El Banco de España calcula que el aumento del PIB en el período julio-septiembre ha sido del 0,8 % -un 3,4 % interanual- lo que significa una "cierta contención" del avance de la economía (subió un 1 % el trimestre anterior).

El boletín económico publicado hoy por la entidad supervisora especifica que el Producto Interior Bruto continuó apoyándose durante el verano en la fortaleza de la demanda interna privada, mientras que la demanda exterior neta mantendría una contribución negativa.

Así, se estima un crecimiento de las importaciones superior al de las exportaciones, aunque en ambos casos a ritmos inferiores a los del segundo trimestre.

Pese a todo ello, la entidad que dirige Luis María Linde confirma el escenario de recuperación que anticipó en junio, según el cual hay un crecimiento estimado del 3,1 % y del 2,7 % en 2015 y 2016, respectivamente.

En cuanto al empleo, durante este trimestre estival habría atenuado su ritmo de expansión en mayor medida que la del producto, lo que habría dado lugar a un pequeño repunte de la productividad.

Para el Banco de España, el empeoramiento del entorno exterior debido a la desaceleración de China y el previsible debilitamiento de las exportaciones españolas se verá compensado por la bajada de los precios del petróleo y de las materias primas, la prolongación de la mejoría de las condiciones de financiación y las nuevas medidas de política fiscal que incorpora el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2016.

En el ámbito de la inflación, recuerdan que los descensos recientes del precio de la energía han interrumpido la senda de recuperación del índice general de precios, que cayó de nuevo en agosto (0,4 %).

Como resultado, las proyecciones han revisado a la baja en comparación con las que se realizaron en junio, y el IPC podría terminar el año con una tasa interanual ligeramente positiva, aunque retrocedería un 0,5% en el promedio anual.