Los funcionarios de la Agencia Tributaria han concluido en torno a las 18.30 horas de este jueves los registros en la sede de Google, en los que han recabado numerosa información.

Según han informado a Europa Press fuentes de la investigación, no hay previstos más registros. A partir de ahora, con toda la información de la que dispone la Agencia Tributaria se dará inicio a una investigación.

Efectivos del organismo tributario han registrado a primera hora de este jueves dos sedes de la compañía en Madrid en el marco de una investigación por elusión fiscal. En concreto, se han personado en las oficinas de Google en la Torre Picasso de Madrid y en el Campus que tiene la compañía en el centro de la capital.

Tras la llegada de los agentes de la Agencia Tributaria, se ha prohibido el acceso desde el exterior a la sede, así como que cualquier persona saliera de las instalaciones, según testigos presenciales.

El juez de lo Contencioso-Administrativo número 29 de Madrid es el que ha autorizado este jueves la entrada y registro de las oficinas del Grupo Internacional Google tras una petición de la Agencia Tributaria el pasado 27 de junio, han informado fuentes jurídicas.

La sede de Google en la Torre Picasso de Madrid.

Por su parte, la compañía ha señalado en un comunicado remitido a Europa Press que está cooperando con las autoridades españolas para "responder a todas sus preguntas", como hace "siempre" la empresa.

Google también ha afirmado que cumple con la legislación fiscal en España, al igual que hace en todos los países en los que opera el grupo.

El registro de las oficinas de Madrid se produce un mes después de que las autoridades francesas se personaran las oficinas centrales de Google en París en el marco de una investigación similar. La Administración tributaria gala reclama alrededor de 1.600 millones de euros en impuestos a la compañía por su ingeniería fiscal.

La lucha contra la ingeniería fiscal es también un tema central para la Unión Europea, que ultima cambios en su legislación para endurecer su postura y evitar que las grandes empresas se benefician de las disparidades entre sistemas tributarios nacionales con el objetivo de reducir sus obligaciones fiscales.

De hecho, los Estados miembros alcanzaron la semana pasada un acuerdo sobre las nuevas normas que pretenden combatir la evasión fiscal, principalmente de compañías multinacionales, mediante medidas que intentan evitar la erosión de la base imponible o la transferencia de beneficios.

En este campo, Reino Unido aprobó el pasado año el conocida como tasa Google, un impuesto sobre beneficios desviados que tiene como objetivo el volumen de ventas que una empresa multinacional tiene en un país en concreto se reflejen los impuestos que dicha empresa paga en él.