleo, del 2,9%.

Para los próximos ejercicios, el Banco de España prevé que el PIB crezca un 2,4% en 2018 y un 2,1% tanto en 2019 como en 2020.

Cataluña

Sobre la situación en Cataluña, el organismo reconoce que la información a escala regional disponible para este período es todavía escasa pero ya apunta a la aparición de los primeros efectos adversos ligados al aumento de la incertidumbre como consecuencia de la situación política.

Estos efectos, exponen, se han dejado notar en los indicadores de gasto privado interno y de turismo extranjero, "lo que podría llevar a esta comunidad autónoma a registrar un ritmo de avance de la actividad inferior, en el tramo final del año, al del conjunto de la economía española".

Esto, subrayan, contrastaría con el mayor dinamismo de la economía catalana en trimestres precedentes.

Y sobre el impacto final del conflicto, el Banco de España apunta que la menor tensión registrada en noviembre y diciembre puede llevar a que ese impacto esté en el escenario más benigno aunque todo dependerá de cómo siga evolucionando la situación.

"La incidencia final de este elemento de riesgo sobre el conjunto de la economía española en el cuarto trimestre dependerá de la magnitud y de la persistencia que este acabe teniendo", reconoce.

Un alivio del grado de tensión en Cataluña, recogen, "podría conducir a un escenario de mayor crecimiento del producto que el considerado en las proyecciones recientemente publicadas".

Por el contrario, "un hipotético rebrote de las tensiones en los próximos meses podría llevar a un impacto más pronunciado sobre las decisiones de consumo e inversión de los agentes", concluyen.