Antonio Garamendi (Vizcaya, 1958) lleva desde muy joven dedicado al mundo de la empresa. Primero en negocios familiares, y posteriormente en proyectos desarrollados por él mismo y formando parte de los Consejos de Administración y Consejos Asesores de grandes compañías. El actual presidente de la patronal de las pequeñas y medianas empresas (CEPYME) y vicepresidente de la CEOE reconoce la preocupación que hay en el sector por la crisis política en Cataluña y alerta de la importancia de la estabilidad para que el negocio funcione.

- El Gobierno ha rebajado tres décimas el PIB de 2018 por la situación en Cataluña. ¿Temen los empresarios un nuevo frenazo que reavive el fantasma de la crisis?

Es cierto que lo que está pasando en Cataluña va a afectar a la economía y de hecho ya está afectando tanto a Cataluña como a España. No obstante, no creo que se trate de un problema de crisis desde el punto de vista económico. Los empresarios necesitamos estabilidad y la salida de empresas de Cataluña es una realidad y nos preocupa.

- Esta fuga de empresas ha sido una respuesta inmediata a la incertidumbre generada en Cataluña tras el 1-O. ¿Cree que se han precipitado?

Los empresarios no tomamos ninguna decisión a la ligera y menos de este tipo. Lo veníamos advirtiendo desde hacía tiempo. Los empresarios no se han ido de Cataluña, los han echado. Y les ha echado esta especie de locura de la Generalitat. En una situación de inseguridad como esta lo que el empresario piensa es: ´tengo que ir a espacios de seguridad´. No creo que a nadie le haya gustado tomar esta decisión y cuando se toma, es porque no hay otro remedio."Hay que ir a una mayor reducción de los contratos"

"Hay que ir a una mayor reducción de los contratos"- Ustedes proponen una subida salarial entre el 1,2% y el 2%, más otro medio punto adicional en función de las características de cada empresa o sector. ¿No se van a mover de ahí?

La inflación a final de año va a acabar en 1,7% y creo, sinceramente, que tanto CEOE como Cepyme hemos tenido una postura seria. En España hay 5.000 mesas abiertas de negociación colectiva donde se están cerrando los convenios día a día. Y, curiosamente, esos convenios se están cerrando en el 1,4%. Alguien tendrá que explicar por qué no ha firmado el acuerdo. Pero se han firmado convenios del metal, convenios de la construcción, convenio de grandes superficies, el convenio de seguro€ Es decir, los convenios se están firmando.

- Los sindicatos denuncian que parte importante de la precarización laboral se materializa en los contratos por hora. ¿Está de acuerdo?

El 80% de los empleos en España son indefinidos. Pero es verdad que tendríamos que empezar a mirar qué pasa con la gente joven o cómo tiene que ser la incorporación de los jóvenes al mercado laboral. También es cierto que igual algunos de arriba están demasiado sobrevalorados y los de abajo, infravalorados.

- Con las nuevas modalidades de contratación que plantea Empleo, ¿se puede reducir esta precarización?

Lo que hay que ver es cómo podemos mejorar el trabajo en España. Es verdad que hay que ir a una mayor reducción de los contratos, pero tiene que haber también unos cuantos en función de las necesidades de las empresas. No puede haber solo uno o dos.

- Con respecto a la conciliación, ¿qué medidas lleva a cabo la CEOE?

Es un tema en el que tenemos que avanzar. Yo pienso que la vida está para trabajar, pero también para disfrutar y para vivirla en familia. Hay cantidad de medidas ya de conciliación con respecto a niños pequeños, maternidad... Otro asunto importante es el de la igualdad entre hombres y mujeres, ver cómo vamos llegando poco a poco a ella. También ahí está el tema de los horarios, que es clave en muchos sectores. La digitalización va a provocar también el trabajo en casa, vas a poder tener todos los medios para poder trabajar a distancia.

- Reducir la presión fiscal es una de las reivindicaciones endémicas de empresas españolas, ¿qué le exigen al Ejecutivo en este sentido?

Nosotros somos partidarios siempre de más bases imponibles y menos tipos. Se demuestra que con más bases imponibles con menos tipos se recauda más. Si se redujera la presión fiscal se mejoraría muchísimo la competitividad de las empresas y habría más inversiones; en definitiva, habría más empleo. Lo que sí pensamos es que hay que ir 'a saco' contra la economía sumergida porque provoca un daño enorme a las empresas y de ahí saldrían un montón de impuestos que no se están pagando. En España hay todavía una bolsa de fraude fiscal muy alta y el día que vayamos a por ella va a haber, por un lado, más dinero en las arcas del Estado, y por otro, mucha más actividad económica, más liquidez en la calle, más consumo, etc. Por tanto, si un empresario tiene más invertirá más en su empresa.

- Respecto a las pymes, ¿cómo se está trabajando para mejorar el crédito a las pequeñas y medianas empresa?

El problema real no es tanto en estos momentos que el banco te vaya a dar o no dinero como el efecto de la morosidad. Es decir, si alguien te debe 100, para recuperar los 100 tienes que facturar 1.000. Eso si tu beneficio fuera al 10%. Si tu beneficio, por ejemplo, fuera del 5% tienes que recuperar 2.000. Eso ahoga, especialmente, a las pequeñas empresas que están asfixiadas para poder pagar la nómina a final de mes.