El Banco Santander planea reducir su plantilla en España en torno a un 5 %, lo que equivaldría a un máximo de 1.200 personas, en el marco de la reestructuración que tiene en marcha, que también prevé el cierre de unas 450 oficinas.

Según han informado a Efe fuentes cercanas a la negociación, la entidad que preside Ana Patricia Botín tiene previsto ofrecer bajas incentivadas y prejubilaciones, aunque aún no ha precisado en qué proporción.

Estos datos han sido expuestos en una reunión de la dirección del banco con los representantes de los trabajadores, que han decidido volver a verse en los próximos días para seguir negociando los ajustes.

El pasado 31 de marzo, el Santander comunicó a los sindicatos el cierre "inminente" de 450 oficinas -lo que supone el 13 % de su red de sucursales en España-, así como su intención de remodelar otras 350 cada año para transformarlas en "oficinas del futuro", hasta alcanzar el millar en 2018.

El cierre de sucursales afectaría principalmente a las de menor tamaño, aquellas que tienen entre uno y tres empleados, para conseguir tener otras más grandes, con más recursos humanos y técnicos, más rentables y que permitan al grupo seguir estando presente en todo el territorio español, según fuentes próximas a las negociaciones consultadas por Efe.

Según explicó ese día el sindicato UGT, el banco les aseguró que en este momento no es posible acometer "un proceso masivo de prejubilaciones".

UGT consideró que el Santander está "aprovechando la situación favorable que facilita la actual legislación laboral para acometer un proceso de destrucción de empleo", algo que intentarán minimizar "en la medida de lo posible" como primera condición.

El sindicato criticó que la entidad tome esta decisión, y recordó que el año pasado el sueldo de 1.246 directivos alcanzó casi los 700 millones de euros, mientras que la totalidad de la plantilla percibió 971 millones de euros, según los datos del Informe de la Comisión de Retribuciones incluido en la Memoria del Santander.